La historia de Lucas Pérez sigue trascendiendo fronteras. ESPN se hizo eco de ella nuevamente con una entrevista de su corresponsal en España, Sid Lowe, al jugador franquicia del Depor. “Cada jugador tiene su experiencia, lo que vivió, su historia. Esta es la mía”, apunta el ‘7’ del conjunto herculino, que atendió a esa publicación en Abegondo.
En el texto, el autor pone en contexto la ciudad en la que creció y a la que ha regresado, y el barrio de Monelos, donde dio sus primeros pasos: “con sus catorce bloques de viviendas, sus problemas con las drogas y sus sueños”. De ahí, a Riazor. Galicia, “tierra de emigrantes”.
La entrevista repasa sus inicios. “Mi padre estaba en la mar, se ausentaba seis meses seguidos o más y yo vivía con mis abuelos en Monelos, un barrio humilde, de clase trabajadora. Los niños jugaban en la escuela o las canchas de cemento. Yo fui a un equipo llamado Victoria. Cuando no jugaba allí, lo hacía en la calle. Básicamente era mi historia, mi vida. Siempre con una pelota”, advierte Lucas.
Recuerda que se fue con 15 años de casa, primero al Alavés para regresar pronto a A Coruña, pasar por Montañeros, Órdenes y salir hacia Madrid, al Atlético, el Rayo, pasar por Ucrania y Grecia y regresar a España, al Depor. Luego Inglaterra, A Coruña, vuelta a Londres, Vitoria, Elche, Cádiz y, por fin, en casa de nuevo. “La mitad de mi vida la he pasado lejos de Galicia. No siempre es lo que querías, pero ahí es donde está la vida, la oportunidad. Soy un enamorado del fútbol. Es mi pasión. Sabía lo que quería, luché por ello, lo perseguí, soy profesional desde hace quince años y siempre he jugado en Primera División... Hasta ahora”, matiza el delantero del conjunto blanquiazul.
ESPN abordó su pase al Depor. “Le costó medio millón de euros comprar su libertad y valió cada céntimo”, dice Lowe, que habla de la “morriña” del gallego. “No lo veo como ir a tercera división, sino como ir al Deportivo”, advierte Lucas.
“Lo más importante es que llegué al Deportivo, que es donde quería estar, y que he tenido una carrera larga e importante. Jugué en la Premier. Lo más difícil es haber jugado en Primera División, seguir al más alto nivel, y lo hice. Estoy orgulloso de dónde he estado, cómo llegué aquí y lo que he logrado. Seguí mi camino”.
Un camino que tuvo sus dificultades en Ucrania, donde se hizo muy amigo de un ecuatoriano universitario que hablaba ucraniano. “Tenía dificultades económicas y vino a vivir conmigo. Si no, no sé dónde estaríamos. Como jugador, comparado con un chico normal de 20 años tienes dinero y ayuda, pero el 20 siguen siendo 20, lejos de casa, sin el idioma. El dinero no acerca a tu familia”, explica Lucas, que considera aquella etapa como un aprendizaje en el que las condiciones económicas de su contrato cambiaban según la voluntad del presidente del club. “Nadie me regaló nada, como le pasa a muchas personas”, reflexiona el delantero. Quería irse a los dos meses y estuvo tres años. ¿Cómo saliste?, le pregunta Lowe: “Jugando bien”, responde el atacante.
Mejor se encontró en Grecia, en el PAOK. Luego el Depor y el traspaso al Arsenal. “Vieron ese dinero como bueno para ellos (el Depor) y para ayudarlos a mejorar, a crecer. Para mí era una oportunidad, uno de los clubes más grandes del mundo”, matiza el delantero, que pudo irse al Barça cuando estaba en el Alavés, pero el club vitoriano no le “quería vender”.
“¿Qué puede pasar por tu cabeza? No puedes hacer nada. Es frustrante”, señala el ahora deportivista, que amplía: “Dijeron que tenía que pagar la cláusula de rescisión, 15 millones de euros. Tenía 31 años. Si hubieran sido 8 millones, que era lo que ofrecía el Barcelona... pero no 15 millones”.
Eso le dolió mucho. “No puedo olvidarlo”, se sincera antes de analizar su regreso al Deportivo tras lograr que el Cádiz le liberara. “Tuve que convencerlos porque querían que me quedara. Al final, me quedaba un año y tenía una oferta para extender mi contrato”, esgrime.
Tuvo que lidiar con el presidente, Manuel Vizcaíno. “Le hablé como un hijo a un padre. Lo entendió, pero también defendió su posición. Lo entiendo perfectamente. Se lo decía todos los días y al final le convencí”, explica sobre su salida tras recordar que en el Cádiz fue “feliz” porque allí “es imposible estar triste”.
Así bajó dos escalones. “Solo había jugado 10 partidos en Tercera con el filial del Rayo”, indica Lucas, que desvela su salario. “Son 90.000 euros netos esta temporada. Menos que eso. Y tenía uno de los mejores contratos en el Cádiz y una oferta par extenderlo dos años cobrando más”, revela el futbolista del Deportivo, que también da la cifra de lo que pagó por salir del Cádiz: 493.000 euros que era dinero que le debía el Cádiz. “Tenía ganas de ir a casa y tratar de terminar mi carrera allí”, justifica Lucas. “A mí modo de ver, el dinero que he invertido para volver a casa está bien gastado. Tal vez no es la forma que lo imaginaste, pero es como te llevó la vida”, dice Lucas, que asegura que “cuando marca en Riazor la “sensación es única”.