Yulenmis Aguilar (3 de agosto de 1996, Bayamo) es una lanzadora de jabalina que ha hecho historia tanto para A Coruña como para España. La cubana, que pertenece de manera profesional al Valencia Sports, pero entrena con el Escuela de Lanzadoes de A Coruña, firmó la mejor marca mundial en lanzamiento de jabalina con 63.90 metros, a sólo diez centímetros de la mínima olímpica. Una marca increíble pero que no le garantiza su presencia en los Juegos Olímpicos por no tener la nacionalidad española, algo por lo que está peleando.

¿Ya has asimilado haber logrado la mejor marca mundial?
Yo había hablado con mi entrenador el pasado tres de febrero tras el Campeonato Gallego. Allí había lanzado 61,19 metros haciendo solo media carrera, por lo que podían haber sido siete u ocho metros más con la carrera completa. Entonces, estaba en los planes poder haber hecho una marca tan buena como esta.

¿Confiabas en haber lanzado a más distancia?
Sí, porque en mi mente iba a por la mínima olímpica, que eran 64 metros y me quedé a diez centímetros. Eso me dejó un sabor agridulce.

La idea era buscar la mínima olímpica

¿Habías cambiado tu preparación para este campeonato?
No mucho. Trabajé directamente para este campeonato porque íbamos a buscar la mínima. Esa era la idea. Si salía bien, si no no pasaba nada. Modificamos un poco el entrenamiento para llegar lo mejor posible y lograr ese objetivo.

Al haber conseguido esa marca en el primer lanzamiento, ¿te metió más presión para los dos restantes?
Yo creo que me ganó la ansiedad porque sabía que sólo me quedaban dos lanzamientos por no ser española. Aun así fue un poco raro porque en el primer lanzamiento me quedé muy pegada a la carrera y tuve que recortarme mucho. La carrera estuvo un poco regular en esta competición.

Con cada lanzamiento, ¿te fijabas en la reacción de tus rivales?
Bueno. Realmente, solo me fijé en mi compañera del Valencia, Paula Rodríguez, que es muy buena amiga, y en Magalí Jiménez, que entrena en A Coruña conmigo. Ellas, junto a Arantza Moreno, con la que también me llevo muy bien, fueron las primeras en felicitarme por la marca, pero yo no me di cuenta de eso hasta que acabó la competición.

A pesar de ser la mejor, no fuiste campeona por la nacionalidad. ¿Te fastidió?
La verdad es que no. Me gustaría que mi nacionalidad llegara más hacia el verano porque es un poco más mediático. En invierno hubiese estado bien porque así hubiese sido campeona de España pero no hubiese significado tanto. Al final, no había tanto público presente para ver esa marca. En verano será distinto porque va más gente y porque está más cerca de los Juegos Olímpicos.

Hablando de los Juegos, ¿albergas esperanzas de ir?
Sí. En principio yo no iba a ir a este campeonato porque estaba muy lejos. De hecho, al no haber aeropuerto cerca, no iba a ir porque no podía llevar las jabalinas, pero cambiamos de opinión y decidimos hacernos diez horas en coche hasta Jaén para estar. Llegué muy agotada, pero salió bien.

¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Pensé en ese 61.19 que había hecho en el Campeonato Gallego con media carrera y sin dolor en el hombro. Sabía que tenía que ir porque era la única opción que tenía en invierno de competir más hasta verano. Era la única oportunidad que tenía de lograr la mínima olímpica. Fue una moneda al aire.

Mi objetivo es trabajar día a día para ir a los Juegos Olímpicos

¿Qué planes de futuro tienes?
Sea española o no, mi objetivo es trabajar día a día para los Juegos Olímpicos. Si después no sale, pues ya quedan los grandes mítines de Europa... Yo trabajo para los Juegos.

¿Cómo está el tema de tu nacionalización?
Está más encaminado porque hace veinte días el Ministerio de Justicia se puso en contacto conmigo para solicitarme un documento que tuve que pedir a Cuba. Ahora, estoy esperando a que me lo manden para poder presentarlo.

¿Crees que tus resultados recientes ayudaron en que se acelerase el proceso?
Yo creo que fue un cúmulo de cosas. Tanto la parte mediática gracias a vosotros, la prensa, también el club (Escola de Lanzadores de A Coruña) han estado presionando y la federación también preguntó por mí porque es año olímpico. A eso, le sumas los buenos resultados de la temporada, pues todo ayudó.

Llegué a Coruña destruida, porque hacía más de dos años que no entrenaba

¿Cómo acabaste aquí?
Acabar en A Coruña no fue algo que yo elegí, sino que la vida me lo puso delante. En 2019, habían estado aquí las cubanas que habían sido campeona y subcampeona mundial (Yaimé Pérez y Denia Caballero) y su entrenadora (Hilda Elisa Ramos), que es amiga de Raimundo (Fernández, presidente Escolar de Lanzadores de A Coruña) y tuvimos nuestros primeros contactos. Ahí, me dijeron que tenía que venir aquí porque Raimundo era la persona con la que podía seguir mi carrera deportiva. Contacté con él y el resto es historia.

¿Qué aprendiste aquí?
Aprendí de todo. Llegué aquí de cero. Hacía más de dos años que no entrenaba y llegué destruida. Al llegar, Raimundo me cambió el agarre de la jabalina, que es lo más básico, y me enseñó de todo tanto a nivel profesional como nivel personal. Es una persona que me integró en el mundo español.

¿Pesó mucho la polémica con la selección de Cuba?
No pesó a nivel mental porque ya habían pasado dos años, pero sí que lo hizo físicamente. Me pasé cinco meses en depresión total. Subí casi diez kilos, por lo que llegué aquí con sobrepeso, con mucho dolor en las rodillas, en los hombros y en la espalda. Llegué hecha una calamidad total. Entonces, nos pusimos en manos del doctor Arriaza, y de su equipo para empezar a salir adelante y estar en la situación actual.

Tuviste una época de muchas lesiones, ¿era porque te metías una presión excesiva?
En Cuba, entrenan de forma diferente. Allí, por ejemplo, levantas muchas pesas mientras que aquí nos cuidan más como se debe cuidar a un atleta. Cada cual tiene su librito. Yo rendí en los dos sitios porque tuve un récord del mundo allí y aquí. No me puedo quejar.

Cuando el deporte me lo permite, viajo a Cuba para ver a mi esposa, a mi madre y a mi hermana

¿Echas de menos tu casa?
La verdad es que sí. Tengo a mi esposa en Cuba y la echo de menos. Estoy en trámites de poder traerla. Además, también están mi madre y mi hermana. Yo estoy legal en este país, puedo entrar y salir cuando quiero. No es como la situación de otros atletas que están de manera ilegal. Yo puedo entrar y salir de aquí, porque me marché de Cuba de manera legal. Entonces, cuando el deporte me lo permite, voy a verlas.

¿Es difícil competir pensando que no tienes a tus seres queridos apoyándote?
Sí, pero por suerte ahora tenemos teléfonos para estar en contacto. Aunque no hay contacto físico, está el apoyo emocional que me dan. Sé que están ahí apoyándome. Hablo diariamente con ellas y eso ayuda mucho.

Un sueño por cumplir.
Ser española. Realmente no me puedo exigir más porque lo estoy logrando todo. Si soy española se me abren todas las puertas porque puedo competir con la selección, en los Juegos, en los Europeos... Vestir los colores de España es mi sueño más grande.