El Burgos Club de Fútbol ha decidido expulsar "de por vida" al joven de 23 años acusado del homicidio de Sergio Delgado, el vallisoletano que falleció el pasado sábado tras recibir un "fortísimo" puñetazo en una zona de copas de la capital burgalesa, después de que el club haya comprobado que el joven era socio de la entidad.
"Tras el gravísimo hecho acontecido durante la madrugada del pasado sábado y una vez conocida la medida provisional adoptada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Burgos a un socio del Burgos Club de Fútbol, la entidad blanquinegra ha decidido expulsar de por vida a dicho individuo", ha indicado en un comunicado.
En el mismo, el Burgos CF reitera "su firme compromiso en la lucha contra la violencia, el racismo y la xenofobia" y confía en que "estos tristes acontecimientos no vuelvan a repetirse".
Este pronunciamiento del club coincide con la postura expresada por el nuevo propietario del Burgos CF, Marcelo Figoli, quien en el minuto de silencio guardado en recuerdo a la víctima el pasado lunes ya anunció que no iba a permitir violentos en la grada de El Plantío, un "compromiso inquebrantable del club en la lucha contra la violencia, el racismo y la xenofobia".
El Juzgado de Instrucción 3 de Burgos acordó en la tarde de este martes el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, del joven detenido el domingo por el homicidio de Delegado, acusado de haberle propinado un "fortísimo" puñetazo de forma sorpresiva, que le ocasionó la muerte de manera casi inmediata.
La Policía Nacional ha manejado, desde el primer momento, que el detonante de la agresión mortal fue el origen de la víctima, de Valladolid, que estaba con un grupo de amigos celebrando en Burgos una despedida de soltero, motivo por el cual la familia y amigos solicitan que se le impute al acusado un delito de odio.
Además, fuentes de la investigación confirmaron a EFE que en el momento de su detención se le encontraron al joven burgalés planfletos de un grupo ultra juvenil vinculado con el Burgos CF, y que el detenido era aficionado al equipo burgalés, como la víctima lo era al Real Valladolid.