El 12 de noviembre de 1939, el Deportivo golea al Celta (4-0), quince años y tres días después de su primer enfrentamiento, que acaba de celebrar su centenario. Los blanquiazules certifican la conquista de su sexta corona gallega e igualan al conjunto celeste en el palmarés. Los blanquiazules cantaban el alirón una semana antes, al imponerse en el campo del Inferniño al Racing de Ferrol por la mínima. Lo que nadie sabe en aquel momento es que aquella jornada es la última de la historia del Campeonato de Galicia. Es el último suspiro de A Nosa Liga.
El fútbol cambia tras la Guerra Civil. Luis Saura del Pan, exjugador del Real Madrid, preside el Comité Directivo de la RFEF que decide suprimir todos los campeonatos regionales, a excepción del canario. Hasta entonces, dichos torneos sirven de fase clasificatoria para la Copa de España, la actual Copa del Rey. El sistema más habitual es la clasificación del campeón de cada región para las eliminatorias finales, aunque en ocasiones son los dos primeros quienes obtienen la oportunidad de luchar por la corona copera nacional.
El Campeonato de Galicia emerge en 1913, cuatro años después del nacimiento de la Federación Gallega. El Vigo FC organiza, entre 1905 y 1912, siete ediciones de un Campeonato de Galicia no reconocido oficialmente, pues no contaba con respaldo federativo. Además, la participación prácticamente se reduce a equipos vigueses. Más gallega es la participación en el Campeonato de Galicia y Asturias que se juega en A Coruña entre 1907 y 1910. Pero tampoco ese hecho le otorga oficialidad.
Así pues, la primera edición se celebra en la temporada 1913-14, aunque la participación es ínfima. Solo se inscriben dos equipos, el Vigo Sporting y el Fortuna de Vigo. El primero se proclama campeón, el primero de la historia. Al año siguiente, se suma el desaparecido Real Club Coruña y el cetro cambia a manos fortunistas.
El debut del Deportivo no se produce hasta la tercera edición, que se disputa dos años más tarde. En 1915, Fortuna y Vigo Sporting sufren una desproporcionada sanción por parte de la RFEF, después de no notificar al ente federativo con la antelación requerida su desplazamiento a Lisboa para jugar un encuentro amistoso. Los demás clubes, incluídos los coruñeses, se solidarizan con los vigueses. Incluso Deportivo y Coruña se adhieren a la iniciativa del Vigo Sporting de crear la Unión Gallega de Clubes, que organiza un campeonato al margen de la Federación Gallega.
La competición se retoma en la campaña 1916-17. Es el estreno del Dépor, que entonces se denomina Deportivo Auténtico. Los futbolistas blanquiazules se rebelan contra la decisión de la directiva de prohibir la actividad futbolística debido a los constantes altercados, sobre todo en los partidos ante el Coruña, y las malas relaciones entre los dirigentes de ambos bandos. Los jugadores se organizan por sí mismos ante la pérdida de apoyo del club. Y ponen el nombre del fútbol coruñés en un campeonato que es dominado con mano de hierro por los clubes olívicos. Los blanquiazules no son capaces de ganar un solo partido.
El torneo 1917-18 se disputa en su totalidad. El Deportivo Auténtico vence en la fase local al Coruña y cae en la final frente al Fortuna: 2-2 en el Parque de Riazor y 3-0 en Bouzas. Sin embargo, aquel campeonato fue anulado en su totalidad. El motivo, que el campeón se inscribió como Real Club Fortuna cuando en la FGF estaba inscrito con otro nombre, Fortuna Fútbol Club.
El Deportivo, ya reunificado en 1918 gracias a la impagable gestión de Virgilio Rodríguez Rincón, logra su primer subcampeonato en el curso 1919-20. Porque solo participan dos equipos, los herculinos y el Vigo Sporting, que suma cinco de los cuatro primeros títulos.
El Fortuna gana las dos siguientes ediciones y el Vigo Sporting vuelve a triunfar en la 1922-23. Poco después, ambos clubes se unen para germinar otro cambio clave en el devenir del fútbol gallego. El nacimiento del Celta, además, trae consigo el desacuerdo de varios jugadores del Vigo Sporting –Isidro, Luis Otero, el coruñés Ramón González y Chiarroni–, que ponen rumbo a A Coruña para incorporarse al Deportivo. El conjunto blanquiazul da un enorme salto de calidad para poder tutear al equipo vigués.
De todos modos, la fusión olívica da sus frutos con tres éxitos consecutivos. El dominio del fútbol gallego sigue estando en Vigo. El Deportivo pelea por la corona regional hasta el último aliento en las campañas 1924-25 y 1925-26, en las que la última jornada tiene reservados sendos Celta-Dépor en campo vigués a los que se llega con empate a puntos en el liderato. El primero se salda con un 3-0. El segundo, con un 4-2.
El primer éxito coruñés llega en la temporada 1926-27. Es ya la decimotercera edición del campeonato y el palmarés es exclusivamente vigués, con once coronas. El Dépor da el paso adelante en el torneo más largo hasta entonces. Cinco equipos enfrentados a cuádruple vuelta. O sea, 16 partidos.
Los blanquiazules renuevan el título un año más tarde, con una memorable victoria final en el Parque de Riazor sobre el Celta (2-1), al que le basta no perder para recuperar la hegemonía gallega. Los goles de Ramón González y Guillermo, este de penalti, superan al tanto visitante, obra de Eguía.
El conjunto coruñés llega para quedarse. Conquista cuatro títulos más. Desde la primera corona, ningún club es capaz de ganar tantos campeonatos gallegos como el Deportivo. En esos casi tres lustros, los blanquiazules conquistan sus seis coronas, por tres del Celta y otras tantas del Racing de Ferrol, una del Unión Sporting Club vigués y otra del Lemos. Estos dos títulos se producen en dos temporadas, 1934-35 y 1935-36, en las que el torneo es una especie de segunda división. Celta, Deportivo y Racing compiten en el Campeonato de Galicia y Asturias frente a Oviedo, Sporting y Stadium Avilesino. Esa, de todos modos, es otra historia.
El Deportivo participa en 23 de las 25 ediciones concluídas del Campeonato de Galicia, en las que disputa casi dos centenares de encuentros. En los tiempos que rememoramos son comunes los desacuerdos por las fechas y horarios de los partidos. Incluso constan retiradas de un equipo en pleno partido debido a la lluvia caída durante el mismo. Son, en definitiva, otros tiempos.
Desde mediados de los años 20 el torneo logra unos estándares de fiabilidad y seriedad acordes a lo que podemos ver en el deporte de hoy en día. Las primeras ediciones, desde mediados de los años 10 hasta el nacimiento del Celta, son pródigas en problemas, discusiones, retiradas, descalificaciones y expulsiones.
Durante esa primera década de Campeonato de Galicia, el Deportivo gana cuatro partidos en los despachos y pierde otros tres. El último incidente corresponde a la edición de 1921-22. El partido en el Parque de Riazor entre Deportivo y Pontevedra Athletic no puede finalizarse debido a la agresión sufrida por el árbitro. Este hecho provoca que la FGF expulse de la competición al Deportivo.
El conjunto blanquiazul suma 196 encuentros en el Campeonato de Galicia –incluídos entre ellos los 14 disputados en el campeonato astur-gallego–, aunque realmente salta al terreno de juego en 188. Acumula 114 victorias y 58 derrotas, con 23 empates. El balance goleador también es muy favorable, con 452 tantos anotados por 307 encajados. Chacho es el máximo anotador con 48 dianas.
El rival al que más veces se enfrenta es el Racing de Ferrol, con el que se mide en 39 ocasiones. En esta lista le sigue el Celta, con 34 encuentros y el desaparecido Eiriña de Pontevedra, con 30 partidos, y el Unión Sporting vigués, al que se enfrenta en 23 choques en los que no conoce la derrota: 20 victorias deportivistas y solamente 3 empates.
El resto de rivales son el Alfonso XIII de Vilagarcía de Arousa, el Burgas ourensano, el Real Club Coruña, el Emden herculino, el Fortuna de Vigo, el Galicia de Ourense, el Lugo Sporting, el Ourense, el Pontevedra Athletic, el Vigo Sporting y el FC Vigués, además de los asturianos Oviedo, Sporting y Stadium Avilesino.
La mayor goleada deportivista se produce frente al Eiriña, con una victoria por 11-0. Fue en la temporada 1926-27, la del primer título gallego del Deportivo.