Cristóbal Eiranova Lema (9 de noviembre de 1985, Muxía) es una persona que siempre estuvo enamorado del automovilismo. No solo era y es su pasión sino que también es su trabajo. Fruto de eso, en 2008, el muxián pero afincado en Sada, decidió probar suerte en los rallyes y, aunque la experiencia fue buena, tuvo que dejarlo porque la suerte no le acompañó.

Sin embargo, 14 años después, Cristóbal retomó su sueño y volvió a competir, pero con una mentalidad distinta. Ahora quiere salir y disfrutar corriendo, sin importar el resultado que consiga.

¿Cómo empezó tu pasión por el mundo del automovilismo?
Llevo desde los quince años rodeado de coches, así que fue muy natural para mi que me gustasen. Yo estoy en el sector del automóvil. Empecé corriendo en el año 2008 con un Peugeot 205 el Rally Sur do Condado, después también probé los karts, motos, motos de agua... Todo lo que tenga que ver con el mundo del motor me gustaba y me sigue gustando.

¿Te fijabas en alguien ?
Siempre te fijas en los más grandes. En mi caso, siempre me fijé y aún me sigo fijando en Iago Caamaño, que es un piloto ejemplar. De hecho, me ayuda en muchas cosas y me da muy buenos consejos para mejorar.

¿Pensaste en iniciarte en el autocross?
Siempre tuve la ilusión de probar un carcross, que es algo que nunca pude hacerlo. También me gustaría probar un fórmula de subidas. De hecho, antes de plantearme correr rallyes si que me había planteado comprar un fórmula de subidas. El problema es que solo lo disfrutas tú y eso es una desventaja porque en los rallyes sois dos personas en el coche y es muy guay. Quizás en un futuro lejano pruebe a correr ahí.

Antes mencionaste que corriste el Sur do Condado. ¿Qué recuerdas de esa experiencia?
Puf, fue hace mucho tiempo. Esa primera etapa en la que competía creo que fue muy buena, pero empezamos con mal pie porque en el primer rally tuvimos un golpe. Fue algo duro. A partir de ahí, se me empezaron a ir las ganas aunque conseguimos arreglar el destrozo. Después corrimos en el San Froilán, pero también tuvimos que abandonar. Así que aunque tenía mucha ilusión, la suerte no me acompañó.

¿Ese fue el motivo principal de la primera retirada?
Sí. En esa época estaba todo muy apretado en el tema económico porque cobraba lo mínimo y no tenía patrocinadores que me ayudasen como hacen ahora.

Llevaba mucho tiempo con ganas de volver a correr. Entre eso y algunos amigos que me picaron para montar algo, pues me metieron el gusanillo

¿Qué te hizo volver?
Sinceramente no lo sé. Llevaba tiempo con ganas de volver a correr. Pienso que se juntó el tener un taller de coches y que algún amigo me picó para que comprase un coche y montase algo. Al final me metieron el gusanillo, así que fue un cúmulo de cosas.

¿Qué te dijeron tus amigos y familiares cuando les contaste que ibas a volver a correr?
Si te digo la verdad, nadie se lo esperaba. Les pilló por sorpresa. Hace un año y medio había comprado una carrocería para montarla. Empecé a hacerlo con mucha ilusión, pero al ir montándola te van faltando cosas, pasa el tiempo y no lo das acabado y te desmotiva. Al final, un día que la vi toda llena de polvo, puse un anuncio y la vendí. A los tres meses encontré un Citröen Saxo montado y lo compré para correr toda la temporada. Sin embargo, lo que a mi me gustaba era la tracción trasera y cuando tenía el Saxo todo preparado para salir en el Rally de Coruña, encontré un BMW y cambié un coche por otro y me planté en Cacabelos para correr.

¿De dónde viene ese fanatismo por la tracción trasera?
La verdad es que no sé (ríe). Siempre tuve coches de calle que eran tracción trasera y me sentía cómodo con ellos para correr.

Gustándote la tracción trasera, ¿te planteaste correr en campeonatos de drift?
No, porque no me gustan nada. Llegas a un circuito, estás dando vueltas todo el día y a mi me aburre. Prefiero hacer otras cosas que dar cincuenta vueltas en un circuito de uno o dos kilómetros.

Hace dos semanas disputaste el Rally de la Mencía. ¿Cómo fue el retorno a la competición?
Empecé bien y con muchas ganas, a pesar de la penalización. Fue una experiencia muy buena para empezar, pero lo malo es que tuvimos que abandonar después de comer. Aún así, vuelvo a correr en el Rallymix de Piñor y si todo va bien en Coruña.

¿Cómo te sentías por los tramos?
La verdad es que me sentía en una nube. Era una pasada. Me vinieron muchos recuerdos. Tenía muchas ganas de correr. Tenía esa sensación de estar haciendo algo y que lo estás disfrutando muchísimo. Es algo difícil de explicar.

¿Pediste algún consejo para preparar el rally?
Sí, tuve que pedir muchos consejos a mucha gente porque hacía muchos años que no corría. Por suerte me ayudaron mucho y no hubo muchos problemas.

¿Cuál va a ser tu plan?
Mi plan es hacer el mayor número de rallyes en la temporada. Tengo muchas ganas de correr y quiero hacerlo pero disfrutando, sin llevar golpes y pasarlo bien. No voy a ir buscando un resultado bueno como tal, yo solo quiero divertirme y disfrutar conduciendo.

Mencionas que te da igual el resultado, pero ¿te vas fijando en los tiempos que vas haciendo?
Siempre vas mirando los tiempos aunque no te importe el resultado porque te acaba ayudando. Por ejemplo, en el Rally de la Mencía fuimos por probar como íbamos. Pero en los rallyes que vienen, como el de Coruña, si que vamos a fijarnos más en los tiempos e intentar hacerlo bien.

¿Qué es lo más difícil de correr en rallyes?
Creo que lo más difícil es llegar a entenderte con un copiloto, porque es clave la unión entre piloto y copi para ir bien en el coche. Te pueden cantar las notas de una forma y se puede dar el caso de que no te vayan bien como lo hace. Yo soy partidario de que un piloto tiene que coger las notas como las entienda. Imagínete que me dices: derecha 2, se abre derecha 3 fondo y yo lo puedo interpretar de otra manera. Al final, cada uno es un mundo y lo que tienes que hacer es entenderte muy bien con tu copiloto.

Para evitar esos problemas, ¿vas a trabajar esta faceta?
Sí. En el de Cacabelos, como fue todo tan rápido, solo cogimos notas en una pasada por cada tramo. Eran notas muy básicas y no es lo mejor para correr, pero también íbamos para probar el coche y no habíamos tenido mucho tiempo para prepararlo bien. Pero a partir de ahora, iremos a los tramos con tiempo para practicar a coger notas y que nos sean fácil a los dos para entenderlas y que no haya ningún problema. Quiero que trabajemos esa unión tan importante.

¿Ya pensaste como vas a compaginar el calendario de los rallyes con tu trabajo en el taller?
Sí. En los ratos libres que tenga, iré trabajando en el coche haciendo los reconocimientos. Lo bueno que tengo es que como soy el dueño del taller, puedo hacer las cosas allí. Cuando tenga las carreras, el viernes lo cogeré libre y después trabajaré otro sábado para compensarlo. Por suerte tengo esa libertad para compaginar bien mi pasión con mi trabajo.

¿Hay alguna prueba de la calendario que ya tengas marcada?
Sí, ya tengo cuatro o cinco pruebas que quiero correr sí o sí. Para mí son obligatorias. Me gustaría estar en el Rally de Coruña, el de Ferrol, Narón, Rías Altas y Noia. Esos tengo que correrlos como sea.

¿Te visualizas ganando en alguno de esos rallyes?
Me lo imagino, pero es muy difícil (ríe). Siempre vas con la mentalidad de ir a ganar pero luego hay muchos factores que influyen como el coche o las manos del piloto. Aún así, en el caso de quedar entre los cinco primeros de una copa, sería un orgullo inmenso.

La copa puede ser más fácil.
Exactamente. Al final, en la clasificación general es muy difícil llegar a los puestos altos por el nivel que hay, pero dentro de una copa es más fácil conseguir una buena posición. Vas pensando en que puedes lograr un buen resultado porque compites, más o menos, en igualdad de condiciones.

Mencionabas el tema manos, ¿practicas de alguna manera tu estilo de pilotaje?
No. Este año sé que voy a quedar atrás porque llevo mucho tiempo sin correr, el coche es nuevo y voy con miedo a romperlo. Bueno, miedo como tal no, pero si que no me quiero arriesgar a darme un golpe.

Prefiero ir en un tramo, salir y darme un golpe pequeño que me permita seguir, a que se me estropee el coche

Es complicado mezclar las ganas de correr con ser cuidadoso.
No tanto. Yo quiero correr y si le doy un golpe al coche pues no habría problema. A mí lo que me daría rabia es no llegar a acabar por culpa de una avería como me pasó en Cacabelos. Allí, por culpa de un manguito, me quedé tirado. Eso me dio mucha rabia. Prefiero ir en un tramo, salir y darme un golpe pequeño que me permita seguir, a que se me estropee el coche. Prefiero perder dos semanas en reparar el coche, pero habiendo acabado el rally que no abandonarlo por culpa de un manguito que me cuesta 20 euros.

Lo bueno es que al tener un taller, tienes acceso a muchos recambios.
Pues sí (ríe). Consigo muchas piezas de esa manera. Tengo muchas piezas de recambio por si pasa cualquier cosa. Por ejemplo, si vas a una carrera y rompes un palier o un trapecio, pues tengo recambios aunque si lo rompes te hace abandonar porque no vas a ir con eso en el maletero.

¿Un sueño por cumplir?
Sueño como tal no. Sí que me gustaría ser un piloto de los que llaman la atención. Cuando pase por un tramo que digan: ahí va Cristóbal. Me gustaría ese reconocimiento, pero se consigue muy poco.