El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) vuelve a dejar "huérfano" el campeonato del mundo de MotoGP tras anunciar en el circuito italiano de Mugello que tendrá que volver a pasar por el quirófano, por cuarta vez desde que sufrió su grave accidente en el circuito Ángel Nieto de Jerez de la Frontera, para solucionar una rotación del húmero de su brazo derecho.
Márquez no se cansó de decir que sus condiciones físicas no eran las mejores, que debía cambiar su forma de pilotar para intentar sacar provecho a su moto, y una impresión en tres dimensiones (3D) de su brazo, realizada en la Clínica Mayo de Estados Unidos por el equipo del doctor Joaquín Sánchez Sotelo, ha confirmado las peores previsiones del piloto de Repsol Honda.
Una vez más, con sinceridad y coraje, Marc Márquez explicó el sábado en Mugello que su situación era insostenible y así se lo había comunicado a sus equipos médicos, el de Samuel Antuña y el de Ángel Cotorro, pues el esfuerzo realizado por intentar "cambiar de vida" y venirse a Madrid en lugar de su Cervera natal en Lérida, prácticamente no había servido para nada y que "el sufrimiento era mayor que la diversión, que el sentido y la satisfacción de correr".
Su estado físico no mejoraba y la desesperación comenzó a medrar en el ánimo de un Marc Márquez que, cara al público, no mostró ningún síntoma de debilidad ni de abatimiento y mucho menos de rendición, pero en su fuero interno sabía perfectamente que algo no estaba bien en su interior.
Como él se encargó de explicar, no fue hasta que los médicos confirmaron la consolidación de su fractura de húmero cuando empezó a explorar otras opciones y para ello, una vez más hizo caso de las recomendaciones de Antuña y Cotorro, que le recomendaron a Sánchez Sotelo en Estados Unidos.
La gran duda de Marc Márquez era que allí le confirmasen que todo estaba bien, que no había ningún problema, pero no fue así. Le confirmaron que existían problemas en húmero. Una rotación excesiva del hueso que hace que la articulación trabaje de una manera completamente forzada y que era necesario corregir de inmediato.
Pero, como siempre, este gran campeón, sabedor de que la intervención quirúrgica no sería hasta el próximo jueves, decidió junto a su equipo disputar la carrera italiana -competitivo hasta el final-, antes de ponerse en manos de los galenos americanos para intentar poner fin de una vez por todas a su gran pesadilla.
Y es que sus propias palabras son el mejor resumen de lo que significa ser un gran campeón, pues Marc Márquez, tras "desnudarse" para hacer pública su situación, no dudó en asegurar: "Ahora, con 29 años, creo que todavía puedo darle mucho a Honda y al motociclismo" y se puso a hacer las maletas para volver a caer en manos de los médicos e intentar encontrar una solución definitiva a sus problemas físicos.
En breve sabremos sí todo ha ido como se merece este gran campeón y su intervención quirúrgica puede transcurrir, de verdad, por el camino que todos queremos, el de la recuperación definitiva.