El Leyma Básquet Coruña cerrará este domingo, 29 de septiembre, un círculo del baloncesto herculino abierto 56 años antes por el Bosco, el primer club gallego que alcanzó la primera categoría del baloncesto español, entonces llamada Primera División.
Si la entidad nacida en 1996 de la fusión del CB Arteixo y el CB Ventorrillo debutará en la cumbre, ahora llamada ACB, contra el club que más veces ha ganado la liga (37) y la Copa (29), el Bosco, fundado el 3 de septiembre de 1960 y finito el 17 de febrero de 1988, lo hizo contra el otro transantlántico, el Barça (20 ligas y 27 Copas), por aquellos años un equipo del montón, que, de hecho, esta temporada acabó con los mismos puntos que el San José badalonés, uno de los de que disputó la promoción para no descender.
El aterrizaje del equipo coruñés, entrenado por Pepe Auseré, fue abrupto: 95-66 en la pista azulgrana.
Sin embargo, la primera alegría no tadó nada en llegar. Concretamente siete días. En el debut como local, el 1 de diciembre de 1968. En un partido disputado en la Universidad Laboral, los Moreno, Seral, Rozas, Alfredo Pérez, Merino, Vidal, Blanch, Quique Caruncho, Escorial, Rey, Reparaz..., vencieron por 63-53 al Náutico tinerfeño, a la postre uno de sus rivales en la batalla por la permanencia.
Además de los mencionados, pasaron por aquella plantilla Pololo, Arnau, Blas, Rey, Goyo y Nacho. Estos dos últimos fueron llamados a filas y después de la jornada 10 causaron baja hasta el final de la temporada por estar cumpliendo el servicio militar.
En la pista de la Crucero Baleares también doblaron la rodilla el San José (72-65), en el segundo compromiso como local, y el Mataró, por 64-52, en el tercero.
Pero a continuación llegó una serie de cuatro derrotas enlazadas: 91-59 ante el Picadero, 74-55 contra el Juventud de Badalona, 71-78 frente al Estudiantes y 53-51 en la pista del Atlético San Sebastián.
Curiosamente, tras esta mala fase llegó la mejor del curso, la única tacada de dos triunfos, ambos en casa, por 74-63 contra el Manresa y por 63-58 frente al Barcelona. El encuentro ante el conjunto azulgrana fue el último en la Universidad Laboral.
Tras caer en Tenerife por 68-56, el Bosco regresó a A Coruña para estrenar casa. Con el recinto sin estar completamente acabado, e incluso con andamios todavía conviviendo con las gradas, la polideportiva debutó, con lleno, el 23 de febrero de 1969.
El rival no pedía menos: el Real Madrid de los Wayne Brabender, Clifford Luyk, Emiliano Rodríguez, Miles Aiken, Carmelo Cabrera, Vicente Ramos... El conjunto entrenado por el legendario Pedro Ferrándiz arrasó en Riazor (64-98) y acabaría proclamándose campeón con cuatro puntos más que el hoy Joventut. Fue el segundo de 10 títulos ligueros consecutivos del club merengue.
El Bosco jugó toda la liga sin extranjero, ganó seis partidos y empató uno. Acabó colista y descendió directamente junto con el Manresa. La promoción para evitarlo la disputaron el San José badalonés y el Náutico tinerfeño contra dos equipos de la segunda categoría, el UDR Pineda barcelonés y el Urcelay bilbaino.
Cuentan algunas voces de la época que una de las causas del descenso hay que buscarla en el encuentro contra el entonces llamado Juventud, correspondiente a la jornada 19, a cuatro para el final.
Concretamente en una acción inaudita: el árbitro, Hernández Muñoz, abrumado por las amenazas de una leyenda nacional como el base Nino Buscató, y del reputado Eduardo Kurcharski, estrella y entrenador del equipo verdinegro respectivamente, señaló una técnica... a la afición coruñesa. El duelo acabó con el único empate (70-70) del Bosco en los 22 encuentros de aquel campeonato.
Aunque la realidad es que, de haber ganado aquel partido, el cuadro herculino habría acabado con 14 puntos, los mismos que el otro descendido, el Manresa, y que el Náutico. Pero perdiendo el triple desempate. El averaje particular con el equipo del Bages estaba igualado, ya que ambos ganaron en su pista por 11 puntos, 74-63 en la Universidad Laboral y 86-75 en suelo barcelonés, en la última jornada del torneo.
El Bosco lo tenía perdido con el conjunto tinerfeño, que cayó por 63-53 en la pista de O Burgo y venció en la isla por 68-56. En el duelo directo entre los otros dos implicados en el triple empate salió ganador, por mucho, el Náutico, que como local venció por 92-59 y como visitante perdió por 66-54.
Así pues, aun ganando aquel polémico duelo al Juventud, el Bosco habría ocupado igualmente el farolillo rojo, puesto que su diferencia entre puntos anotados y encajados fue peor que la del Manresa.
El ascenso del Bosco a la máxima categoría nacional se fraguó de una manera bastante curiosa. Sin cancha de baloncesto fija en A Coruña, el equipo jugó la fase decisiva en una instalación móvil que se colocaba en María Pita. Una doble carpa que, por su forma, el populacho bautizó como las tetas. Y que también llegó a colocarse detrás de la Torre de Maratón en el estadio de Riazor. En esta pista, de cemento, el Bosco venció al Hernán Imperio canario, al Pineda catalán y al Lanas Aragón valenciano para avanzar a la siguiente fase. El equipo coruñés cedió ante el San José badalonés, el Manresa y el Canoe madrileño, en una liguilla a doble partido, pero pudo disputar una especie de repesca: un duelo cara a cara con otro equipo madrileño, el Vallehermoso, noveno clasificado de Primera División. En la capital, derrota esperanzadora (49-42). El 5 de mayo de 1968, en las tetas abarrotadas de público, triunfo por 57-40 para sellar un ascenso histórico.