Tenso partido en Abegondo en el que todo salió mal para el Fabril. Cayó ante el Rayo Cantabria (0-1), pagando los efectos de la expulsión de Jaime Garrido tras 70 minutos de ligero dominio. Tras ello se enmarañó todo, marcó Izan, y los de Manuel Pablo terminaron con nueve y desquiciados con el árbitro, que complicó su actuación con un exceso de tarjetas en un duelo que no fue de pierna dura. El mal resultado, unido al triunfo del Langreo, relega al filial blanquiazul a la sexta plaza, fuera de las que dan acceso al playoff de ascenso a Primera Federación, aunque con el partido ante el Compostela pendiente.

En lo que se refiere a las alineaciones, el Fabril partió con el que es ahora mismo su equipo de gala, dispuesto en un 4-3-3; mientras que el Rayo Cantabria esperaba con un 4-4-2. Los cinco minutos iniciales, de posesión claramente local, sirvieron como presagio de lo que iba a ser el partido, muy similar al último del filial en Abegondo —ante el Marino de Luanco—, con más posesión para los de Manuel Pablo. Quizá conscientes de que en aquella ocasión les había costado mucho, se vio intención en los blanquiazules de sorprender con algún envío directo y de jugar el balón con la mayor rapidez posible.

Enfrente estaba un Rayo Cantabria que esperaba atrás, pero cuyos números ofensivos muestran que tiene mucho gol. Por ello, cuando podía se lanzaba y probó con un centro desde banda derecha de Ángel. El balón se paseó por el área, pero no encontró rematador. Había mucha disputa e intensidad, pero faltaban ocasiones en ese primer tramo, pese a algún intento del fabrilista Fabi, al que tenía bien controlado la zaga visitante cuando se adentraba en el área.

La primera gran oportunidad llegó en el ecuador de la primera mitad, cuando Iker Vidal lanzó en carrera a Manu Ferreiro con un balón filtrado, para que este ganara línea de fondo y buscara un pase de la muerte que sacó in extremis un zaguero rival.

Fueron momentos de dominio local, con recuperaciones rápidas tras presión intensa que arrancaron los aplausos de los aproximadamente 600 espectadores que se dieron cita en Abegondo. Así llegó una opción más, tras un pase atrás de Guerrero que terminó en la frontal, donde Manu Ferreiro buscó un disparo colocado que se le marchó alto.

Parecía cuestión de tiempo el gol si el Fabril seguía así, ya que apenas cinco minutos después volvió a generar. Esta vez por banda derecha, donde un omnipresente Manu Ferreiro envió un centro que cabeceó alto Fabi en el segundo palo. Pero los visitantes no perdieron nunca la cara al encuentro. Cuando sufrían encontraban la forma de volver a apretar. Un buen ejemplo es que Diego, el especialista a balón parado del equipo, obligaba a intervenir a Alberto con un centrochut desde la frontal del área. Y en la acción posterior, el portero hacía lo propio a disparo de Mario, el otro delantero.

Misma dinámica

El partido volvió del descanso con el mismo guion. En apenas dos minutos, Manu Ferreiro y Fabi obligaron a intervenir a Álvaro con sendos disparos potentes desde fuera del área. Intentos del Fabril que tendría respuesta del Rayo Cantabria.

Ezequiel Loza, entrenador del equipo visitante, optó por realizar una doble sustitución que refrescaba el ataque. Entró Quicala, que actuó más atrás, y Baldrich, quien sí pasó a una doble punta a la que se sumó Izan. Buscaba con ello mejorar la presencia ofensiva de su equipo, curiosamente el más goleador del grupo y el segundo que más encaja.

Consiguió equilibrar de nuevo el partido y tras varios minutos sin que pasara nada, el filial racinguista amenazó a Alberto con un disparo de falta de Ángel. Tenía poco ángulo el interior derecho, pero iba a puerta y el meta tuvo que sacar los puños para mandar a córner.

Era momento para que Manuel Pablo moviera ficha, con alguna permuta que permitiera al equipo mandar con claridad en los últimos veinte minutos. Lo iba a buscar con un doble cambio, pero nunca sabremos hasta que punto iba a arriesgar, porque justó ahí llegó la acción que marcó el tramo final del encuentro, la expulsión de Jaime Garrido. Una roja que fue un visto y no visto. Alonso Luiña se la enseñó tras dos acciones casi consecutivas y muy similares, derribos en el centro del campo ante los que no dudó en amonestar.

Gol y otra expulsión

Ya no tenía control del partido el Fabril y se notó, pues tardó poco en encajar. En un córner que lograron despejar en área pequeña los zagueros, el balón terminó en la frontal, donde Izan marcó con un potente disparo que tocó en alguien.

Tocaba tirar de épica, pero todo iba en contra. También por errores propios, como una segunda roja, esta vez directa a Marotías, por un encontronazo con un rival cuando el Fabril iba a disponer de un córner. Se marchó sin protestar el central de Torrelavega.

Ya con nueve el Fabril murió de pie, buscando Mane envíos al área para ver si Darío Germil podía hacer algo con su planta, pero fueron sencillos para un muy seguro Álvaro. Habría una última jugada polémica, en el cuarto minuto de descuento, cuando el Fabril pidió penalti por mano. Tuvo muy claro el colegiado que no, haciendo gestos de que había visto hombro, pero la tensión ya era tal que todo terminó con una tangana en la que se alcanzó la decena de cartulinas, entre ellas una roja para el preparador físico visitante.