El féretro del coruñés Luis Suárez, leyenda del fútbol español fallecido el domingo con 88 años, fue recibido este martes con aplausos por decenas de admiradores en su funeral en una iglesia de la ciudad italiana de Milán, donde residió hasta su muerte.
El ataúd, llevado a hombros por cuatro personas, llegó a la iglesia de San José de Calasanz, en el barrio milanés de San Siro, el mismo del estadio en el que jugó durante años.
Y fue recibido por decenas de aficionados del jugador, congregados a las puertas del templo a pesar del calor.
Sobre la caja se colocaron unas flores y una bandera "neroazzurra", la del Inter de Milán, el equipo al que llegó en 1961 y en el que militó como jugador durante una década, contribuyendo al mito de este club italiano en aquellos años.
A las exequias acudieron algunos rostros conocidos de la historia interista, como su expresidente Massimo Moratti o el que fuera su compañero de vestuario en el "Grande Inter" Gianfranco Bedin, según informan los medios locales.
También asistió el exjugador español Emilio Butragueño, actual director de Relaciones Institucionales del Real Madrid.
La Serie A, la Primera División italiana, estuvo representada por el responsable de Competiciones, Andrea Butti.
Entre numerosas coronas de flores, había, además de la del Real Madrid o Inter de Milán, una del Deportivo, en el que Suárez debutó en 1953 y al que volvió como entrenador casi tres décadas después.
Suárez (A Coruña, 1935) fue uno de los jugadores más destacados de los años sesenta y fue el primer español en ganar el Balón de Oro, en 1960, una gesta que no se repetiría hasta que Alexia Putellas se hizo con dos esferas doradas en 2021 y 2022.
Pero sobre todo contribuyó a la leyenda del "Grande Inter" de Milán, al que llegó por voluntad del técnico Helenio Herreras tras militar en el Deportivo y en el Barcelona.
En la década que pasó el '10' como "neroazzurro" conquistó tres "Scudetti" (títulos ligueros), dos Copas de Campeones y dos Intercontinentales.
El Inter lo ha recordado como una leyenda y como una de las mayores "estrellas" de su historia centenaria.
Tras colgar las botas y una carrera de entrenador en España e Italia, Suárez hizo de Milán su ciudad, donde vivió con su última esposa, Valentina, fallecida hace tres años, mientras que su hijo reside en Madrid y es biólogo.