Un Deportivo Liceo se despidió de revalidar el título al perder contra un Reus casi inofensivo antes del descanso y letal, con ayudita de los colegiados, en 10 minutos que decidieron.

Pese a ser el primer partido oficial del nuevo curso, verdiblancos y rojinegros arrancaron con mucho ritmo. Juego abierto que obligó a trabajar a los porteros. Martí Serra demostró el acierto de su fichaje y Candid Ballart que es otro de los grandes de España.

Del ida y vuelta se benefició el Liceo. Bruno Di Benedetto cortó una transición, lanzó a Dava Torres a la contra y el capitán superó a Ballart con una picadita magistral. Y aun así, el Liceo no bajó el ritmo.

Serra salvó, desde el suelo, un tiro a bocajarro de Salvat, después de un rebote. Luego, Ciocale no empaló bien en el segundo palo un pase de Dava. Lo mismo se sucedió poco después de Tomba con un asistencia de Alex Rodríguez. El Reus rozó el empate en un pase-tiro cruzado de Gelmá que el patín izquierdo de Serra dirigió al hierro horizontal.

Pero lo que llegó fue el 2-0. Dava salió desde detrás de la meta, coló la bola entre dos rivales y Sito Ricard la clavó en la escuadra zurda de Ballart cuando restaban 85 segundos para el descanso.

Torres tuvo la sentencia en el tercer minuto de la reanudación, pero su tiro en el segundo palo acabó en otro palo. Y a partir todo empezó a salir mal, a pesar de la interesante diferencia en faltas (4-7).

La posible octava del Reus, no señalada, de Compagno a Alex, dio la oportunidad al italiano de asistir a Gelmá. Su lanzamiento se coló mansamente entre el casco y la guarda de Serra. Minuto y medio después, Juliá disparó desde casi el centro de la cancha. El tiro, raso, rozó en Di Benedetto y vendió a Serra. Para colmo de males, Barba y Escobar se encargaron de nivelar el otro marcador, el de faltas (7-8).

Entre unas cosa y otras, el Liceo pareció irse del partido. Estuvo más 10 minutos sin inquietar a Ballart. Y llegó una azul más que discutible a Carballeira, por zancadillear involuntaramiente –de hecho encogió las piernas para tratar de evitar el contacto– a Giménez después de resbalar detrás de la portería. Juan Copa trató de despistar a Juliá colocando bajo palos a Bridge. El de Olot –jugaba en casa– venció al argentino con una sutil picada.

Agresión sin sanción

Poco después llegó un brutal codazo de Aragonés al rostro de Ricart, que los colegiados convirtieron en la octava falta del Liceo. A continuación, Juliá evitó un tiro a bocajarro de Sito, lanzó la contra y un tuya-mía con Compagno lo finalizó el italiano, ante la pasividad verdiblanca, en la escuadra izquierda de Serra.

De ahí al final, más frenesí y dos más de Barba y Escobar, que se fumaron la décima del Reus y un penalti a Alex Rodríguez. Y así se fraguó la vengaza rojinegra por la derrota en la última final liguera. Y así avanzó el equipo que dominaba –por abrumadora mayoría se queda incluso corto– las gradas del municipal de Olot.

Su rival será el Barcelona, que superó por un engañoso 6-3 (con póker del exliceísta Marc Grau) a un Noia que vencía por 2-3 a menos de 5 minutos para el final. l