Nadie mejor que Àlex Rodríguez (Sant Hipòlit de Voltregà, 1993) para describir el ambiente que se va a encontrar el Deportivo Liceo mañana en el Oliveras de la Riva. El jugador catalán vuelve a su pueblo, donde aprendió a patinar cuando era un niño, para medirse a su exequipo, con el que debutó en la OK Liga, todavía en la adolescencia.

“Va a ser un día bonito para mí porque van a estar mis hermanos, que fueron los que me enseñaron a patinar cuando tenía dos años y casi no sabía ni caminar", recuerda con cariño el 27 del Liceo, que lo aprendió casi todo de Carles, 36 años y goleador del Tona en Segunda Catalana, y Dani, 38 y también pichichi del Taradell en la OK Plata. El gol es una cuestión de familia.

"También estarán mi madre, María, que me va a ver a todos los partidos que puede cuando jugamos en Catalunya, la familia de mi pareja, Aina, y mis amigos. Estando tan lejos de casa pocas veces nos juntamos todos”, celebra Rodríguez, que juega como visitante en Voltregà desde que fichó por el Reus en 2016.

Tradición, cantera y un sueño

“Cuando entro en la pista soy un rival más. Todavía se me hace raro, pero ya lo he vivido más de una vez. Así es el deporte”, asume el pichichi y MVP de la OK Liga 2020/21, que guarda innumerables recuerdos de sus 20 años en el equipo del pueblo, de las escuelas a la primera plantilla, pasando por todas las categorías.

“Mi padre me quería apuntar a fútbol, pero mis hermanos me llevaron a patinar”, rememora Àlex. “Cuando era pequeño, nueve de once niños que había en mi clase jugábamos al hockey. En Catalunya no hay otro sitio con tanta tradición de hockey como Voltregà. Lo más parecido es Sant Sadurní d’Anoia, pero ya nada es como antes. El Barça de Messi hizo mucho daño”, añade entre risas.

El delantero cumplió todos los sueños que tenía al alcance con la camiseta blanquiazul: “Es un club pequeño y humilde, que casi siempre está luchando por no bajar. El sueño de cualquier niño en el pueblo es debutar y poder jugar en el primer equipo, pero en mis tres últimos años nos movíamos en la mitad de la tabla para arriba y jugamos la Copa del Rey. Solo nos faltó ganar un título”.

Ruido y defensa

En Sant Hipòlit se habla de hockey en cualquier esquina y el Municipal Oliveras de la Riva es “una de las pistas más ruidosas de la OK Liga”, avisa Rodríguez. “Nos vamos a encontrar un ambiente bonito, pero difícil. Aunque es un equipo que no está muy bien en la clasificación, en su casa se hacen muy fuertes y siempre que va un grande como el Liceo llenan el pabellón”, insiste.

Una de las caras nuevas del Liceo 2021/22 insiste en peligro como local del Voltregà, que en su pista solo ha perdido dos partidos (Barça, 2-3, y Girona, 2-5): "Seguro que nos encontramos a un equipo duro en defensa, que no concede muchas ocasiones y que intentará aprovechar nuestros errores para salir a la contra. Es importante que no se pongan por delante porque entonces va a ser todavía más difícil".

Àlex vuelve a casa, pero el público jugará en su contra: "Van a hacer todo lo posible para despistarme. Tengo una anécdota de hace unos años: un señor me llevaba diciendo cosas todo el partido y cuando me giré... era un entrenador mío". Los amigos se quedan fuera de la pista en Sant Hipòlit.