Lluís Ricart Benavent (28 de enero de 1999 – Sant Just Desvern, Barcelona) empezó a patinar con tres años en el equipo de su pueblo, a los 13 fichó por el Caldes y con 23 llegó al Liceo. El sábado vuelve a casa para jugar un partido que nunca se habría imaginado.
“Cuando estaba en Sant Just esto de la OK Liga ni me sonaba, ni existía para nosotros. Era un club de pueblo, pequeño, que no tenía la aspiración de llegar tan arriba”, destaca Sito, que afronta su segunda temporada de verde, con más peso dentro de la pista y en el vestuario. El 2024 será un año importante para su carrera porque finaliza contrato con el Liceo.
¿Qué significado tiene para ti el partido de Sant Just?
Es volver a jugar en mi propia casa, literalmente. Hasta que vine a Coruña siempre viví en Sant Just, aunque donde tuve un crecimiento más exponencial fue en Caldes.
¿Cómo viviste el ascenso del equipo de tu pueblo?
No pude ver ningún partido en directo porque estaba fuera, pero siempre he estado pendiente. Llevan años haciendo muy buen trabajo y para su primera temporada en la OK Liga han fichado jugadores experimentados que mezclan con los jóvenes.
El Sant Just lleva años haciendo muy buen trabajo
¿Qué particularidades tiene la pista de la Bonaigua?
Es un pabellón pequeño que se llena muy rápido y hay ambiente. La pista es ancha y de terrazo. La última que jugué allí fue hace muchos años con el equipo B del Caldes, no sé cómo estará ahora.
¿Te esperas un recibimiento especial o más apoyo para el Liceo al tratarse de tu equipo?
No creo que haya muchas más camisetas del Liceo entre el público porque mis amigos no las tienen (ríe), pero espero un poco mejor recibimiento para el Liceo por la parte que me toca.
Cinco partidos oficiales y dos derrotas, en la final de la Supercopa contra el Barça y en la OK Liga contra el Calafell, ¿cómo valoras el inicio de la temporada?
Lo valoro positivamente. Cuantas más cosas pasen, más podemos aprovechar. Si todo fuera bien y ganáramos siempre, sería más difícil. Las derrotas no le gustan a nadie, pero creo que nos hacen más fuertes para trabajar mejor cada día.
Es tu segunda temporada en el Liceo y se te ve más suelto en la pista, has dado ese paso adelante que demandaba Juan Copa.
Juan tiene toda la razón. Somos jugadores con mucha proyección y nos exige porque podemos rendir mucho mejor. Personalmente, el primer año me costó un poquito, pero creo que al final acabé llegando a un nivel alto. Creo que en el segundo le estoy dando continuidad, tengo los sistemas más interiorizados y he dado ese paso adelante que dices, pero creo que somos todos importantes, una herramienta más al servicio del equipo.
Juan ha sacado lo mejor de mi juego, ha potenciado muchas cosas
Juan tiene fama de ser un entrenador que mejora a sus jugadores.
Totalmente. Ha sacado lo mejor de mi juego, ha potenciado muchas cosas: darle mucha velocidad a la pelota, ser más agresivo y atreverme, encarar con más potencia...
Esta temporada ha cambiado un poco el estilo de juego, es más directo y vertical.
Juan se adapta a jugadores y circunstancias diferentes, sabe aprovechar lo que tiene y qué herramientas nos vienen mejor. Este año hay jugadores con más velocidad, tratamos de mover la bola más rápido y hacer más contraataques. Nuestro trabajo también es adaptarnos.
¿Cómo definirías el ADN del Liceo?
Es algo diferente, difícil de explicar con palabras. El equipo tiene un aura que los veteranos nos transmiten de manera natural, en el día a día, más con los hechos que con las palabras: competitividad, sacrificio, luchar por todo...
El ADN del Liceo es algo diferente, difícil de explicar
¿Luchar por todos los títulos es otro año más vuestro objetivo?
Para eso estamos aquí, pero desde la pretemporada vamos objetivo a objetivo: hasta diciembre, por ejemplo, es hacer una buena primera vuelta y clasificarnos para la Copa del Rey, después la Champions...
Es tu segundo y último año de contrato en el Liceo, ¿han empezado ya los contactos para tu renovación?
Tarde o temprano lo hablaremos, para bien o para mal. Yo estoy muy contento en el Liceo y en A Coruña, pero no sé qué pasará en el futuro.
Del Liceo salen cada año jugadores a otros grandes clubes.
Mi objetivo no es acabar en un equipo o en otro, quiero es disfrutar del hockey y del camino. Cuando se generen nuevas oportunidades ya valoraré lo que es mejor para mí.