Varios futbolistas han vestido la camiseta del Dépor y del Eibar a lo largo de la historia, pero Jesús Hidalgo Bermejo (Irún, Guipúzcoa, 1962), conocido futbolísticamente como Chuchi Hidalgo, es el único que recaló en el club coruñés directamente desde el conjunto vasco. “Traspasado, además”, puntualiza.
No me extraña que el Dépor lo fichara en noviembre de 1986, porque arrancó la temporada con el Eibar en Segunda B, pero marcó 8 goles en las primeras 12 jornadas.
Sí, en Eibar estuve muy bien. El año anterior habíamos sido campeones de nuestro grupo en Tercera División. Jugamos la promoción varias veces y por fin ascendimos contra el Badajoz. Cuando me vine a A Coruña, íbamos cuartos, que aquella temporada había un solo grupo en Segunda B y ascendían los cuatro primeros. Terminaron subiendo Tenerife, Lleida, Granada y Burgos.
Recaló en el Dépor, debido a una grave lesión de Traba.
Sí, se rompió la tibia y el peroné contra el Figueres y curiosamente también me quería el Celta. Negocié con ellos y con el Dépor al mismo tiempo, ambos estaban en Segunda, pero finalmente me fui a A Coruña.Fue el fatídico año en el que se inventó el playoff de ascenso, que acabamos la liga regular segundos, por detrás del Valencia, pero después en el playoff subieron Valencia, Logroñés y Celta.
¿Cómo vivió el salto al fútbol profesional?
Yo era ferroviario, así que mira lo que supuso porque en el Eibar, quien no estaba estudiando, estaba trabajando, ya que en Segunda B, sobre todo los equipos vascos, eran semiprofesionales. Trabajábamos y entrenábamos por la tarde. Entonces, poder venir al Dépor, que era un gallito, un aspirante al ascenso... Así que me vi en el fútbol profesional y dije, vamos para allí. Fue un cambio muy grande en lo deportivo, pero no me vino mal y acerté. Luego tuve la suerte de llegar a Primera, gracias al Dépor también, que me dejó ir al Valladolid. Lendoiro me dijo que el fútbol eran tres días y que aprovechase la oportunidad porque el club en aquel momento pagaba lo que podía.
Estuvo tres cursos en el cuadro herculino y aunque no era titular indiscutible, su presencia fue creciendo y en el último tuvo mucho protagonismo.
Sí que cuando llegué, me costó. De aquellas se permitían dos o tres extranjeros por club y la mayoría eran delanteros. Ahí estaban Donowa, Vicente y Traba, que aunque se lesionó, pero eran jugadores importantes. Otro año se fichó a Raudnei, el brasileño. Siempre había mucha competencia, pero la última temporada terminé jugando los dos o tres últimos meses y fue lo que me valió para fichar por el Valladolid. De hecho, tuve ofertas de cinco equipos de Primera y tres de Segunda. Aquella temporada 1988-89 fue una locura y lógicamente acepté la oferta que económicamente era más potente y un club que iba a jugar competición europea al año siguiente.
Fue muy querido por la afición deportivista, que le bautizó como ‘Chuchi Van Basten’.
Tengo una anécdota en un viaje, creo que en Tenerife. En la víspera del partido le pregunté a Arsenio si me podía sentar con él a tomar un café y hablando, le dije, míster, siempre salgo desde el banquillo. En aquella época solo se permitían dos cambios, así que se tardaba mucho en hacerlos porque lógicamente te podías quedar con diez en cualquier momento, si los hacías muy pronto. Pues Arsenio me dijo, mire, Chuchiño, le voy a decir una cosa, yo he tenido a más de 1.000 jugadores a mi cargo a lo largo de mi carrera como entrenador, pero usted es el jugador número 12 más importante que he tenido porque siempre que lo saco me da algo. Es mucho mejor que lo que está en el campo, porque aporta, y eso no sabe usted el valor que tiene. Entonces, dije, pues será verdad. Muchas de las veces que Arsenio me metía en el campo era cuando íbamos ganando por la mínima, que lo lógico es meter un defensa para aguantar el resultado, pero él me decía, muchas veces se defiende mejor con un delantero que presiona y que corre a todos los balones y aguanta y protege, que con un defensa que solo se dedica a salpicar la pelota. Por eso fui muy querido, pero no solo en el Dépor, también estoy en el once ideal del Eibar, con el Real Unión me pasará tres cuartas partes de lo mismo, en el Palamós ya ni te cuento... Donde menos repercusión tuve fue en el Valladolid.
Pese a no ser un goleador, con el Dépor marcó seis tantos en la Liga y cinco en la Copa del Rey.
Mis dos o tres últimos meses de mi última temporada en el Dépor fueron impresionantes. Recuerdo que cuando estaba en el Valladolid le pregunté a Pepe Moré, que era el segundo entrenador de Vicente Cantatore, que por qué me habían fichado, si en el Deportivo no fui titular habitualmente, y me dijo, por casualidad. Me explicó que Cantatore le mandó a Atocha un miércoles a ver a la Real Sociedad en un partido de Copa, que jugaba contra el Dépor, y cuando regresó a Valladolid, le explicó que en el Deportivo había un pelos que se llama Chuchi Hidalgo que le llamó la atención. Posteriormente, le mandó a verme a otro partido que ganamos con dos goles míos, así que Moré le dijo a Cantatore que el pelos estaba que se salía y que era un pedazo de extremo. Con la misma, nos tocó el Valladolid en la Copa del Rey y ya visteis lo que pasó, que le volví loco a Fernando Hierro y a Gonzalo, y ya me quisieron fichar.
Arsenio me decía que la mejor asistencia de la historia del Deportivo fue la que le di a Vicente
El 22 de mayo de 1988 vivió en primera persona aquel gol de Vicente ante el Racing de Santander en Riazor que evitó el descenso a Segunda B.
Ya empezó todo con la fatídica muerte de Javier Sagarzazu en pretemporada, cuando íbamos a Carral a jugar un amistoso con el Cádiz. Todo fue mal hasta que pasó lo que pasó en la última jornada, el famoso gol de Vicente. Como me decía Arsenio, esa ha sido la mejor asistencia en la historia del Deportivo, la que le diste a Vicente. El que la mete es importante, pero el que la pone, también. Nos salvamos y luego empezó toda la reestructuración en el SuperDépor.
¿Cuál es el mejor recuerdo de su etapa en A Coruña?
Te voy a ser sincero, que mi hijo Mario nació en el Juan Canalejo. Así que ser padre en A Coruña. Además, mi hijo es deportivista a muerte, más que yo. Los dos hemos sufrido mucho con el Dépor estos cuatro años en el infierno. Ahora estamos en Segunda, que han echado a mi amigo Imanol Idiakez, entiendo que por los resultados porque el Dépor tenía lo más difícil del fútbol, que es generar ocasiones de gol, aunque no se estaban materializando. Sin embargo, en Cartagena marcamos cinco. Espero que el lunes sigamos con esa dinámica. Yo voy más con el Dépor que con el Eibar, porque el Eibar está a tres puntos del ascenso directo y aunque lleva una mala racha, tiene 18 puntos y equipo como para solventar sus miedos.
Hidalgo, quien trabaja en la Consellería de Deportes del Concello de Ourense desde hace un año y medio, viajará el lunes a Riazor para disfrutar in situ del Dépor-Eibar. “Voy con la familia, con la mujer y los hijos, aunque seguramente vaya invitado por el Eibar al palco”, explica.
¿Cómo ve la situación en el banquillo del conjunto blanquiazul?
Una vez que se ha apostado por Óscar Gilsanz, yo seguiría apostando por él hasta el final de temporada. Es deportivista hasta la médula y lo mejor para un cuerpo técnico es tener gente de la casa, que sientan y conozcan el club como si fuera suyo. Tenemos la prueba en Vigo, donde fichan a un entrenador laureado como Benítez y sale prácticamente echando pestes de él, y suben a un chaval de la casa y poco menos que le van a hacer un monumento allí y la gente, encantada de cómo juega. El entrenador más laureado de la historia del Deportivo fue mi paisano Javier Irureta, una persona cercana, y el otro, el de la casa de toda la vida, Arsenio Iglesias, que también subió del Fabril.
Imagino que Óscar va a seguir en el banquillo esta jornada, no creo que cometan la torpeza de fichar a nadie
¿Qué le gusta más y menos de este Deportivo?
Lo único que cambiaría es lo de tocar el balón en corto en la salida de meta, tocar a los centrales en el área pequeña. Lo único que genera es intranquilidad a la grada, desconfianza. Generamos muchas ocasiones, pero también en contra nos generan en todos los partidos.
¿Qué partido espera?
A los dos equipos les gusta mucho tener el control. Va a ser un duelo muy equilibrado. Imagino que Óscar va a seguir en el banquillo esta jornada, no creo que cometan la torpeza de fichar a nadie, así que el público va a estar a muerte con el equipo y si nos adelantamos en el marcador, el Dépor digo, creo que vamos a ganar bien. Pero como el Eibar se adelante, pasaremos apuros porque llevan muy bien el control.