La semana pasada, sin pretenderlo, Juan Domínguez (Pontedeume, 08/01/1990) anunció su retirada. El exdeportivista estaba jugando en el Asteras Tripoli griego y no había realizado ningún comunicado, pero salió el tema de su futuro en una entrevista y contestó que lo dejaba. A partir de ahí comenzó un aluvión de interés que ha sorprendido al propio protagonismo, que no esperaba tal repercusión.

Hoy visitó la redacción de dxt campeón para someterse a una entrevista que terminó resultando en una conversación sobre su etapa en el Depor, la cantera, el aspecto mental y la parte menos conocida del fútbol. A continuación, lo más destacado. Mañana, la charla al completo en forma de podcast.

¿Qué tal se vive retirado y de regreso en Galicia?
Pues muy bien. Feliz y contento por poder retirarme de la manera que siempre soñé. Nunca pensé en llegar a un punto en el que el fútbol me retirara a mí, me retiro de forma voluntaria y estando al máximo nivel, encontrándome bien, así que muy contento y a gusto.

La morriña ya tiraba demasiado, ¿no?
Sí, sí. Al principio la experiencia está bien. Haber estado en el extranjero es una de las cosas con las que me quedo en mi carrera, pero ya llevaba cuatro años fuera y eso se va notando; la tierra tira y ya quería volver, la verdad.

Te hemos escuchado cierto desencanto con el fútbol. ¿Qué ha pasado?
Quiero hacer un matiz, porque sino mucha gente se confunde. Yo me siento un afortunado de haber podido dedicarme al fútbol, que es lo que siempre soñé y son unas condiciones laborales privilegiadas. A partir de ahí, muchas veces sale esa cara mala del fútbol. Una vez que te haces profesional, cada vez te apartas más de la pureza del juego y el deporte en sí, y te metes en un mundo que es un negocio, que mueve mucho dinero y en el que entran muchos intereses. Son cosas con las que conviví, repetiría ser futbolista profesional porque me considero un privilegiado, pero eso no quita que ese tipo de cosas nunca me gustaron.

¿Hacia dónde vas a encaminar tu futuro profesional?
Todavía no lo sé. A corto plazo me quiero dejar llevar, quiero fluir, ver que sensaciones e inquietudes tengo. Después iré hacia un lado u otro, pero ahora mismo no tengo ningún objetivo concreto.

Llevaba cuatro años fuera y eso se va notando; la tierra tira y quería volver

Claro, mientras uno es futbolista es complicado saber que va a hacer después, ¿no?
Sí, porque estás muy centrado en lo que estás haciendo. Además empiezas desde muy joven. Yo debuté con 19 años pero llevo en dinámica de futbolista profesional desde los 16, que ya estaba en Isla Canela haciendo la pretemporada con el primer equipo, entonces desde los 16 hasta hoy no pude ver que más opciones hay ahí fuera, que me puede deparar la vida en el ámbito profesional. Por tanto estoy muy verde para saber hacia donde voy a ir.

¿Crees que a tí y a otros jugadores de la casa como Álex Bergantiños se os ha dado el valor que merecíais?
Siempre he tenido la sensación de que el jugador de la cantera tiene que hacer más que el resto para recibir la misma valoración. Y muchos otros excanteranos, que luego me he ido encontrando, comparten esa misma sensación.

Hay canteranos llamando a la puerta del primer equipo con éxitos como el ascenso del Fabril. ¿Crees que tendrán su oportunidad?
Es un momento ideal para tirar de la cantera ya de una vez. Primero por la diferencia entre una categoría y otra, que es mínima; segundo porque las generaciones que vienen por detrás son buenas, están ahí los resultados. Eso es lo que se percibe. Ahora, ¿qué van a tirar de ellos? No lo sé, ojalá que sí, porque creo que hay que hacerlo, pero no lo sé.

Parece que es un hándicap, ¿no? Debería ser beneficioso ser un jugador de la casa, pero por ejemplo con la exigencia tiene su parte mala.
Desde luego, y no puedo entender el porqué. Estás ahí desde pequeño, se tiene que dar por hecho que tienes sentimientos por el equipo, que quieres lo mejor para tí y los aficionados, que eres de esa ciudad..., cosas que deberían de gustar. Y sin embargo el canterano hace dos partidos regulares y ya hay críticas por todas partes, mientras que algún jugador de fuera hace 10 partidos malos seguidos y ves como la gente mira para otro lado. No se le aplaude ni se le halaga, pero tampoco se le critica. Yo lo viví en mis propias carnes. Vi como a la mínima, por no hacer un partido de 8 sino de aprobado me daban palos, pero en otros casos miraban para otro lado, y es algo que nunca entendí.

Cuando en mi debut me cambiaron por Valerón fue un placer

Recuerdas que estuviste en el Depor desde pequeño. ¿Qué le dirías a ese niño que empezaba en Abegondo?
Uf, que pregunta (suspira y sonríe). Lo primero que le diría es que disfrute, que aprenda todo lo posible. También le diría que vaya por el camino que seguí de ser yo mismo, porque así terminará su carrera bien consigo mismo.

Si echas la vista atrás, ¿qué es lo más bonito que te ha dado el fútbol?
Mis compañeros, el ambiente del vestuario. Eso es algo que no se puede comparar a otra cosa, porque sólo ellos pueden entender lo que sientes, al ser gente que como tú pasa por lo bueno y malo del fútbol. También con la experiencia de vivir tu deporte favorito al máximo nivel, esa adrenalina, esa tensión, jugarte cosas tan importantes delante de tanto público. Quizá esas dos cosas.

¿Con qué momentos de tu carrera te quedarías?
Principalmente con mi debut, que además fue como titular en Almería y encima luego me cambiaron por Valerón, mi ídolo. Osea que hasta fue un placer salir del campo (ríe). Luego me quedo con los dos ascensos y con el trofeo a mejor mediocentro de Segunda División, que es un premio a tu esfuerzo.

¿Es Valerón el mejor futbolista con el que has jugado?
Sí, sin duda.

Tuve de esas ofertas del extranjero que te solucionan la vida

Una de las críticas que te han acompañado siempre es la de ser un jugador frío. ¿Cómo te lo tomabas?
A ver, al principio es desagradable como cualquier crítica negativa. Yo tengo la suerte de que por mi personalidad no me lo llevaba a casa y no me afectaba, pero a muchos jugadores sí e incluso necesitan la ayuda de un profesional. Luego con el paso del tiempo lo normalizas (ríe). Es lamentable que sea así, pero ya te esperas que te lo digan.

En otras entrevistas desvelaste que durante tu mejor momento tuviste ofertas, pero preferiste seguir en el Depor. En su día se habló del Sevilla. ¿Puedes desvelar que equipos te quisieron?
No quiero concretar, porque no decirlo antes y ahora ponerme a contarlo todo sería un poco contradictorio (ríe), pero es lógica pura. Eres joven, logras ascensos, algún premio individual, ‘veintipico’ años... sí que tenía ofertas. Algunas muy buenas, otras del extranjero, que vienen desde más lejos y que te solucionan la vida sólo con ese contrato. Yo quería estar en el Deportivo, era mi sueño desde pequeño, quería triunfar aquí, y en ese momento priorizaba lo sentimental.

Y sobre Lucas Pérez, ¿qué te parece que esté aquí?
Es un regalo. Cuando veía las noticias me parecía surrealista, pensaba que era un rumor sin más. Un jugador de su talla, de Primera División, que esté aquí ayudando al equipo... Hay que aprovecharlo e ir para arriba, es el momento.