El Deportivo tenía que dar un golpe en la mesa y fue Alberto Quiles el que se encargó de propinarlo, con la ayuda de Lucas Pérez, para acercar a los blanquiazules al sueño del ascenso con un golazo que tumbó a un Ceuta aguerrido, que llevaba catorce jornadas seguidas sin perder.
La jornada fue casi redonda y esta vez sí aprovechó el Depor la oportunidad de oro que le brindaron el Alcorcón y el Real Madrid Castilla con sus tropiezos sabatinos. Ganó el Racing de Ferrol y el equipo coruñés comenzó su partido desde la cuarta posición provisional. Ahora, está a dos puntos de los alfareros y a uno del filial blanco. Quedan cinco finales.
Que el Ceuta iba a ser un hueso duro de roer estaba claro. Una racha como la que llevaban no la firma cualquiera. El equipo que estaba en descenso desde la segunda jornada llegó a Riazor con la flecha hacia arriba y fuera de las posiciones que conducen a Segunda RFEF. Toda una amenaza.
A falta de opciones claras y con los espacios ocupados, intentó desequilibrar Jaime Sánchez en el primer acercamiento del Deportivo con un disparo lejano, con bote, que le complicó ligeramente la vida a Mejías.
El Ceuta contrarrestó el planteamiento del Depor. Soriano bajó al centro del campo para ayudar a tejer el fútbol y eso hizo previsible al conjunto herculino en el primer cuarto de hora. Los visitantes no se amilanaron. Ñito recortó entre tres centrales y filtró un pase de espuela, pero no encontró compañero en posición legal.
Poco transitó por el área el Deportivo y su único recurso fue el tiro exterior, como el que ejecutó Soriano desde tres cuartos antes de la media hora, un golpeo seco con la derecha al que respondió Mejías con los puños, sin arriesgar a un blocaje fallido.
A los blanquiazules les faltó movilidad, la que tuvo el Ceuta tras un robo de Rodri a Pablo Martínez -el francés pidió falta- en la banda que provocó un dos contra uno a favor de los ceutíes. Lo guió el máximo goleador, pero el Deportivo se rehizo y Jaime interceptó el pase que iba hacia Ñito, que estaba en fuera de juego.
Tampoco estuvo lúcido el deportivista Quiles a ocho minutos para el descanso en una transición en la que se precipitó con una asistencia a Lucas Pérez que se perdió en el área del Ceuta.
El árbitro sacó de quicio al Deportivo y a la afición. Lucas Pérez reclamó un penalti y se llevó una amarilla con postre por protestar en el medio del campo. Al de Monelos le resulta imposible contenerse y no podrá jugar en Córdoba. También la vio Mackay.
El equipo coruñés empezó a encontrar grietas que taponó como pudo el Ceuta. Otra caída de Quiles con David Alfonso calentó aún más el ambiente. El lateral se llevó por delante al onubense.
El Deportivo pisó el acelerador en la segunda parte. Fue mucho más vertical. Su ambición fue la del ‘9’, que esta semana afirmó en una entrevista con este diario que el ascenso es su renovación y que él no quiere irse a otro club. El mensaje lo trasladó al verde a los 54 minutos. El equipo lanzó una contra que inició el onubense con un toque de espuela con el que se fue de su par, después abrió a Lucas Pérez, el ‘7’ acompasó, Quiles acompañó, desde la línea de fondo asistió el de Monelos y en el área definió el andaluz para romper las tablas con el decimocuarto gol de la temporada y la quinta asistencia de su socio.
Después, se intercambiaron los roles con un pase de Quiles para Lucas que no pudo llevarse a su marcador y, acto seguido, el ‘7’ colgó desde la banda y el ‘9’ cabeceó alto.
El Deportivo intentaba anotar el segundo. Lo tuvo también Soriano a los 62 minutos con un disparo centrado a las manos del portero.
El conjunto herculino fue incapaz de cerrar el marcador y el Ceuta quedó con vida. Los de JJ Romero pidieron penalti por una supuesta mano de Pablo Martínez. Nadie acabó contento con el arbitraje.
También tuvo el empate Pablo García a diez minutos para el final con un pase que se envenenó con la rosca que le dio el centrocampista y que se fue a escasos centímetros del poste izquierdo de Mackay.
La mejor manera de defender es tener el balón lejos de la portería y el Depor lo aplicó esta vez. Soriano volvió a probar con un nuevo disparo desde fuera del área.
Los 18.900 de Riazor sufrían, no tanto porque el Ceuta estuviera apretando, sino por lo ajustado del marcador. Kuki Zalazar, uno de los hombres de refresco del Deportivo, tampoco pudo sentenciar con un lanzamiento que superó a Mejías pero se fue al larguero a falta de cinco minutos.
La incertidumbre del 1-0 fue un estrés. A los 87 minutos, un centro desde la derecha lo cabeceó Rodri en el primer palo y ese remate se convirtió en asistencia para Mizzian, que, recién entrado, también remató con un testarazo picado, con bote, pero centrado, a las manos de Mackay. El equipo aguantó y firmó una victoria que le mete de lleno en la lucha por ser primero.