El ‘retorno’ de Yeremay
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El ‘retorno’ de Yeremay

El ‘retorno’ de Yeremay
Yeremay, durante el encuentro ante el Almería de este domingo PATRICIA G. FRAGA

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“Al final tengo 22 años, soy un niño”. Y es que viéndolo jugar y, sobre todo, cada vez que se pone delante de un micrófono, la madurez de Yeremay invita siempre a elevar la cifra de su carné de identidad.


El final de enero y el cierre de mercado ha supuesto el alivio definitivo para el canario, que hace unas semanas reafirmó su compromiso con el Deportivo después de dejar  en el aire su futuro a la salida de La Rosaleda en el primer partido del año.


Esa había sido su última gran exhibición y también su último tanto hasta que se metió en la cocina del Almería para batir a Maximiano, no sin suspense: “Casi me la para... Veo que abren el balón a Obra y que la defensa se mete atrás. Ocupé el espacio y la pedí. Fue un buen pase, con el control ya me quedé solo delante del portero y por suerte fue para dentro”.


Desde ese 11 de enero hasta ayer, el ‘10’ blanquiazul tuvo que pasar otra de esas pruebas a las que se enfrenta todo futbolista profesional: el ruido. Prácticamente todos los equipos grandes del fútbol europeo lo tentaron y hasta Fernando Soriano reconoció hace unos días que llegó a temer por la continuidad del canterano. 

 

Con la honestidad y naturalidad de siempre, el extremo habló abiertamente de cómo ha sufrido y de su decisión de pedir ayuda para que le facilitaran las herramientas necesarias para lidiar con una situación hasta ahora desconocida: “Intenté llevarlo de la mejor manera posible. Era algo nuevo para mí. “Al final tengo 22 años, muchas veces no quieres mirar (lo que se dice de mí) y te llega por todos lados. Lo bueno fue que pedí ayuda y me ayudaron. Ahora estoy mucho mejor, más tranquilo y enfocado al 100 por 100 en el Dépor. De aquí para adelante”.


Es ahí donde vuelve a hacerse grande la figura de Joaquín Sorribas, psicólogo del primer equipo, cuyo papel ya fue decisivo en el ascenso desde su llegada la temporada pasada, ya con la competición en marcha: 

“Trabajé con Joaquín porque llegó un momento que no me sentía yo. Ya no solo en el fútbol, sino fuera. No me sentía bien, no estaba bien. Fui y le pedí ayuda, estoy trabajando con él y ahora lo estoy llevando mucho mejor. No puedo cambiar ni mi manera de jugar ni mi manera de pensar. Tengo que ser yo porque es lo que me ha traído hasta aquí. Tengo 22 años, muchas veces pensamos cosas, nos entran pajaritos en la cabeza, es normal. Ojalá pueda mejorar ahí, tengo que ser yo para poder ayudar a mis compañeros”.
 

"Llegó un momento en el que no estaba bien, no me sentía yo

 

Sereno, con el noveno gol de la temporada en su bolsillo y uno más que se quedó a centímetros, pero que le permitió bromear para confirmar que Yeremay está de vuelta: “Por goloso, fue por goloso. Mario me la dio por delante, cambio de ritmo, veo que me sale el portero y por goloso se la intenté picar. Tenía que haberla metido”.

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