Primer duelo sin pólvora en la ‘era Gilsanz’
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Primer duelo sin pólvora en la ‘era Gilsanz’

Primer duelo sin pólvora en la ‘era Gilsanz’
El Deportivo no pudo perforar el marco de Pato Guillén en Ourense F.F.

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Un encuentro para el olvido. El Deportivo selló el pasado miércoles en O Couto uno de los peores partidos de la temporada, esta vez en su estreno de la campaña 24-25 en la segunda ronda de Copa del Rey.


La derrota 1-0 sufrida ante un rival de inferior categoría —de Primera RFEF— como el Ourense CF conllevó la eliminación a las primeras de cambio en el torneo del KO.


El choque significó, además, el primero de los seis envites de Óscar Gilsanz al timón del equipo coruñés en que este se quedó sin ver puerta.


Y es que hasta el momento el técnico betanceiro había conseguido perforar el marco rival en sus cinco apariciones anteriores, todas ellas en la Liga.


En feudo ourensano el balance ofensivo deportivista resultó bastante desalentador, con apenas tres llegadas con relativo peligro en noventa minutos.


La primera de ellas llegó a cargo de Davo en los primeros 45 minutos cuando un defensa local sacó el cuero cuando este había pasado entre las piernas del meta Pato Guillén.


En el último cuarto de hora de la contienda, con el Deportivo ya volcado, Charlie Patiño estuvo a punto de embocar a gol desde el borde del área con su pierna izquierda, pero el veterano portero uruguayo tiró de reflejos para despejar su chut.


A continuación, Cristian Herrera tuvo en sus botas el éxito también pero, una vez superado el cancerbero, su remate fue desbaratado por otro zaguero, desesperando a los atacantes herculinos.


En resumidas cuentas, el Deportivo se quedaba en blanco y eliminado debido a otro error a balón parado, en este caso aprovechado por el oportunismo de Ángel Sánchez, que en el minuto 87 cabeceaba a la red tras un saque de esquina.


Efectividad rota

En el apartado ofensivo, el Deportivo de Óscar Gilsanz siempre había obtenido recompensa a su desempeño con al menos una diana en cada uno de los cinco encuentros de Liga en el banco.
 

La destitución de Imanol Idiakez tras la derrota cosechada ante el Racing de Santander en Riazor le abrió las puertas del primer equipo el pasado 2 de noviembre, fecha en la que los deportivistas rindieron visita a uno de los conjuntos inmersos en el descenso desde inicios de curso: el Cartagena.
 

En el estadio Cartagonova el Deportivo fue un auténtico rodillo en ataque, con un resultado más que elocuente de 1-5, con el que los blanquiazules sumaban tres puntos de oro para intentar escaparse de la zona roja.


En esta ocasión, a su colectivo se le cayeron los goles de los bolsillos, en un choque que se puso de cara muy pronto, concretamente en el minuto 6 gracias a un tanto de oportunista de Yeremay.
 

El fino extremo canario selló un auténtico partidazo que abrillantaría con otra finalización en gol como el 1-5 final en el minuto 89.


Entremedias, Ximo Navarro en el minuto 25, Barbero en el  48’ y Cristian Herrera, en el 88’, dejaban constancia de la enorme pegada de una escuadra que se siente cómoda actuando a la contra, con el electrónico a favor.
 

Después de haber despedazado a los cartageneros a domicilio, Óscar Gilsanz dio un nuevo paso adelante en cuanto a confianza con una victoria in extremis decisiva contra el Eibar en Riazor. 
 

Su bloque tuvo que sufrir durante varias fases del partido ante los armeros, que dominaron sobre todo durante una gran fase de la segunda parte.


Por suerte, la solvencia del portero deportivista Helton Leite y de su defensa permitieron llegar a los minutos finales con 0-0.
 

Una acción a balón parado de pillería entre Lucas, Yeremay y Soriano puso el balón en bandeja al borde del área para que el mediapunta madrileño anotase un tanto de bandera en el tiempo añadido.


Sin tiempo para la respuesta visitante, el Deportivo se adueñaba de otros tres puntos cruciales para lograr oxígeno en la clasificación.
 

Después de haber rascado seis de puntos sobre seis posibles, el máximo responsable técnico herculino afrontaba una de esas salidas marcadas a inicios de Liga como uno de las citas más complicadas de la 

temporada, la visita al Juegos Mediterráneos de Almería.
 

En feudo indálico, el Deportivo dio la cara a pesar de que encajó un gol en estrategia —obra de Édgar González— que restó opciones de puntuar. Corría el minuto 31 pero apenas cuatro más tarde, también a balón parado, Pablo Vázquez era capaz de nivelar gracias a un oportuno testarazo.
 

Cuando el cuadro coruñés daba la impresión de entrar en el partido, un cabezazo de Leo Baptistao al filo del descanso desmoronaba al Dépor (2-1).
 

El cuarto enfrentamiento con Gilsanz en el Deportivo le midió al Sporting de Gijón en A Coruña (1-1).
Choque de enorme complicación para un bloque coruñés que no pudo llevar el control durante muchos minutos y que comenzaba de nuevo por detrás en el marcador debido a un acierto de Nacho Méndez en el minuto 77.
 

Lejos de bajar los brazos, los blanquiazules se marcharon con determinación al ataque hasta que David Mella sacó provecho de una gran asistencia de Lucas para transformar el 1-1 definitivo en el minuto 85. Otro punto de fe para el anfitrión en Riazor.
 

El pasado sábado, en el estadio Nuevo Mirandilla, el Dépor volvía a sumar de tres en tres en una exhibición real de poderío anotador (2-4), siempre por delante en el marcador gracias a los tantos de Kovacevic en propia puerta —tras centro de Mella— y un inolvidable triplete modelado por el talento de Lucas Pérez

 

Defensa a sus futbolistas

Aunque su formación no estuvo a la altura en la Copa del Rey frente a un adversario de inferior entidad como el Ourense CF, Óscar Gilsanz se mantuvo fiel a su estilo elegante y conciliador al no cargar las tintas contra sus futbolistas, muchos de ellos sin el ritmo de competición idóneo. 
 

Lógicamente decepcionado por el fiasco copero, el entrenador quiso desdramatizar la situación, siempre blindando su vestuario.


“Cuando uno sale derrotado de un partido siempre es una decepción y más en un torneo como la Copa donde ganar significa seguir en la competición y cuándo pierdes dices adiós a esta edición de la Copa; estoy fastidiado porque el equipo hizo un buen partido, tuvo la situación controlada”, expuso.

 
El preparador subrayó que su formación nunca renunció a llevar el peso de la contienda, asumiendo la responsabilidad en la creación pero en este caso sin lucidez en la definición.


“El Ourense venía de tres partidos seguidos ganando con un juego combinativo, con muchas llegadas al área. Nosotros intentamos ser nosotros los que lleváramos la iniciativa y lo conseguimos. Nos faltó un poco de profundidad, de convertir ese dominio en situaciones de gol”, admitió en la rueda de prensa posterior al enfrentamiento.


Gilsanz incidió en la dificultad que siempre entraña ensamblar un once competitivo con futbolistas que normalmente gozan de escasa presencia en el torneo de la regularidad.


“Muchos futbolistas venían con pocos minutos y jugaron un buen partido. No se les puede recriminar absolutamente nada en cuanto a actitud, a las ganas que pusieron”, dijo.


Óscar reflexionó en voz alta acerca de los argumentos con los que un equipo de inferior nivel puede igualarse a uno de superior como el que dirige.


“En un partido de Copa cuando se enfrentan un equipo de superior categoría con un rival de inferior hay muchas cosas que igualan el partido. Lo teníamos claro desde el principio. Preparamos el partido con un rival enfrente que nos iba a poner las cosas muy complicadas. La gente con pocos minutos en la liga tuvo un nivel de compromiso, de actitud muy bueno. Sin embargo no fuimos capaces de igualar esa profundidad porque el Ourense se replegó bien cuando llegamos al último tercio de campo y no encontramos espacio a su espalda. Ahí morían nuestras opciones de crear situaciones de gol”, indicó.


Antes de poner punto y final a su análisis, el míster deportivista no dudó en elogiar la unidad que existe en el seno del vestuario coruñés.
 

“Me marcho de este partido con la sensación de un grupo comprometido, que cuando tiene una oportunidad intenta aprovecharla. Me voy satisfecho con la actitud de los futbolistas. Lógicamente no me voy satisfecho por el resultado y porque tuvimos menos profundidad de la que queríamos”, finalizó su comparecencia.

 

Una peña en su honor

A pesar de que hace tan solo un mes desde que Óscar Gilsanz se convirtió en entrenador del primer equipo del Dépor tras la destitución de Imanol Idiakez, su vinculación con el club coruñés como entrenador primero del juvenil, con quienes logró el Campeonato de España, y después en el Fabril, consiguiendo el ascenso a Segunda RFEF, ha ocasionado que la afición deportivista le tenga un cariño especial.


El pasado 2 de diciembre un grupo de seguidores blanquiazules residentes en la localidad de Betanzos —de donde es natural Gilsanz— decidieron juntarse en el café Lanzós para crear una peña deportivista en homenaje al técnico betanceiro por su trayectoria en Abegondo.


El principal objetivo es llevar a cabo tanto actividades en torno al club como a la figura de Óscar y animan a todo el que quiera unirse a participar en esta peña que echará a andar los próximos meses. Todos aquellos que estén interesados pueden escribir al correo p.deportivistaoscargilsanz@gmail.com. 

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