Después de casi un mes de inactividad —no jugaba desde el pasado 22 de diciembre—, Lucas Pérez volvió a enfundarse la camiseta del Deportivo. Y lo hizo partiendo por primera vez esta temporada en Liga desde el banquillo del estadio burgalés de El Plantío.

El atacante blanquiazul, el futbolista más carismático del plantel que dirige Óscar Gilsanz, ha certificado su encuentro número 19 en el presente curso en el campeonato de la regularidad, situándose a solo uno de los veinte que equivaldrían a su renovación automática (siempre que el Deportivo no pierda la categoría).
 

El diario As avanzaba a inicios de año 2025 que el 7 blanquiazul, con contrato con la entidad de la Plaza de Pontevedra hasta 2029 (en el momento que cuelgue las botas seguirá ligado al club en los despachos), poseía una cláusula para su continuidad en caso de disputar 20 partidos.

Después de haberse perdido el duelo ante el Málaga del pasado sábado 11 por una gripe, la suplencia de Lucas Pérez en El Plantío extrañaba a todo el entorno deportivista.

Aunque su entrenador, Óscar Gilsanz, especificase el pasado viernes que el goleador todavía no se encontraba en plenitud de condiciones físicas, lo cierto es que verlo en el banco escamaba.

Más si cabe minutos antes de ingresar en el terreno de juego, cuando las cámaras lo enfocaron corriendo hacia el túnel de vestuarios.

Después de diversas conjeturas sobre él, el delantero de Monelos saltaba al gélido césped de Burgos en el minuto 63 de partido, relevando a un desasistido Iván Barbero.

La pasada semana el club publicaba en su red social X una foto de Lucas Pérez manteado por sus compañeros después de la consecución del ascenso el pasado ejercicio 2023-24; no en vano, el punta fue el encargado de sellar el regreso a Segunda con un tanto decisivo ante el Barcelona Atlètic, el último de sus doce goles de una campaña inolvidable en la dio una lección de liderazgo.

Ya de nuevo en Segunda en la 2024-25, Lucas Pérez ha disputado 19 encuentros de Liga, acumulando 1632 minutos y registrando 4 dianas. 

En caso de que el próximo sábado ante el Levante en Riazor entre en escena, su renovación será realidad.

Tiro de falta y veteranía

Este domingo en Burgos, el estilete deportivista entró en acción en el minuto 63 para tratar de insuflar oxígeno y verticalidad a su conjunto.

En el minuto 79 dispuso de un lanzamiento de falta desde 25 metros y perfectamente perfilado para un zurdo como él; su disparo tocado salió ligeramente por alto del marco defendido por Ander Cantero.
 

Solo unos minutos después ejerció de veterano cuando Pablo Vázquez era atendido detrás de la portería de Helton Leite tras una contusión que le abrió una herida en el rostro.
 

Para evitar que el defensa atendido fuera del campo evitase un hipotético fuera de juego local, le ordenó a su compañero dirigirse a la banda del ataque burgalés, desde donde podría reincorporarse al juego una vez que el colegiado lo habilitase.
 

A la conclusión de la contienda, siempre en compañía del resto del equipo, agradeció el esfuerzo realizado por la afición por arropar al club en un desplazamiento como el del pasado fin de semana, con más de un millar de deportivistas en tierras castellanas.

Davo, cerca de salir

En la convocatoria ofrecida por el cuerpo técnico minutos antes de la celebración del Burgos CF-Deportivo no figuraban dos habituales en los esquemas blanquiazules como Davo y Charlie Patiño, llamados a cambiar de aires en la presente ventana del mercado estival.
 

En el caso de Davo su marcha podría estar muy cerca, habida cuenta de que incluso el entrenador Óscar Gilsanz reconoció que su no inclusión se debió a las negociaciones abiertas con otros clubes.
 

Dos equipos con aspiraciones en Primera RFEF como el Nàstic y el Murcia, además del Zamora, se han interesado por el extremo ourensano, que este año apenas ha contado.