Las ventanas FIBA comenzaron en 2017 como un nuevo sistema de clasificación para los tres grandes torneos internacionales: Eurobasket, Mundial y Juegos Olímpicos.
Un cambio que levantó ampollas a varios niveles. Primero, porque la mayoría de las ventanas están ubicadas en medio del calendario de las competiciones de clubes. Segundo, por las excepciones: los equipos de la Euroliga están exentos de ceder jugadores. Y tercero, porque muchas federaciones nacionales no pueden contar con sus mejores efectivos, ya que la NBA tampoco les da permiso.
El Leyma Básquet Coruña también ha padecido en todo este tiempo la incomodidad que generan. Lo explicó bien el pasado viernes Diego Epifanio –que pierde por más de una semana a Beqa Burjanadze (Georgia), Olle Lundqvist (Suecia) y LJ Figueroa (República Dominicana)–. El técnico resaltó, entre otras cosas, que “los jugadores van a estar nueve días fuera de la dinámica del equipo; te quitan el control alimentario, físico, técnico-táctico... Se expone el jugador a entrenamientos de más intensidad y hace más kilómetros, el riesgo se amplía”.
No obstante, el Leyma presenta un balance positivo en los cinco partidos que ha jugado a la vuelta de una de las numerosas ventanas FIBA que se han abierto en estos últimos siete años. La primera vez fue en febrero de 2020 –clasificación para el Eurobasket 2022–, con victoria por 68-60 contra el Marín. Tras la de noviembre de ese año, triunfo por 66-64 ante el Palencia; y en la de febrero de 2022, paliza (68-46) al Cáceres, en un partido donde se lesionó gravemente el lituano Augustas Peciukevicius, que no había ido con su selección.
En la clasificación para el Mundial 2023 la cosa no fue bien para el equipo naranja. Después de la ventana de noviembre de 2021, perdió en Lleida (84-83) y tras la de febrero de 2002, cedió por 62-49 en la pista del Gipuzkoa.