Deportivo y Tenerife igualan a limitaciones (0-0)
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17º-23º

Deportivo y Tenerife igualan a limitaciones (0-0)

Deportivo y Tenerife igualan a limitaciones (0-0)
Eddahchouri, en el Deportivo-Tenerife | QUINTANA

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El Deportivo empató a nada ante el Tenerife en un encuentro que puso de nuevo ante el espejo a un equipo que es lo suficientemente bueno como para no sufrir esta temporada, pero al que le viene grande el reto de pelear por algo más. Salió al campo para volver a colocarse a seis puntos del playoff, pero se quedó corto por unas limitaciones que son y han sido su seña de identidad durante el curso. Esto es lo que hay.
 

Mfulu no es José Ángel. Esa premisa que antes de comenzar el partido podía estar más que clara, quedó en evidencia durante una primera parte marcada a partes iguales por la ausencia del andaluz y la presencia del congoleño. Él fue el encargo de relevar al que durante 2025 está siendo la primera piedra del ataque blanquiazul. Pero solo en nombre. Porque en funciones, la presencia del mediocentro junto a Villares no tuvo nada que ver. Escondido cada vez que el Dépor iniciaba, era fácil adivinar por dónde iría la circulación herculina: por el lado contrario de donde estuviera el 12.
 

El equipo de Gilsanz disimuló estas carencias durante el primer cuarto de hora gracias a las apariciones de Mella estirando al Tenerife hasta prácticamente descoserlo. Faltó lo de siempre. Precisión, finura y entendimiento en los últimos metros. Sobró a veces egoísmo, como en la serie de amagos de Eddahchouri en dirección opuesta a un Yeremay que se desgañitaba solo en el lado débil. Todo para terminar con un inocente disparo que no incomodó a Badía.


El VAR salió cara

Pero ya lo había avisado Cervera, el Tete no venía a Riazor a especular. No podía. Y cuando se dio cuenta de que el Dépor se ha ido quedando poco a poco sin herramientas para salir de la cueva, decidió salir de caza. Las imprecisiones de Villares y la falta de entendimiento de Petxa con los hombres más adelantados dejaron los primeros acercamientos visitantes, casi siempre diseñados por Luismi y ejecutados desde el otro costado por un Waldo Rubio que amenazaba con más intenciones que acierto.
 

Para irse al descanso faltaba, cómo no, la habitual cita con el VAR a la que el Dépor parece abonado últimamente. Tras el enésimo retrato a Mfulu, Pablo Martínez y Luismi se la jugaron a ver quién era más pardillo. El central galo cometió una grave imprudencia pasando el cortacésped con su bota izquierda. El extremo apartó la pierna justo cuando se producía el contacto, y se arrepintió un segundo después. Tarde. De la Fuente Ramos lo había pillado y ni la llamada de Moreno Aragón para que fuera a verlo repetido al monitor cambió su idea de amonestar al chicharrero por simular. Siempre sucesos fuera de lo normal en Semana Santa.

 

Con todo

El regreso de los vestuarios dio paso a cinco minutos de esperpento por parte de los dos equipos. Una serie de catastróficas desdichas en los que el balón pasó más tiempo en el aire que sobre el verde. El ida y vuelta terminó con una de esas genialidades de Yeremay. El canario se hizo fuerte en un pase largo y dejó por el camino a dos rivales con un caño y un amago para meterse en el área y buscar una rosquita al segundo palo que se fue rozando el palo. Minutos después, Eddahchouri tuvo la suya para abrir el marcador en un saque de esquina venenoso, pero su remate de cabeza también esquivó los tres palos.
 

Sintió con ganas Gilsanz a los suyos y decidió quemar las naves antes incluso de llegar a la hora de partido. Mfulu por Diego Gómez. Nunca un cambio del betanceiro había sido tan transparente. Lo completó con el regreso de Obrador por un Tosic que volvió a cumplir, pero que también empezaba a dar ya síntomas de cansancio en un duelo que amagaba por momentos con enloquecer.
 

Seguramente no tardara en arrepentirse ni un rato el técnico deportivista. Porque su equipo volvió a demostrar que no le va nada bien salirse de su estado zen. De dejar fluir el juego y no tratar de acelerar los choques. Lo que sucede es lo que sucedió en la última media hora, en la que el que parecía atenazado por el descenso era el Dépor. La entrada de Cantero revitalizó el ataque del Tenerife y la distancia kilométrica entre las líneas blanquiazules hizo el resto. 
 

No le sobra nada a los del Heliodoro, que tampoco en ningún momento dieron la sensación de que se jugaban ponerse a dos partidos de la permanencia. Fue por eso que el empuje de Riazor hizo que el cuadro coruñés acabase el partido en área contraria. Con más corazón que cabeza, los tres puntos estuvieron a nada de quedarse en casa con un remate cruzado de Hugo Rama y un caramelo que Diego Gómez le puso en la cabeza a Genreau. No fue tampoco el día en el que los meritorios tuvieron su gran momento.

 

Deportivo 0 - 0 Tenerife

Deportivo: Helton; Petxarroman, Pablo Vázquez, Pablo Martínez, Tosic (Obrador, m.57); Mfulu (Diego Gómez, m.57), Villares (Genreau, m.85); Mella (Rama, m.85), Mario Soriano, Yeremay; Eddahchouri (Barbero, m.79).

 

Tenerife: Edgar Badía; César Álvarez, Landázuri, Mellot, David Rodríguez; Aaron, Bodiger; Luismi Cruz (Cantero, m.67), Diarra, Waldo (Marlos, m.88), Maikel Mesa (Gallego, m.67).

 

Árbitro: De la Fuente Ramos (C. castellano-leonés). Tarjeta amarilla a Luismi (m.41), Petxarroman (m.42), Pablo Vázquez (m.59), Gallego (m.70)

 

Incidencias: Partido de la 36ª jornada de Segunda División disputado en Riazor ante 21.093 espectadores.

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