Tenía el Fabril una oportunidad de oro para asentarse en los playoffs. Pero la frustración con el arbitraje y su poca eficacia de cara al gol le privaron de sumar ante un Rayo Cantabria que sí aprovechó su momento.
El filial deportivista tuvo ligeramente el control del partido, aunque las ocasiones claras llegaron a cuenta gotas. Todo hacía indicar que el gol del Fabril no era más que cuestión de tiempo. Al menos eso parecía hasta el minuto 70. En un visto y no visto, Jaime Garrido recibió, en apenas tres minutos dos amarillas que cambiaron el devenir del encuentro. Poco tardó en encajar el 0-1 definitivo que tiraba por la borda un trabajo del que Manuel Pablo aseguró sentirse “orgulloso”.
Ya en los instantes finales, con más corazón que cabeza, los blanquiazules lo intentaron sin éxito. Hubo tiempo para más polémica. Otra expulsión, esta vez a Marotías, que se marchó sin protestar, y una tangana provocada por una acción en la que el Fabril pidió penalti por una mano en el área.
Con la victoria del Langreo, los de Manuel Pablo se ven otra vez fuera de los playoffs. Ganar al Guijuelo (domingo a las 17.00) como innegociable.