“Me quiero acordar también de Ian Mackay, que es un deportivista y coruñés como el que más, también se lo merecía (el ascenso)”, exclamaba Lucas Pérez a pie de campo, tras la victoria ante el Barça Atlètic, que suponía la vuelta a Segunda del Deportivo.
Mackay, que había salido por la puerta de atrás del club de su vida en el pasado mercado de invierno, vive un gran momento en el Eldense y “ha resucitado” dando puntos a la escuadra de Elda, que está cerca de lograr la permanencia en la categoría de Plata del fútbol español.
El arquero coruñés ha disputado ya los últimos seis encuentros con el equipo que entrena Fernando Estévez, con un balance de una victoria (Burgos CF), dos empates (Alcorcón y Levante) y tres derrotas (Real Valladolid, Albacete y Leganés). Sus números son de cinco goles encajados, dejando además su portería a cero contra el cuadro alfarero.
Unas actuaciones que han permitido a los de Elda colocarse a tres puntos del descenso (47), que marca el Amorebieta con 44, a falta de dos jornadas, en las que se medirán a Elche a domicilio y cerrarán la competición en el Nuevo Pepico Amat contra el Real Sporting.
Con sus números en el Eldense Mackay ya ha superado sus guarismos en el Deportivo. Un conjunto blanquiazul en el que fue el titular indiscutible y capitán las dos primeras temporadas, su expulsión en Castalia supuso que empezase esta campaña Germán Parreño.
Mackay no debutaría hasta la jornada siete, contra el Celta Fortuna (0-1), única derrota hasta el momento del Deportivo en Riazor en lo que llevamos de curso regular.
Además, sería titular en el varapalo ante el Real Unión de Irún (3-0), un partido que marcaría un punto de inflexión en el seno de plantilla y cuerpo técnico, como siempre admiten sus protagonistas.
Lograría sendas victorias contra Sabadell (0-1) y Nàstic de Tarragona (1-0) y un empate ante la SD Ponferradina (1-1). Los siguientes cinco partidos, antes del parón liguero de invierno, los jugaría Germán Parreño, que se convertiría así en el dueño del arco herculino.
Salida abrupta
Con la llegada del mercado invernal el Depor anunciaba la rescisión de su contrato y Mackay, en una comparecencia de prensa sin preguntas, leía un escrito de despedida. Lo hacía en la sala de prensa de Riazor, el pasado 10 de enero, en presencia de los capitanes del Depor (él también lo era), Pablo Martínez, Diego Villares, Lucas Pérez y Mikel Balenziaga, además de Jaime, el propio Bergantiños y el delegado Pablo Barros.
Entonces, conteniendo las lágrimas, lamentaba “no poder seguir ayudando desde dentro a que se cumpla (el ascenso)”. Ahora, desde la distancia, Mackay sonríe ante su ‘resurreción’ en el Eldense.
