Una de las piezas fundamentales del Superdépor, Fernando Martínez Perales, 'Nando', se desnuda en una entrevista de Alfredo Varona para la revista Jot Down.
El portentoso lateral izquierdo que recaló en el Deportivo en la campaña 92-93 procedente del Valencia revela algunos de sus secretos hasta ahora nunca contados.
Nando confiesa que no tuvo arrestos para ver en directo el lanzamiento del penalti de Djukic de final de Liga en 1994. "La realidad es que a mí el penalti me lo hace Serer y yo no lo veo. No puedo. Me pongo de espaldas. Me fijo en Arsenio y me doy cuenta de que se ha fallado cuando tira la medalla", dice.
El exfutbolista detalla que aquella formación histórica coruñesa marcó toda una época y sembró el sentimiento deportivista actual, que en su opinión difiere bastante al de incios de los años noventa.
"No me puedo olvidar de esos años porque, además, no quiero. Esta entrevista me está permitiendo recordar y la estoy disfrutando porque, además, ahora no es igual en Coruña. La gente es deportivista hasta la médula, pero lo que se vive no es lo que vivimos nosotros y, como tú dices, yo estaba allí. Ojalá vuelva a repetirse", destaca.
Aunque fue partícipe de conquistas históricas como la Copa del Rey de 1995, de noches europeas o de éxitos incomparables, Nando confiesa que no pudo alcanzar la plena felicidad como profesional.
"Lo que más me ha dolido en mi profesión es que todo, lo mejor y lo peor que me ha ocurrido fue ante el Valencia. ¿Por qué? Nadie sabe contestar a esa pregunta. Pero a mí me genera sentimientos agridulces. Me doy cuenta de que nunca he podido ser completamente feliz en el aspecto deportivo. Creo que pude lograr más", expone.
Lo que más me ha dolido en mi profesión es que todo, lo mejor y lo peor que me ha ocurrido fue ante el Valencia
Nando, que reconoció que las palabras del expresidente Lendoiro antes de cerrar el fichaje con su representante fueron "ahora tú ve a descansar que nosotros tenemos que negociar", subrayó el excelente trato recibido por Arsenio Iglesias nada más llegar a la ciudad herculina.
"Cuando llego, me dice: 'aquí estoy para lo que necesites'. Conmigo se portó como un padre. Si me veía bajo de ánimo, era como un psicólogo. Si veía que no era yo, me preguntaba «qué te pasa» y si había partidos de selección me cogía por detrás y me decía que tal día iba a dar fiesta, 'te coges un billete de avión y te vas a ver a la familia, pero no digas nada'", indica.
Arsenio se portó como un padre. Si me veía bajo de ánimo, era como un psicólogo
Aunque nunca se distinguió por ser un futbolista mediático, Nando se queda con el afecto del público.
"Pero a mí me ha reconocido la afición, que es lo más importante. No solo en el Dépor. Sin ir más lejos, en el Valencia de donde no quise irme. Pero me abrieron las puertas. Por eso estoy contento. He sido honesto. Y lo que me ha molestado en fútbol es que cuando mejor crees que estás a veces no te han utilizado. Y otras, sin embargo, me han hecho jugar lesionado. En el Dépor me tuve que infiltrar para jugar más de una vez. Otras, estando al cien por cien, no te utilizaron y…", dice.
A mí me ha reconocido la afición, he sido honesto
Acerca de su asentamiento en A Coruña ya 32 años después de su llegada, el exjugador ironiza. "Hice caso a Lendoiro. Y aquí conocí a Sandra que es mi mujer y que me ha dado dos hijos maravillosos. Así que mi historia con Galicia no solo se puede resumir en el Deportivo, sino en mi familia que es lo más importante", finaliza.