Tras una espectacular racha de seis victorias consecutivas, Maristas cosechó el pasado fin de semana su segunda derrota en lo que va de 2025. El equipo coruñés solo había cedido este año ante un rival directo como Cortegada (69-74), pero no fue capaz de lograr el séptimo triunfo seguido. Su verdugo fue, ni más ni menos, el líder del grupo B de la Liga Femenina 2: Unibasket de Logroño, que se impuso por 49-63. Se trata de un resultado engañoso, ya que las coruñesas llegaron al último cuarto a solo tres puntos: 41-44, pero “en los últimos tres minutos nos hacen una renta de 10 y nos vinimos un poco abajo, en vez de seguir luchando”, explica Andrea Pérez ‘Porri’.
La jugadora consideraba el choque como “una pequeña final” porque “juegas contra el líder, quieres ganarle, estás en tu casa arropada de decenas de niños…”. Sin embargo, Maristas echó en falta algo en lo que está siendo el mejor equipo de su grupo: anotación. Las coruñesas se quedaron en apenas 49 puntos, cuando promedian 69,25 por encuentro, y solo a anotaron un triple en catorce intentos.
A esto se unió que algunas de sus jugadoras más importantes no tuvieron su mejor día, como reconoce la propia Andrea: “Hay veces que los nervios florecen, las emociones no las controlas y, en mi caso, no he podido ayudar al equipo. Me siento realmente mal, pero creo que es parte del deporte. Toca aprender y que no vuelva a pasar”.
Una de las máximas anotadoras de la plantilla, Nevena Dimitrijevic, tampoco estuvo acertada, con 2 de 12 en los tiros tras ser sometida a una buena defensa por sus rivales y en el segundo partido desde el fallecimiento de su madre.
La derrota frente al líder no ensombrece, ni mucho menos, la temporada de Maristas. Las de Fer Buendía son segundas en la clasificación a falta de seis jornadas. A estas alturas suman ya catorce victorias, una menos que en toda la temporada pasada y que les permitieron clasificarse para la fase de ascenso.
A esa fase de ascenso acceden los cuatro primeros clasificados de cada grupo. Maristas lo tiene de cara, aunque se le podría complicar de aquí al final, ya que hay tres equipos con 13 triunfos, uno menos que ellas, y otro con 12. A falta de seis jornadas, se medirá en ellas a equipos que se sitúan por debajo de ese umbral en cinco de ellas. El único rival directo llegará en la última fecha, cuando las coruñesas deberán visitar a Cortegada. “Ojalá lleguemos al último partido de liga y tengamos que disfrutar simplemente, pero si tenemos que llegar con una final, pues a ponernos negro en la mejilla y a luchar, que es lo que llevamos haciendo toda la temporada”, afirma Porri con decisión.
Las palabras fase y ascenso parecen estar capadas por el momento en el vestuario coruñés. “Casi nadie quiere hablar de este tema, es un poco tabú”, reconoce la ‘44’, aunque a nivel personal tiene “muchísimas ganas”. Maristas seguirá en este final de temporada con la misma filosofía que les ha traído hasta la situación en la que se encuentra ahora mismo: ser conscientes de que “cada partido va a ser una final”.