Se están empezando a terminar los adjetivos calificativos para describir la temporada 2024-25 de Maristas. Tras batir su récord de victorias en Liga Femenina 2 hace varias jornadas, las coruñesas sellaron este domingo su billete para la fase de ascenso a Liga Femenina Challenge (segunda a nivel nacional) gracias a una más que trabajada victoria contra Mataró.
Fue un partido que tuvo de todo. Intensidad, nervios, polémica, baloncesto de alto nivel, un gran ambiente y, por encima de todo, un final muy feliz para las locales. El momento en que Amusan captura el último rebote del encuentro a falta de cinco segundos y las jugadoras de Mataró no hacen falta fue de éxtasis en el pabellón colegial. Jugadoras y cuerpo técnico saltaron a la pista con el bocinazo final y toda la grada se puso de pie para festejar el triunfo de Maristas.
La temporada no empezó de la mejor manera para el equipo colegial, ya que contó sus tres primeros encuentros por derrotas contra Mataró, Pacisa y León. Sin embargo, el equipo supo reponerse y firmar desde entonces una espectacular racha de diecinueve victorias y tan solo tres derrotas para asegurarse el segundo puesto de su grupo en la liga regular, así como el billete para la fase de ascenso.
“Empezar cero a tres y a estas alturas estar diecinueve a seis... me quedo sin palabras para estas tías. Llevamos haciendo las cosas bien mucho tiempo, son once (victorias) de las últimas doce (jornadas) y diecinueve de las últimas veintidós”, explicaba visiblemente emocionado el entrenador del equipo, Fernando Buendía, al acabar el partido del domingo contra Mataró.
“Era un partido de muchas emociones. Nos jugábamos mucho y eso podía repercutirnos positivamente o negativamente. El tener la grada tan llena te puede poner incluso más nerviosa, que ya ha pasado en otras ocasiones”, admite Andrea Pérez sobre el encuentro. Esos nervios se notaron en ambos equipos durante los primeros minutos, donde reinaron las imprecisiones, los errores en el lanzamiento y la intensidad defensiva.
Buena parte de la culpa del cambio de guión en el partido y de que Maristas llegara al descanso con ventaja la tuvo la propia Andrea Pérez, que reconoce que estuvo toda la semana “en pánico” por el choque. “¿Si cambié algo cuando salí a pista? No lo sé. Dentro de mi cabeza estaba: ‘Andrea haz todo lo que puedas para ayudar al equipo, lo que sea’. Hablando con un amigo durante la semana, me dio los doce trabajos de Hércules llevados a mi tarea como jugadora en el partido y fue en lo que pensé al salir a la pista”.
Maristas volvió del descanso como un vendaval, llegando a tener una ventaja de catorce puntos. Sin embargo, el partido no estaba, ni mucho menos, sentenciado. Mataró ajustó cosas en defensa y llegó a ponerse por delante en el último cuarto. “No temimos por la victoria. Hemos estado en posiciones similares en otros partidos. Solo teníamos que dejar de cometer errores, que era lo que ellas estaban aprovechando”, explica Nia Daniel. “Sabíamos que hacen muchos cambios defensivos. Lo teníamos preparado, pero luego tienes que tener la oportunidad de tirar y meterla. En muchas ocasiones hacíamos veinticuatro segundos sin ni siquiera ver el aro, y eso es un error grave, pero supimos remontar”, recuerda por su parte Andrea Pérez.
La grada de Maristas estuvo prácticamente llena para animar al equipo colegial en un partido clave como el del domingo. Además de su animación habitual, contaron con miembros de colectivo Espíritu 23 (encargados de poner voz y música a los cánticos en los partidos del Básquet Coruña).
La afición y el banquillo coruñeses estuvieron enchufados durante los cuarenta minutos de juego, espoleando a las jugadoras que estaban en la cancha en cada momento. Cada defensa exitosa, cada rebote, cada canasta, todo era motivo de celebración. “Se sintió increíble, el ambiente fue impresionante”, recuerda Nia Daniel.
Tras conseguir su victoria número diecinueve y el billete para la fase de ascenso, Maristas descansará esta semana antes de afrontar el último partido de liga regular (sin implicaciones clasificatorias) contra Cortegada. La semana siguiente podrán descansar, pero ya empezarán a preparar la fase de ascenso. Ese playoff se disputará en una sede aún por determinar entre el ocho y el once de mayo, con Maristas como uno de los participantes.
“Estoy orgullosa, estoy feliz y ahora solo queda disfrutar. Lo que venga, evidentemente hay que trabajarlo y queremos siempre más, pero quiero disfrutar”, reconoce Andrea Pérez. Las coruñesas ya saben lo que es participar en una fase de ascenso, ya que se clasificaron la temporada pasada necesitando varias victorias menos. Allí se midieron a Domusa, Castelló y Plasencia, contra quienes no fueron capaces de ganar ninguno de los tres encuentros, algo que buscarán cambiar en esta temporada 2024-25.