Ha sido un golpe de autoridad, la autoridad que había perdido en las jornadas anteriores, por ejemplo, perdiendo en casa contra el Estradense, o siendo incapaz de reaccionar, hace diez días, al tempranero 1-0 del Viveiro en Cantarrana. Pero el Fabril sacó la cabeza, probablemente, en uno de los compromisos más complicados de la temporada: contra el Polvorín en Abegondo.
Por si fuera poco la dinámica de una sola victoria en seis jornadas, el partido contra el otro filial de la categoría, el del Lugo, se le puso cuesta arriba al Fabril nada más empezar. Antes de llegar a los diez minutos de juego, el Polvorín ya estaba por delante en el marcador. Leandro recibió cerca del pico del área, aceleró ante Iván Guerrero y se deshizo de David Suárez con un caño para plantarse en el área y definir a la perfección con un tiro cruzado raso y con la zurda. Revés nada más empezar.
El Polvorín, claramente dominador, con y sin balón, en el primer cuarto de hora de partido, levantó el pie del acelerador en la segunda parte del primer tiempo. El Fabril no lo aprovechó para hacer daño. Aunque tuvo más la pelota, solo fue capaz de profundizar por fuera y en contadas ocasiones. El Depor B marcaba demasiado sus intenciones y no conseguía desajustar al rival.
Aunque el 0-1 es un resultado engañoso y, ni mucho menos, definitivo, por lo visto en los primeros 45 minutos daba la sensación de que el Polvorín tenía el partido controlado, más que por dominio porque consiguió que no ocurriese nada ni en un área ni en otra. El paso por vestuarios provocó un cambio radical en el Fabril, que adelantó las líneas de forma muy pronunciada en fase defensiva para apretar a todo el campo la salida de balón del Polvorín, incluso saltando con el lateral izquierdo, Iano Simao, a por el lateral derecho del Polvorín: Expo.
La idea del Fabril en el segundo tiempo era clara: provocar el error del Polvorín en la zona de iniciación, recuperar el balón, dar un primer pase de seguridad y, a partir de ahí, transitar de forma vertiginosa aprovechando que los laterales rivales estaban largos y los centrales muy abiertos. El 1-1 llegó en una desajuste del Lugo B. Con Castrín fuera de la línea defensiva, Davo atacó un enorme espacio entre Luis y Jesús, Brais salió a tapar pero lo hizo mal y permitió que el punta del Fabril marcase a placer.
El Lugo B lo intentó tímidamente con un tiro de Ramos desde la frontal y una llegada de segunda línea de Fidalgo, pero el Fabril fue superior. Completó la remontada a partir de un despeje de Brais Val a al espalda de Luis; acabó marcando Davo de cabeza tras peinar de Mella. Un minuto después, Runy volvió a ganar la espalda de Luis y sacó un centro raso al segundo palo que Davo empujó a placer. Para el añadido quedaba reservada la genialidad de Nájera: el 4-1 definitivo.