El Depor continúa a siete puntos del liderato que ostenta el Córdoba, después de mostrarse incapaz de batir a un inspiradísimo Carlos Marín, héroe del conjunto andaluz en Riazor. La escuadra blanquiazul se mostró ligeramente superior en un duelo muy táctico en el que ambos conjuntos eran conscientes de que afrontaban ‘el partido’ con mayúsculas de la primera vuelta. Un duelo en el que cualquier despiste podía salir muy caro. En el caso de los locales, alejarles a diez puntos del liderato. Y para los andaluces, ver cómo un claro aspirante al ascenso recortaba la distancia a cuatro. De ahí que ambas escuadras mantuvieran una concentración defensiva máxima. Aunque los herculinos dispusieron de cuatro ocasiones claras para adelantarse en el marcador en el primer tiempo.
Sin embargo, el 0-0 supone un frenazo para las aspiraciones de los herculinos en su lucha por el ascenso directo, mientras que refuerza al bloque verdiblanco, que mantiene su ventaja respecto a un rival directo y salva su visita a uno de los escenarios más complicados de la categoría.
Óscar Cano apostó por el equipo titular que el pasado fin de semana goleó en Fuenlabrada (0-3), con lo que el Depor repitió once por primera vez este curso.
Tras los primeros ocho minutos en los que el líder trataba de hacerse con el control del duelo, pero sin profundizar, el Depor envió un aviso al bloque de Germán Crespo con un balón colgado por Mario Soriano al área blanquiverde que Calderón, al intentar despejarlo a córner, lo estrelló contra el poste de su propia portería.
La acción encendió a la grada y a los jugadores blanquiazules, que trataban de discutirle el mando del encuentro a los andaluces, aunque sin lograrlo.
Los herculinos tuvieron una nueva ocasión en el 14’ por medio de un disparo de Svensson desde la frontal. La pelota impactó en Gudelj e hizo un extraño, pero no terminó de sorprender al arquero visitante.
El cuadro verdiblanco retomó el control del partido, aunque sin generar peligro ante un Depor que no se sentía nada cómodo y exhibía un fútbol más vertical del que nos tiene acostumbrados.
El duelo alcanzó la media hora y los pupilos de Óscar Cano dispusieron de una doble ocasión para romper el equilibrio. Primero, por medio de una gran acción de Quiles que, tras sortear a varios rivales, intentó disparar a puerta, pero la pelota pegó en Gudelj y fue a parar a Isi Gómez, quien no supo resolver ante el portero en el área pequeña. Y en la siguiente jugada, con un disparo cruzado del pichichi blanquiazul que atajó Carlos Marín.
La afición blanquiazul, que empezaba a rugir, estuvo a punto de enmudecer en el minuto 35. La escuadra visitante colgó una falta al área deportivista, Diarra peinó el balón y Jorge Moreno metió la pierna para conectar con el esférico y batir a Mackay. Pero el colegiado anuló la acción por un fuera de juego bastante dudoso del central verdiblanco.
El Depor dispuso de la ocasión más clara justo antes del descanso, por medio de una sobresaliente jugada en el 41’. Isi Gómez abrió a la banda izquierda, donde encontró a Raúl Carnero. El lateral envió un centro medido a Quiles y el delantero onubense, desde el segundo palo, peinó la pelota para que Mario Soriano rematara a placer en boca de gol, pero su testarazo se encontró con el guardameta visitante, que volvió a lucirse para evitar que el marcador se moviera en la primera mitad.
Salió enchufado el conjunto coruñés en el segundo tiempo y dispuso de una buena oportunidad en el 48’, pero el remate de Quiles desde la frontal del área salió desviado.
Al Córdoba le costaba más tener la pelota ante un Depor que dio un paso adelante y que volvió a buscar el gol en el minuto 56 por medio de un disparo acrobático de Svensson que salió demasiado alto.
Justo en la jugada anterior, nuevo susto para los herculinos tras una pérdida de Rubén Díez cerca de su área que pudo costarle muy caro.
El líder se revolvió a la hora de partido con una gran acción de Simo, que recibió de espaldas dentro del área blanquiazul, descolocó a la zaga deportivista y retrasó la pelota para que Carracedo chutara, pero menos mal que el balón salió ligeramente desviado ante la estirada de Mackay.
La réplica deportivista llegó en el 66’ por medio de un chut de Quiles, tras un nuevo slalom de los muchos que se marcó ayer, pero (otra vez más) se encontró con la figura de un Carlos Marín brillante.
El Depor mandaba en el césped en este segundo tiempo, pero no terminaba de transformar ese dominio en ocasiones claras, así que Óscar Cano decidió sacudir el avispero dando entrada a un jugador capacitado para aportar desequilibrio, el canterano Yeremay, quien entró por Isi Gómez en el 71’.
Los deportivistas protagonizaron un doble acercamiento al arco contrario en el 80’ y en el 83’. Primero, con un chut de Soriano a las manos del cancerbero. Después, con un remate desviado de Zalazar, que acababa de entrar al campo junto a Diego Villares, tras una buena acción de Yeremay.
En el 87’ fue Quiles quien buscó sorprender a Carlos Marín desde la frontal, pero el guardameta verdiblanco era una roca infranqueable.
De la ocasión blanquiazul se pasó a sendos contragolpes cordobeses que metieron el miedo en el cuerpo de los deportivistas.
Al final, la escuadra deportivista, pese a su buen juego frente al líder, no fue capaz de arañarle nada al Córdoba, del que continúa a siete puntos.