Una entrevista de Armando Palleiro y Eder Pereira
Poco más de tres meses después de ofrecer su primera rueda de prensa, Yeremay concede su primera entrevista a este diario.
Aunque reconoce que se le da mucho mejor ejercer la magia con un balón en los pies que hablar ante los micrófonos, cada día se encuentra más suelto para expresar sus sensaciones en el mejor Depor de la presente temporada.
Con la ilusión de un niño, agradece las comparaciones con Valerón, asume la necesidad de seguir progresando y sueña con guiar al cuadro coruñés hacia el fútbol profesional.
¿Sientes menos nervios ante los medios de comunicación?
Me encuentro más o menos, me pongo muy nervioso porque no estoy acostumbrado.
¿Crees que has madurado como futbolista a pesar de que solo tienes 20 años?
Sí, pienso que desde que entré en el primer equipo hasta ahora me siento de modo diferente, estoy mejorando día a día con la ayuda de mis compañeros.
¿Te ha ayudado este mayor aplomo para sobrellevar la grave lesión que sufriste a inicios de curso?
Sí, date cuenta de que era mi primera lesión más larga, nunca me había pasado algo así. Al principio de la recuperación iba todo bien pero en el campo al tocar el balón me di cuenta de que la pierna no me aguantaba y me dolía. No podía entrenar porque me sentía incapaz de golpear el balón. Lo pasé un poco mal porque no sabía. Lo trabajé con el psicólogo también, que me ayudó mucho en la recta final de mi rehabilitación. Supe cómo enfrentarme a los miedos que tenía.
Tu regreso ha coincidido con la mejor versión del equipo...
Me dio mucho ánimo porque llevábamos partidos empatando y empezaron a salir bien los resultados.
¿Es demasiada responsabilidad para un chico de 20 años tirar del carro a nivel colectivo?
Creo que tanto yo como Mella o los canteranos no sentimos responsabilidad; mira el otro día, con 28.000 personas en el campo. Me lo tomo como un placer, en muy pocos estadios de Primera se vive algo así, somos unos privilegiados. Somos niños pequeños e intentamos pasarlo bien como niños.
¿Te halaga que te comparen por tu calidad y detalles técnicos con un paisano como Juan Carlos Valerón?
Que me comparen significa que juego bien y eso me ayuda pero hay que darse cuenta de que Valerón solo hay uno. Tuve la suerte de verlo en directo y como entrenador mío en el Fabril era impresionante, incluso cuando ya estaba retirado. Hacía unos controles que nos quedábamos todos flipando.
¿Cuál es el secreto para estas siete victorias consecutivas?
La cara del equipo es distinta, todos confiamos mucho en el jugador que tenemos al lado. El de al lado tiene ganas y entre todos nos vamos contagiando. El míster nos transmite mucha confianza. Incluso cuando los resultados no eran buenos nos daban ganas de seguir.
En ataque los jóvenes habéis aportado mucho desparpajo...
Sí, porque no tenemos miedo, vamos para adelante y no pensamos en fallar sino en acertar.
¿Cómo se llevan los comentarios de que los canteranos vais a llevar al club hasta Primera División?
Tenemos ganas de hacer algo así, nuestro objetivo es ese. Queremos ascender este año, que es lo más importante. Deseamos ayudar al club en todo lo que podamos.
¿Cómo es jugar al lado de Lucas Pérez o de Mella?
El otro día hablaba en la sauna con Barbero de que cuando yo no tengo un buen día o cualquiera no lo tiene pues lo tiene Barbero o Lucas, tenemos mucho en donde elegir. Los que no juegan, ojo porque lo están haciendo sensacional. Hugo Rama es un jugador con una calidad brutal y no está jugando mucho. Berto también tiene mucho nivel; son hombres de un nivel alto y que entrenan que alucinas. Salva Sevilla también. Jugar con Lucas es muy fácil porque es muy listo, es actuar con un jugador de Primera División.
¿Tú crees que tienes nivel de Primera División?
No lo sé, estoy creciendo y eso ya se verá; mi objetivo es llegar a Primera División y ser futbolista profesional y creo que tengo que dar muchos pasos para seguir mejorando.
Los rivales os castigan mucho a los atacantes blanquiazules. ¿Os sentís desprotegidos por los árbitros?
Igual deberían tomar algo más de medidas pero los árbitros intentan hacerlo bien siempre, nadie quiere fastidiar a ningún equipo en particular. Al final patadas hay en todos los partidos, es fútbol.
Aunque tu contribución al equipo es de suma calidad, esta temporada solo has sumado una diana...
Tengo que mejorar en eso y quiero hacerlo; estoy convencido de que lo voy a lograr, acabaré haciendo más goles. En categorías inferiores siempre hice goles, incluso el año pasado también. Debo mejorar en la finalización para ser mejor jugador.
Incluso amigos o compañeros te vacilan con eso...
Sí, en Las Palmas me lo dicen los amigos y Mella, cuando venimos en el coche, está todo el día jodiéndome con eso, que lleva más goles que yo (risas). Es bueno que los compañeros te lo digan y creo que tengo un gran margen de mejora en este sentido.
Dominas el desborde por banda y también el pase milimétrico. ¿Te diviertes más en el costado o como mediapunta?
Me da igual, puedo jugar en cualquier posición del ataque; hago lo que me pida el míster y este me dice que vaya a recibir el balón al medio y que me quede por dentro, que pique a veces a la espalda para ser imprevisible...
¿Te ha costado mucho esfuerzo estas últimas jornadas no ver la quinta amarilla y así poder estar el domingo en Tarragona?
La idea era justo esa, pero el míster no me dijo nada. Era consciente de que no podía fallar. El otro día en una contra que corta Villares tuve que frenarme porque intuí que podría ver la tarjeta.
¿El partido ante el Nàstic es una final?
Es un partido superimportante para nosotros porque jugamos contra un equipo que tiene muy buenos jugadores y que es un candidato a pelear en la zona de arriba. Estamos trabajando con muchísima humildad y vamos a ir a por los tres puntos. No vamos a por un punto. El empate no nos vale.
Es curioso que va a ser un partido sin primeros entrenadores, toda vez que Idiakez y Vidal están sancionados...
No sabía lo del entrenador de ellos, pero es llamativo. Si nos equivocamos no habrá tantas broncas (risas).
¿Es menos ‘sargento’ Gibanel?
El míster se enfada más que Mario, que es más tranquilo.
¿Te motiva más que haya un millar de adeptos del Depor en el Nou Estadi?
Es una locura, me imagino que hay deportivistas con dificultades económicas que hacen un esfuerzo para viajar a sitios a vernos y eso es mucho, lo valoramos un montón. La afición del Deportivo es de Primera. Llevamos cuatro años en el barro y nunca nos han fallado, es para valorar y admirar. Este año lo vamos a cambiar porque estoy segurísimo de que vamos a ascender. Ojalá podamos darles una alegría.
¿El del domingo es el partido más importante de los doce que restan?
No, los doce son muy importantes. Cada partido es una final. Si pensamos que ganando al Nàstic estamos ascendidos, estamos muertos. Somos muy humildes.