El 5-1 del Dépor en Riazor, el principio del nuevo Castellón
lll
17º-23º

El 5-1 del Dépor en Riazor, el principio del nuevo Castellón

El 5-1 del Dépor en Riazor, el principio del nuevo Castellón
Dick Schreuder, durante el Dépor-Castellón en Riazor del pasado 19 de diciembre | Javier Alborés

Usuario

“Hemos merecido perder hoy. No quiero hablar de tácticas u otras cosas, pero sí diré algo sobre la disciplina, si miro hacia atrás, hacia ayer, no ha habido organización en el equipo hablando de disciplina. Si miro hacia el viaje, hacia el partido de hoy, si miro en el momento del vídeo, si miro en el balón parado, si miro todo en general, hemos estado muy mal”, soltó Dick Schreuder en la sala de prensa de Riazor apenas unos minutos después de que el Castellón encajara un 5-1 el pasado 19 de diciembre.


El brasileño Douglas Aurélio adelantó a los orelluts en el marcador a los siete minutos de partido, pero entre el 36 y el 45 y en el arranque de la segunda mitad, el Dépor aniquiló a los castellonenses sin ningún tipo de oposición.


El técnico neerlandés no pudo ocultar su enfado en la rueda de prensa posterior y no tuvo reservas a la hora de señalar a sus propios futbolistas por el desastre protagonizado en el estadio coruñés. Schreuder se quejó de la actitud de varios de sus jugadores a la hora de preparar el duelo, incluida la charla previa al choque ante el equipo de Óscar Gilsanz.


“Si no vamos a cambiarlo, tal vez solo tendremos tres o cuatro jugadores en el banquillo. Por este motivo hoy no he puesto a algunos, porque han llegado tarde a la reunión, y si te retrasas en la reunión y luego quedas 5-1, pues es un resultado merecido para el rival”, sentenció.

 

De la ilusión al naufragio

Antes de la derrota en Riazor era difícil imaginar que al entrenador que lideró el retornó del Castellón al fútbol profesional solo le quedaban el partido contra el cuadro deportivista y tres más en el banquillo.
Con el mismo fútbol atractivo, ofensivo, valiente —casi suicida— que llevó al Castellón a proclamarse campeón del Grupo 2 de la Primera RFEF en la temporada 2023-24 con un balance de 26 triunfos, cuatro empates y ocho derrotas, y 74 goles a favor —la mayor producción ofensiva en la categoría de bronce bajo su denominación actual—, el conjunto blanquinegro se convirtió en una de las sorpresas de la Segunda División durante los primeros meses.


Los orelluts aguantaron en puestos de playoff hasta la duodécima jornada y aunque una derrota y tres empates posteriores les hicieron caer de la zona noble, retomaron el pulso con un 2-0 al Málaga, un empate en Albacete (0-0) y una goleada al Cartagena (4-1), justo antes de visitar A Coruña.


Ocho triunfos, cinco empates y seis derrotas registraba la escuadra castellonense en aquel momento. Cifras que les permitían ocupar el octavo puesto de la clasificación con 29 puntos, a uno del Elche, que era quien marcaba el playoff, y con un colchón de nueve puntos sobre el descenso. Y, cómo no, eran el tercer bloque más realizador de la categoría con 30 goles, superado tan solo por el Almería (35 dianas) y el Levante (32).
Blanquiazules y blanquinegros se reencontraron seis meses después de aquella Final de Campeones de Primera RFEF en la que el Dépor se proclamó campeón absoluto de la categoría de bronce con sendos triunfos en Riazor en la ida (2-1) y en Castalia en la vuelta (2-4). El cuadro herculino golpeó por tercera vez consecutiva, pero de una manera aún más contundente que hizo resquebrajarse los cimientos del proyecto castellonense.


Al tempranero tanto de Douglas Aurélio respondió el cuadro herculino con un doblete de Mella en los minutos 36 y 39, una diana de Diego Villares en el 45, así como un gol de Barbero en el 49 y otro, de penalti, de Yeremay en el 52.


Era el penúltimo encuentro de los orelluts en 2024. Tres días más tarde, cerraron el pasado año con un 0-2 en casa frente al Elche.


Llegó el parón de Navidad y el Castellón retornó a la competición con otras dos derrotas más. Perdió el 11 de enero en Tenerife (2-0) con el que en aquel momento era el colista y una semana después, en Castalia, vio cómo el Córdoba le remontaba el tanto de Lottin en el minuto 40 con una diana de Álex Sala, de penalti, en el 50 y otra de Albarrán en el 96 (1-2).

 

Despido sorpresa

Las cuatro derrotas consecutivas y los once tantos encajados, con una media de casi tres por encuentro, provocaron la destitución de Dick Schreuder el 20 de enero, a pesar de que el conjunto castellonense distanciaba al descenso en ocho puntos, cuando el objetivo con el que inició la temporada fue el de la permanencia.


Aunque el despido del preparador neerlandés cogió por sorpresa a los aficionados y a los propios futbolistas blanquinegros, el presidente del Castellón, Haralabos Voulgaris, explicó en rueda de prensa que “la decisión estaba tomada antes, pero no estuve aquí. Pienso que es el momento adecuado”.


“He hablado con los capitanes y otros jugadores. Pueden sentirse sorprendidos, pero llevan tiempo trabajando aquí y no creo que estén preocupados”, indicó unas horas después de anunciarse la destitución del neerlandés.


Voulgaris reconoció que echar a Schreuder fue “una decisión dura”, pero dijo que “es la que tenía que tomar. A los aficionados les puedo decir que esto es un negocio y creo que será positivo para el negocio. Simplemente podíamos hacer cosas mejores para ganar los partidos”.


Dos semanas después de su destitución, se despidió de la afición castellonense: “Qué bonitos 18 meses han sido para mí, donde quiera que he ido, en la ciudad y en toda España me he sentido agradecido y querido por el trabajo que hemos hecho, la forma en la que hemos jugado y nos hemos mostrado”.


El fútbol dinámico y atrevido fue la seña de identidad de la escuadra blanquinegra bajo la batuta del holandés, que dirigió 68 partidos al frente de los castellonenses, entre Primera RFEF, Segunda División y la Copa, en los que sus pupilos materializaron 116 goles (1,70 por encuentro).


El presidente de los orelluts afirmó que, pese a la salida de Schreuder, “el estilo de juego no va a cambiar. Va a ser ofensivo. Todos en el club deben tener un pensamiento crítico y ver cómo podemos mejorar”.

 

Su segundo al frente

Si ya chocó la destitución del neerlandés, también sorprendente fue la decisión de nombrar a su segundo como entrenador de la plantilla, su compatriota Johan Plat.


“Es muy abierto, leal, trabajador. Para él no ha sido fácil seguir. Me gustan sus valores, los jugadores lo quieren y puede aportar una energía nueva”, apuntó Voulgaris.


Plat no consiguió reconducir la marcha del equipo en sus dos primeras jornadas como primer técnico. Sumó dos derrotas ante el Oviedo (1-0) y el Huesca (0-1) que alargaron a seis la serie de partidos perdidos por los blanquinegros de manera consecutiva.


Esta racha hizo que en la vigesimoquinta jornada el Castellón cayera hasta la decimoctava plaza —solo un puesto por encima del descenso—, con cinco puntos de ventaja sobre el Eldense, que era quien marcaba la zona de peligro.


El técnico nacido en Purmerend logró reactivar al equipo con sendas victorias seguidas ante el Racing de Ferrol (1-3) y el Eibar (2-0), un empate en Cádiz (0-0) y un nuevo triunfo sobre el Burgos (2-1).


El pasado fin de semana cayó en Elche (3-1) y aunque ha escalado puestos, sigue a cinco del Eldense.

 

El próximo lunes recibe al Deportivo, que tiene un punto más que los blanquinegros.

El 5-1 del Dépor en Riazor, el principio del nuevo Castellón

Te puede interesar