El Abanca Riazor se engalanó para acoger el ‘derbi de las Rías Altas’ entre el Deportivo y el Racing de Ferrol en una tarde en la que el estadio herculino registró una entrada de 17.166 espectadores.

Una jornada de fútbol y de sana rivalidad entre dos aficiones con ganas de disfrutar de un partido de fútbol de rivalidad.

Seguidores rivales

Poco menos de un millar de aficionados del Racing de Ferrol acudieron al feudo herculino. La hinchada blanquiazul acudió a recibir el equipo, en una quedada a las 17 horas para vitorear al autocar del Depor y ya en el campo, con las gargantas ya entrenadas, los seguidores desprendieron un tifo en la zona de Marathon Inferior que rezaba “Coruña, capital do fútbol galego”.

Recuerdo a Ucrania

Un detalle bonito antes del inicio de la contienda fue que ambos equipo salieron con una pancarta que rezaba “Non a guerra” en contra del conflicto armado en Ucrania iniciado hace poco más una semana por Rusia.

Un gesto que fue aplaudido por la totalidad de la grada y de ambas aficiones. Las dos hinchadas se pasaron todo el partido ‘picándose’ entre ellas y animando a los suyos, en un ambiente de fútbol que recordaba al deporte de antes de la pandemia.

Un Abanca Riazor que evocaba al de las grandes citas, pero que disfrutó de un partido no tan lucido y de un juego más bien trabado y con muchas interrupciones, debido a las múltiples faltas señaladas a los ambos equipos.

Diferente medida

La hinchada blanquiazul no obstante, entendía que el criterio era diferente para Depor, que se iba al descanso con hasta tres cartulinas amarillas.

También la veía Borja Jiménez. La fiesta seguía en la grada aunque en el campo hubo al final menos que celebrar.