Estar fuera del fútbol profesional y la pandemia han dejado al Deportivo sin capacidad para generar ingresos con los que afrontar los gastos. Un mensaje al que recurrió con insistencia el Consejo de Administración del club en su cita anual con los socios (este año ha habido dos), que se celebró ayer en el Estadio de Riazor y de manera telemática.
La coincidencia de esas dos circunstancias adversas ha provocado que, a pesar del apoyo de los aficionados y de los patrocinadores en un momento delicado para el club y para el mundo en general, la entidad blanquiazul haya tenido que tramitar un nuevo crédito de 3,3 millones de euros que se podrá ver incrementado en nuevos préstamos participativos de hasta 8,7 millones, para un total de 12, con la entidad financiera Abanca.
El Consejo de Administración indicó que optaron por esa vía aunque se estudiaron otras dos alternativas para afrontar el déficit del ejercicio: una ampliación de capital y nueva financiación bancaria.
La primera se descartó por el bajo apoyo que tuvo la anterior ampliación y tampoco se consideró un nuevo crédito por la situación de “incertidumbre” que rodea al club al no saber la categoría en la que estará la próxima temporada, así que se decantaron por un préstamo participativo.
El director general (y consejero), David Villasuso, precisó que en el caso de regresar al fútbol profesional, si Abanca capitaliza ese nuevo préstamo participativo, podría subir el tope salarial en LaLiga.
El Deportivo cuenta, según explicó el dirigente, con “el respaldo del principal accionista para que pueda seguir operativo en el día a día”.
Palabras en las que incidió el director general, David Villasuso. Recordó que con 11 millones de pérdidas en el ejercicio pasado, “la situación patrimonial sigue siendo muy débil” aunque con la capitalización bancaria se redujo la deuda concursal hasta los 55 millones.
“Para cubrir déficit de tesorería el accionista mayoritario se ha comprometido a aportar los fondos necesarios para garantizar la ejecución del presupuesto”, indicó el consejero, quien recordó que las pérdidas de 11 millones “incluyen los efectos contables de las amortizaciones y depreciaciones por más de 3 millones de euros por las salidas de los jugadores Diego Rolan y Uche”.
A la hora de hacer balance, el presidente indicó que “las dos magnitudes” de las cuentas “que mejor reflejan lo que han significado la Covid y el descenso son los ingresos por retransmisiones y abonos”.
En televisión, de nueve millones se pasó a ingresar poco más de 100.000 euros en Segunda B la temporada pasada.
Couceiro agradeció a la afición haber apoyado y también haber renunciado a recibir una contraprestación por los partidos a los que no pudieron asistir en la temporada 2019-20 en Segunda División por la Covid. “La gran mayoría de los socios optaron por opciones que no supusieron la devolución del 27 % de los abonos. Solo hubo que devolver 145.000 euros y eso ayudó a no abrir más vías de agua en la maltrecha economía de la entidad”.
En el primer año en Segunda B, se obtuvieron 600.000 euros en traspasos por los 8 millones del anterior ejercicio y se percibió 1.250.000 euros de ayuda al descenso. “Se cerró el ejercicio al corriente de pago gracias al apoyo financiero del accionista mayoritario”, incidió Villasuso.
Al presentar el presupuesto de la presente temporada, incidió en que “en Primera Federación los gastos de un equipo con la dimensión del Deportivo no se logran cubrir con los ingresos que se generan fuera del fútbol profesional”. La venta de Mujaid, incluida en el presupuesto de la temporada en curso, rondó los 2 millones.
Esta vez no hay ayuda al descenso, al contrario de la temporada pasada, solo 600.000 de la recuperación del valor de la plaza en el fútbol profesional, cantidad que habría que reingresar a LaLiga en el caso de que se dé el ascenso (hasta un máximo de 2,3 millones en tres años).
Y todo ello a pesar de los “drásticos ajustes en la plantilla” que hizo el Deportivo “para reducir gastos comprometidos para los próximos ejercicios”, en referencia a los salarios que tenían algunos jugadores que rescindieron sus contratos.