Franco Emanuel Platero Figueroa (22 de julio de 1992, San Juan) es uno de los dos exliceístas que viste la camiseta del Oliveirense, rival de los verdiblancos en el decisivo encuentro de Champions que decidirá la segunda plaza del grupo A para la Final a ocho, mañana a las 21 horas en Riazor. El argentino jugó dos temporadas en el Liceo (2019-21) y mañana volverá a Coruña, pero no podrá jugar por lesión.
Te has lesionado en el peor momento, ¿cómo estás?
Es una hernia lumbar que me está presionando el nervio. No es grave y es una operación bastante simple, pero por el tiempo de recuperación me voy a perder todo lo bueno de la temporada. Cuando me pasó estaba un poco de bajón, pero ya lo he asumido y espero que sea la primera y la última.
¿Viajarás con el equipo?
Sí, como tengo la fecha de la operación la próxima semana me dieron la opción de viajar y siempre es un placer volver a Coruña. Durante mi etapa allá estuve muy bien, encantado con el club y con la ciudad.
¿Por qué dejaste el Liceo?
La oferta que me hicieron era difícil de rechazar. No solo por la parte económica, también por la parte deportiva. En Portugal es donde hay más equipos de alto nivel. Es la liga más fuerte del mundo, aunque siempre digo que me gustaría volver al Liceo el día de mañana.
Te fuiste por la puerta grande después de ganar la Copa del Rey en Riazor.
Me fui como quería irme, como campeón, que es lo mejor que le puede pasar a un deportista. El club merecía ganar un título tan importante después del cambio en la dirigencia, que apostó por jugadores nuevos y sufrió todo lo de la pandemia. Fue algo hermoso.
¿Es el título tu mejor recuerdo de aquellas dos temporadas?
El título fue la frutilla del postre. Ganar siempre es bonito, pero guardo muchísimos recuerdos buenos y me llevé a grandes amigos de A Coruña.
¿Todavía mantienes contacto con algunos de tus excompañeros?
Sí, tengo una amistad muy grande con Fabri (Ciocale) y con algunos que ya se han ido: Martín (Rodríguez, ahora en el Noisy-le-Grand), Roby (Di Benedetto, en el Benfica), Maxi (Oruste, en el Vercelli)... Era un grupo demasiado bueno y nos seguimos hablando.
Dejaste el Liceo y la siguiente temporada ganó la OK Liga, ¿te arrepientes un poco?
Me hubiese encantado ganar la OK Liga, obvio, pero me quedé muy contento y muy feliz por mis compañeros y el entrenador, porque también tengo una relación muy buena con Juan (Copa). Sabía que tenían un buen equipo y que podían ganarla. Viví la final con muchos nervios y como si estuviese en la pista. Y le envié un mensaje a cada uno porque de verdad sentía mucha felicidad. Espero que este año lo repitan.
En la Champions te toca ir con el Oliveirense.
No me gusta mucho, pero se dio así y espero que mis compañeros saquen el mejor resultado para el Oliveirense.
¿Qué esperas del partido en Riazor?
Jugar contra el Liceo siempre es muy difícil, sobre todo en su casa, que se potencia todavía más. Tienen a uno de los mejores entrenadores, para mí el mejor, y a jugadores de mucha calidad. Creo que hay un 50-50 de posibilidades.
Os vale el empate, ¿puede ser peligroso para vosotros jugar con el marcador?
Salir a por el empate contra el Liceo sería un suicidio. Mis compañeros se están preparando para ir a ganar, pero sabiendo que es muy complicado porque cuando el Liceo sale a ganar le mete mucho ritmo. Conociéndolos, sé que van a salir con todo desde el primer minuto. Y nosotros vamos a tratar de salir igual, pero también podemos jugar con esa necesidad que tienen ellos.
¿A quién ficharías del Liceo?
Me quedaría con César o Dava por cómo lo viven. Salen a por todas en cada partido. l