El RC Deportivo presenta enormes carencias en el plano ofensivo en la presente temporada; hasta el punto de que en 17 jornadas discurridas de Liga, los de Imanol Idiakez apenas han logrado convertir 18 dianas.
Además del desacierto en la transformación, el equipo coruñés pierde clarividencia al llegar a zona de tres cuartos, donde no posee un jugador capaz de enlazar con facilidad con los encargados de finalizar, es decir, los delanteros.
Hasta la fecha, el entrenador blanquiazul ha probado a varios hombres en el puesto de enganche, sin alcanzar una respuesta positiva.
También es cierto que en numerosas ocasiones el esquema usado ha sido con dos delanteros, lo que resta crédito a la figura de un mediapunta.
Contra todo pronóstico, la lista de los máximos asistentes del equipo la encabeza Lucas Pérez; y es que el atacante de Monelos posee seda en su pie izquierdo para regalar hasta siete tantos a sus compañeros, resultando fundamental en el juego a balón parado de los deportivistas.
La extraordinaria conexión de Lucas con los centrales del equipo (Pablo Vázquez y Pablo Martínez) ha sido un clásico en la consecución de dianas en la primera vuelta del torneo de la regularidad.
Otro de los exponentes del plantel herculino que ha destacado por su acierto en el pase ha sido un mediocentro —que posee libertad para sumarse al ataque— como Diego Villares, que de momento ha adornado su completa hoja de servicios de la 23-24 con tres pases de gol.
Jugadores específicos para la demarcación de enganche, como Hugo Rama, Pablo Valcarce o Pablo Muñoz no están demostrando el porqué de sus respectivas contrataciones en la presente temporada.
El centrocampista ofensivo de Oroso, un dechado de talento, buen toque de balón y pegada, está teniendo verdaderos problemas de adaptación a un club como el Depor.
Aunque experimentado en clubes de categoría superior, no ha encontrado la posición en la que brillar, con unas estadísticas de ningún gol conseguido y solo un pase de gol rubricado en 15 apariciones —14 de Liga—.
La afición deportivista espera mucho más de un futbolista que por exigencias de guión ha sido desplazado en numerosos partidos a la banda izquierda, donde ha dado síntomas de que su rendimiento cae.
A pesar de que nadie puede poner en entredicho su compromiso —es el primero a la hora de sacrificarse en tareas de presión defensiva—, lo cierto es que en la segunda vuelta de la Liga debe crecer hasta convertirse en un hombre importante en el Deportivo y en la categoría.
El ‘17’ ha dejado constancia en rueda de prensa más de una vez de su sensación de poder ser más útil al equipo.
Otra de las caras nuevas como el berciano Pablo Valcarce tampoco ha logrado ni mucho menos explotar en las filas de los de Riazor.
Contratado en verano tras una gran lucha con la Ponferradina, este polivalente centrocampista ha sido ubicado también en la mediapunta, sin excesivo acierto en sus 15 envites entre Liga y Copa del Rey.
En su caso particular llama la atención la escasa participación en el juego ofensivo del equipo.
El ‘21’, sin embargo, sí ha sido capaz de sumar con dos goles, marcando este curso frente a rivales como Unionistas de Salamanca (1-1) o Fuenlabrada (2-1), en ambos casos con tantos lejos del estadio de Riazor.
Precisamente la grada herculina le ha transmitido con pitos su disconformidad hacia un rendimiento al menos cuestionable, habida cuenta de la intermitencia que exhibe en la Liga cuando realmente estaba llamado a ser decisivo.
Por último, otro de los generadores de juego que está pasando completamente desapercibido es el joven Pablo Muñoz.
Cedido por el Rayo Vallecano, una de las perlas de la cantera del equipo de la franja apenas ha participado en tres encuentros con el Depor en la presente campaña; las lesiones han truncado su progresión en el bloque coruñés.