Pablo Fernández Blanco (14 de diciembre de 1982, A Coruña) es Peli, el último refuerzo del Dominicos. Empezó la temporada en el cuerpo técnico, pero el entrenador Manuel Togores ya bromeaba desde el principio con hacerle ficha: “Teníamos la coña desde la pretemporada porque ya empezamos con muchas bajas, molestias... ‘Al ritmo que vamos, vas a terminar en la pista’, me decía”, desvela el veterano de 41 años, que hace dos semanas debutó con gol en la victoria contra el Tordera (8-4).

“En mi primer partido de Plata, con 16 años en el Liceo, también marqué”, recuerda Peli, formado en la prolífica cantera del Dominicos antes de pasar por el filial verdiblanco, el Ordes, el San Vicente de Raspeig, el Borbolla o el Cerceda, con el que debutó en la OK Liga al lado de leyendas del hockey patines como Martín Payero o Joan Grasas. El jugador coruñés volvió a casa en la recta final de su carrera para liderar el último ascenso del Domi a la segunda división nacional. En 2021 colgó los patines definitivamente. O eso parecía.

Casi tres años después está de vuelta en el parqué de Monte Alto: “Me está costando un poquito coger el ritmo, por no decir mucho”, ríe. “Noto la inactividad y que me falta muchísimo rodaje para engancharme a los demás, pero lo que es el juego no ha cambiado mucho”, añade Pablo, que eleva notablemente la media de edad (22,2 años antes de su llegada) de una plantilla con sólo otros dos jugadores mayores de 25: el portero Neto (35) y Adrián Candamio (27), que ni siquiera ha debutado desde su fichaje el pasado verano.

Con la calma
 

“Podría ser su padre, me gusta el rol de estar encima de ellos porque hay momentos que se les ve con ansiedad y con prisa por intentar solucionar rápido los partidos. Yo les digo que no corran tanto. He pasado por estas situaciones, muchas temporadas al límite de la permanencia y las cosas acaban saliendo”, arguye Peli, que no recuerda una campaña con tantos problemas de lesiones en una plantilla. “Al principio caía un jugador casi cada semana. Así es muy complicado y el objetivo que teníamos cambia radicalmente”.

El Dominicos ha olvidado el ambicioso sueño del ascenso y, tras 12 jornadas, está centrado únicamente en la permanencia: “La idea es mantener la categoría e ir pensando ya en la próxima temporada. Nunca viene mal verte ahí abajo y sufrir un poco. Da que pensar”, razona el veterano, que el pasado fin de semana disputó el segundo partido desde su regreso, con derrota en Monte Alto ante el potente Vilafranca (0-5).

Goles psicológicos

“Es el líder por algo, tienen equipo con un nivel de pase y de acierto para competir en OK Liga”, analiza Peli, que lamenta el 0-1 en los minutos finales de la primera mitad y el 0-2 en el tramo inicial de la segunda: “Son varios partidos en los que nos pasan ese tipo de cosas y dificulta volver a entrar en pista en la segunda parte porque ves que estás teniendo ocasiones y creando mucho juego, pero te vas al descanso con un 1-0 y no sabes muy bien por qué”.

Peli pide paciencia y confía en la salvación. Es un hombre de club, que ha mamado la filosofía del Domi desde pequeñito: “Me dices la palabra Dominicos y siempre va acompañada de hockey. Recuerdo aquellos sábados en el patio del cole, desde las nueve de la mañana hasta las diez de la noche con los patines puestos”, rememora.