Ni Pablo Brea ni Josep Calavera habrían imaginado una temporada 2021-22 tan desafortunada. En el caso del segundo portero blanquiazul porque, consciente de que en la liga le tocaba vivir a la sombra de Ian Mackay, cuando le llegó la ansiada oportunidad en la Copa del Rey no estuvo a la altura. El mediocampista, en cambio, porque desapareció como el Guadiana, sin explicación posible, tras jugar media hora en la primera jornada.
Ian Mackay era el dueño y señor de la portería en la liga. El coruñés brilló desde el arranque del curso, exhibiendo una fiabilidad que se echaba en falta desde hacía tiempo. De esta forma, Pablo Brea, suplente suyo, tuvo que esperar a la Copa para tener su momento.
Llegó la primera ronda, con el duelo en casa del UCAM Murcia, y el cancerbero de Santiago pudo saltar al césped. Pero sin ninguna fortuna, ya que no estuvo fino en ninguno de los tres tantos que encajó la escuadra deportivista, que se impuso en la prórroga (3-4).
Un error grave al salir costó el 1-1, solo un minuto después de que William hubiera adelantado a los coruñeses.
Brea estaba hecho un flan y en el 65’, una mano blanda permitió el 2-1. Raigal disparó desde la frontal del área y, aunque el canterano llegó a tocar el balón, no pudo desviarlo.
En la prórroga, con el Depor venciendo por 2-4, una nueva muestra de inseguridad dio el tercero a los murcianos.
Casi tres meses después se estrenó en la liga por una lesión de Mackay. El canterano defendió la meta blanquiazul en casa del San Sebastián de los Reyes (0-0). Tuvo un susto en el primer minuto y se le vio algo inseguro en algunas acciones, aunque metió una mano muy buena y se resarció un poco de la cita copera.
Disputó un duelo más en la última jornada de la liga regular, sin nada en juego.
Hace unos días, el Deportivo anunció el fichaje del portero Edu Sousa. La contratación del meta del Talavera, unida a la continuidad de Mackay, quien fue un seguro durante la campaña 2021-22, podría facilitar la salida de Pablo Brea.
El 2 de julio de 2021, el Depor cerró la cesión de Josep Calavera desde el Atlético de Madrid. Un refuerzo para el centro del campo que generó ilusión pero que terminó siendo bastante intrascendente.
El tarraconense estrenó el curso disputando la última media hora del primer partido de liga, contra el Celta B en Riazor (5-0). Dejó buenas sensaciones, pero inexplicablemente no volvió a jugar hasta la décima semana de competición. Y solo participó en los siete últimos minutos del triunfo en Riazor contra el Zamora (1-0).
En toda la primera vuelta solo tuvo once minutos más. En total, 48 cuando la liga alcanzó su ecuador. Además de jugar las dos eliminatorias de la Copa del Rey.
Participó algo más en la segunda parte de la temporada. De hecho, jugó diez de los últimos diecisiete encuentros, pero salvo alguna titularidad puntual, siguió cumpliendo un papel totalmente secundario.
En el playoff, solo disputó dos minutos en la primera eliminatoria.