Yo estuve hace un año en Castellón: “Fue el reflejo de la crueldad”
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Yo estuve hace un año en Castellón: “Fue el reflejo de la crueldad”

Yo estuve hace un año en Castellón: “Fue el reflejo de la crueldad”
La intensa lluvia y las lágrimas de los aficionados del Deportivo se entremezclaron en Castalia el 11 de junio de 2023 tras el varapalo sufrido por el equipo coruñés ante el Castellón | Foto: Alfaquí

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El 11 de junio de 2023, del que hoy se cumple un año, quedará siempre en la memoria del deportivismo como uno de los capítulos más surrealistas y tristes de la peor época de la historia del club. La derrota en Castalia frente al Castellón (4-3), y la consiguiente eliminación del playoff de ascenso a Segunda División, creó la enésima herida en una afición blanquiazul que estuvo representada en el estadio castellonenese por unos 300 seguidores que agotaron las entradas destinadas al club visitante. Un año después de aquel varapalo, cuatro aficionados que estuvieron en Castalia recuerdan la dura experiencia y se muestran felices por la consecución del ascenso y la victoria frente al Castellón en la final de campeones de la Primera Federación, una especie de redención que cierra, quizá no del todo, la herida.


El Deportivo, dirigido por Rubén de la Barrera, llevaba una ventaja de un gol gracias a la victoria por la mínima en Riazor (1-0) con tanto de Max Svensson. Un empate le valía al conjunto blanquiazul, que sería eliminado si perdía por uno o más goles debido a la mejor clasificación del Castellón en la liga regular. Y así fue. Sin embargo, lo que ocurrió durante el encuentro aumentó de forma exponencial la decepción e impotencia de los deportivistas. “El partido fue el reflejo mismo de la crueldad”, recuerda Pablo Fernández, de la peña deportivista Verín, uno de los atrevidos que visitó Castalia.


Dos errores de la defensa e Ian Mackay, protagonista negativo del choque, permitieron al Castellón darle la vuelta a la eliminatoria en 30 minutos. El equipo herculino empató con un tanto de Yeremay antes del descanso y otro de Lucas Pérez en la reanudación y aguantó hasta el minuto 89 con el pase para la última ronda del playoff en el bolsillo. No obstante, el gol de Iago Indias, hijo de Alejo Indias (exjugador del Celta), igualó la eliminatoria y fue el preludio de la acción más determinante: el penalti y expulsión de Ian Mackay por propinar una ‘colleja’ a un rival. Pablo Hernández erró la pena máxima e incluso el Depor puso el 3-3 en la prórroga, pero David Cubillas, ex del Fabril, hizo el 4-3 en el 108 despertando del sueño a una afición deportivista que a esas alturas ya estaba empapada debido a la intensa lluvia caída en Castalia.

 

“Tristeza e decepción”

“As palabras que escollería son tristeza e decepción. Todos os que estivemos alí lembramos a meteoroloxía. Empezou a chover, remontáronnos e aquilo era un mar de bágoas. Estabamos eliminados, empapados e mirándonos uns a outros con bágoas nos ollos. Ademais, mirabas ao campo e, independentemente do que cada un queira criticar, vías a xente decepcionada despois de loitar 90 minutos e a prórroga”, asegura Brais Quintairos, vicepresidente de la peña Verín.


María José Castelo, de la peña Paixón Branquiazul, también rememora que “en la cara de los jugadores veíamos que sentían la misma sensación que nosotros, la sensación de no entender lo que acababa de pasar. Me quedo con la cara de Lucas, me transmitía eso, no saber lo que pasó”. 


“Además de perder, nos fuimos empapados porque tardaron mucho en dejarnos salir. En la vuelta en bus hubo un silencio sepulcral, muy pocas palabras, y en las paradas la gente intentaba no bajar del bus. Ya en Coruña me fui para casa a dormir y a intentar olvidar lo que había pasado”, reconoce Sito Señarís, que se ‘comió’ más de 2.000 kilómetros en autocar para, finalmente, tratar de olvidarlo todo.

 

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Viaje de ida a Castellón

 

Una montaña rusa de partido

Así de traumático fue el encuentro para los asistentes, que concuerdan que el propio transcurso del choque elevó la crueldad de la eliminación. “Se o partido fose doutra maneira, igual a sensación sería diferente. Pero sendo como foi fixo que todo fose máis duro. O autor da nosa novela cada vez tíñanos preparado un final máis duro”, comenta Brais Quintairos.


En esa misma línea se expresa Pablo Fernández: “Cuando salimos de Galicia sabíamos que eso (la eliminación) podía pasar, que entraba dentro de los planes. Pero una vez que llegas, el día anterior lo pasamos muy bien y nos ilusionamos. Porque además el transcurso del partido fue increíble. Fue por fases. Fue el reflejo mismo de la crueldad. Recuerdo cómo caía el agua, la gente con los brazos en jarra y nadie se atrevía a decir nada. ‘Nos está pasando de nuevo, a ver qué hacemos el año que viene’”.

 

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Vista del terreno de juego desde la posición de los aficionados deportivistas

 

Por su parte, Sito Señarís destaca el gol del central Iago Indias en el 89 como un momento clave. “Fue un jarro de agua fría. Los fantasmas del pasado nos vinieron de golpe a la mente: Albacete, Mallorca...”. Pero el destino todavía le tenía preparado un doble tirabuzón al Deportivo. “Después llegó la jugada de la que todo el mundo se acuerda. El puñetazo de Mackay y el penalti que falló Pablo Hernández. Además, ese fue el mismo instante en el que se escuchó el primer trueno en la zona. Y por si fuera poco, empezó la prórroga y Kuki, criticado durante la temporada, nos puso por delante”, recuerda Sito, que resume el final aún con resignación: “El Castellón apretó, el Depor estaba con diez, se echó para atrás y pasó lo que pasó”.

 

Ian Mackay, en el punto de mira

La actuación de Mackay provocó un distanciamiento entre parte de la afición y el portero coruñés que, tras las dudas ofrecidas en el inicio de la temporada 2023-24, desembocó en una salida del club por la puerta de atrás en el pasado mercado de invierno. Un año después del día ‘D’, el sentir de la afición deportivista respecto al actual guardameta del Eldense sigue siendo dispar. De hecho, María José, Pablo, Sito y Brais ejemplifican a la perfección los diferentes grados de rechazo y cariño ante la figura de Mackay.


“Son dos que ten boas palabras para Ian. Non me esquezo do momento no que veu. Non dubido do seu deportivismo e do sentimento que ten cara á cidade e o club. A nivel futbolístico, un profesional do seu nivel e coas táboas que demostrou durante toda a súa innegable carreira, debería levar a reacción desa xogada doutra maneira. Pero seguramente o primeiro arrepentido é el. Lonxe de terlle rancor, tento esquecer ese momento”, admite Brais Quintairos.

 

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Ian Mackay fue protagonista negativo del partido | Foto: Alfaquí


“Ese día no salí contento, evidentemente. Mackay ya llevaba un año algo peor que el primero desde su vuelta, pero es una persona deportivista y seguramente estaría nervioso como los demás. Yo ya le he perdonado”, asegura Sito Señarís, mientras que Pablo Fernández muestra una mayor indiferencia: “Ahora mismo me da igual lo que haga Mackay, aunque a veces siga intentando buscar atención del deportivismo. En su momento claro que no me esperaba que el capitán fuese el que se cargase la eliminatoria y además que no pidiera disculpas, por mucho que dijera que no le dejaron”.


Más molesta se sigue sintiendo María José Castelo, que admite que Mackay “lo dio todo por el club” pero asegura que la eliminación ante el Castellón tiene un responsable principal por encima del resto: “Fue una gran decepción. Lo que más me dolió fue la autoexpulsión. En ese partido no lo conocía. Ver que sus compañeros bregaban y él va y se autoexpulsa. Nos dio mucho y dio todo por el club pero todo lo que hizo antes, en ese partido lo perdió”, reconoce la integrante de la pena Paixón Branquiazul, quien añade que “a lo mejor no habríamos ascendidos a Segunda pero no se puede perder de esa manera. No sé qué le pasó (a Mackay). Lo siento pero toda la culpa se la echo a él. Esa es mi percepción. Terminado el partido ya me marché para fuera. Vine mosqueadísima. De él ya no quise saber nada más. A lo mejor no habríamos subido, pero habríamos podido ilusionarnos”.

 

Vuelta a Castalia y redención

Un año después de aquel duro golpe, estos cuatro aficionados pueden decir bien alto que la herida abierta ya escuece menos. El ascenso a Segunda División conseguido por el equipo de Imanol Idiakez y la consecución del trofeo de campeón de Primera Federación precisamente ante el Castellón, con partidazo incluido en Castalia, tienen buena parte de culpa. Sobre todo en el caso de Brais Quintairos.


“A miña cabeza necesitaba poñerlle ese punto final así que collín entrada e fun de novo a Castalia. Encima íase cumprir un ano e necesitaba cambiar esa sensación. Volver alí con presión cero, gozar da cidade, da boa xente, dunha boa paella e do partido… Necesitaba pechar así a etapa de Primeira RFEF antes de volver ao fútbol profesional. Estou moi orgulloso deste equipo e deste adestrador. Pedirlle perdón a Imanol se nalgún momento non cremos. Despois desa primeira volta e a presión que exerce Riazor e a afección do Depor, ser capaces de facer esa segunda volta non é unha casualidade. Teñen o dereito e merecen representarnos no fútbol profesional”, afirma el vicepresidente de la peña Verín, que fue uno de los pocos deportivistas que estuvieron presentes en Castalia para ver el 2-4 del pasado 2 de junio con una exhibición de Lucas Pérez.

 

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Lucas Pérez celebra uno de sus dos goles ante el castellón el pasado 2 de junio | Foto: Alfaquí


María José no necesitó volver al estadio castellonense para quitarse “la espina” en una temporada en la que presume de haber creído en el ascenso desde el principio. “Le puedes preguntar a Julio, le decía ‘vamos a ascender, esta vez nos toca’. Yo insistía y ahora me vacilan todos. Creí desde el principio a pesar de que el entrenador no daba con la tecla y había muchas bajas. Pero tenemos a Mella a Yeremay y a Davo, que no se me olvide. Soy ‘davista’. Nos dio mucho. Sin él ahora estaríamos jugando el playoff”. 


Por otro lado, Pablo Fernández utiliza la palabra “redención” para calificar la conclusión de la recién finalizada temporada. “Ahora sí que parece que las cosas van a ir bien. Porque nos pasaron cosas prolongadas en el tiempo y también muchas en un tiempo concreto, como pasó en Castellón, pero este año se ve que no nos tienen que pasar cosas malas siempre”.


Por último, Sito Señarís destaca que el deportivismo cerró el capítulo traumático del pasado 11 de julio de 2023 con “otro partido surrealista en Castellón (2-4) que puso el broche a esta época nefasta del club”. No obstante, Sito reconoce que guardará “con cariño” los años de barro por ‘Tercera’ porque, “como escribió Nacho Carretero en un artículo en ‘Líbero’, los deportivistas ya éramos felices antes del ascenso. Al menos así me sentía yo aunque pasáramos otro año en Segunda B”. 

Yo estuve hace un año en Castellón: “Fue el reflejo de la crueldad”

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