Entrenador del Bergantiños
José Luis Lemos, entrenador del Bergantiños, está feliz. Su equipo ha dado una gran imagen en su primera temporada en Segunda RFEF y, además, ha finalizado la liga en una más que meritoria sexta posición. Se quedó sin el broche del ‘playoff’ tras una última jornada de tensión y emociones.
Han pasado tres días. ¿Ha podido digerir ya lo sucedido en la última jornada de liga?
El primer día estás de bajón. Era el primer lunes en el que no tenía que pensar en el siguiente partido. Todo se había acabado. Estuvimos cerca de conseguir algo que era impensable a principio de temporada. La sensación es de orgullo por haber quedado sextos en esta categoría.
Cuando pita el árbitro el final del Arosa-Bergantiños, ¿qué sensación recorre su cuerpo?
Fue un día raro y feo en Vilagarcía. Veía a los jugadores del Arosa tocados, algunos incluso llorando. Fue lo primero que sentí. Luego entré al vestuario y hablé con el equipo. Les agradecí la temporada.
Hay una foto de ese día en la que le da un abrazo a Nuño.
Mucha gente se acercó a él al final. Fui a decirle que esto es fútbol y, por suerte, no dependieron solo de su penalti para no descender. Aún así, fue un momento muy complicado para el chaval.
¿A qué le recordó el último partido de liga?
A partidos de fase de ascenso como visitante. Vilagarcía estaba totalmente volcada con el Arosa. Tenía claro que el partido iba a ser muy difícil de jugar para ellos, sobre todo si empezábamos bien y nos poníamos por delante. Había mucha tensión, mucha presión. Incidí durante toda la semana que la presión fea la tendría el Arosa y que lo nuestro sería más ilusión. El equipo estuvo muy tranquilo en el primer tiempo contra un equipo al que se le iba la vida.
¿Le sorprendió que el Bergantiños estuviese tan cómodo en la primera mitad?
Leímos muy bien el partido, manejamos el balón, sufrimos un par de ocasiones pero también tuvimos alguna. Veía incómodo al Arosa, que tuvo que cambiar varias veces de dibujo. En la segunda parte estuvieron mejor, nos empujaron mucho. A partir del minuto 75, el partido fue otro porque sabíamos que teníamos muy difícil la clasificación. Ellos iban con todo y crearon situaciones de gol. Eché de menos más contraataques por nuestra parte. Sin Christian perdimos la opción de atacar los espacios ante un equipo volcado.
Gran parte de su familia vive en Vilagarcía. ¿Estuvieron en A Lomba el domingo?
Estuvieron mis sobrinos, que me vinieron a pedir perdón porque llevaban una bandera del Arosa (ríe). También estaban mis padres, mi hermana, mi mujer, mis hijas… Cada uno en una zona del campo.
¿Le puso nervioso tener a tantos familiares en el campo?
Por la semana les dije que no fueran. No era un partido a vida o muerte para nosotros pero podía darse alguna situación fea hacia mí. Se podía escuchar de todo en la grada, pero es el fútbol. Los vi entrar a todos. Al final me comentaron que la gente se portó de forma espectacular y que no hubo ningún problema.
Dando un paso atrás, ¿qué faltó al equipo contra el Avilés para depender de sí mismo en la última jornada?
Nos faltó eficacia. Fue un primer tiempo incómodo en el que el Avilés se puso por delante. Hicimos buena lectura en el descanso. Creamos muchas situaciones de gol en la segunda mitad, empatamos, pudimos remontar, fuimos con todo porque queríamos depender de nosotros mismos en la última jornada pero nos cogieron en un córner y en una contra. En la parte final de la temporada nos faltó leer mejor ciertas situaciones, tener más poso en ciertos momentos… Cuando te juegas algo como esto, es muy difícil gestionarlo todo de la forma adecuada.
En la parte final de la temporada nos faltó leer mejor ciertas situaciones
¿Le ha costado conformarse con el sexto puesto?
Dependíamos de nosotros en la penúltima jornada, sabíamos que era dificilísimo pero incluso el Coruxo podía fallar en el campo del Llanera, que Pudieron un rival muy incómodo. Podían pasar muchas cosas que no pasaron. Te deja un poco jodido, pero también hay que reconocer lo que conseguimos y no quedarnos solo con lo que perdimos.
El Bergan fue uno de los equipos que más alternativas manejó de una semana a otra.
Mis objetivos eran enganchar a toda la plantilla, que siempre es difícil, y alternar mucho el dibujo. Quería tener a 18 o 19 enchufados y que hubiese cambios en función de los momentos buenos de cada futbolista. Era una riqueza que teníamos. Había muchos jugadores versátiles en la plantilla que se adaptaron a puestos en los que no habían jugado nunca pero nos dieron variedad dentro de los propios partidos.
Con tanto cambio de sistema, ¿pretendía descontrolar al rival o era para beneficio propio?
Era un poco por las dos cosas. A nosotros nos beneficiaba. Recuerdo un partido en el que hice una triple sustitución que no nos salió bien y no lo volví a hacer más, pero los cambios que se hacían se aceptaban y asimilaban bien. Los jugadores sabían que cambiando a uno o dos jugadores ya podríamos manejar otro dibujo. Se asumió con mucha naturalidad y le sacamos mucho rendimiento.
Ha habido partidos de hasta tres dibujos. ¿Le dio tiempo a trabajarlos durante la semana o fueron decisiones tomadas por impulsos?
Lo trabajamos bastante. No trabajas los tres sistemas en una semana y luego los utilizas en el partido del domingo pero cada semana dábamos un toque para un sistema, un toque para otro y, poco a poco, los manejábamos de forma inconsciente. Cuando cambiábamos de dibujo, los futbolistas se adaptaban enseguida por el trabajo que íbamos haciendo todas las semanas. Cambiar tres veces de sistema en un partido parece una locura pero, viéndolo a posteriori, te das cuenta de que resultó y eso es lo más gratificante.
Hay que reconocer lo que conseguimos y no quedarnos solo con lo que perdimos
Lemos fue uno de los técnicos de la liga que más ha intervenido en los partidos. ¿Se considera más un entrenador de domingo que de semana?
El trabajo semanal es importante y, en función del rival, siempre se trabajan algunos aspectos determinados. En temporadas anteriores trabajaba más a mi equipo sabiendo que, si estábamos a buen nivel, caerían los partidos. En esta categoría no. Hay que estar muy bien pero también minimizar al rival. Soy de los que piensa que, igual que para el futbolista el domingo es la clave, para el entrenador también. Cada vez creo más en intervenir en los partidos. Es el 90% del entrenador hoy en día.
¿Son muchos cinco cambios?
Nos dan muchas posibilidades. Pienso en lo que nos puede dar cada jugador, el segundo entrenador lo dibuja en un papel, doy mi opinión y acabamos dándole una vuelta. Hay que tomar decisiones.
Todo eso durante el partido. Habrá momentos en los que no puede estar pendiente de lo que sucede en el campo.
A veces me quiero sentar en el banquillo y digo que no voy a mirar para el campo pero es casi imposible que no lo haga.
Desearía que se parase el juego para poder decidir.
En la última jornada tuvimos pausa de hidratación y pensaba que era un tiempo que venía muy bien, sobre todo cuando quieres hacer cambios o lo estás pasando mal. En Vilagarcía salimos con línea de cinco pero sabíamos que cambiando a Yelco de banda y a Boedo, que empezó de delantero, a la derecha, tendríamos otro sistema con los mismos jugadores que había sobre el campo. No me estaba gustando lo que veía y a los diez o quince minutos pasamos a 1-4-2-3-1. El equipo mejoró. Es algo que utilizamos muchísimo y estoy muy satisfecho de los resultados.
Lemos siempre ha sido muy de 1-4-2-3-1.
Como creo mucho en el mediapunta, en un mediocentro más posicional y otro de más calidad, el 1-4-2-3-1 nos da más a nivel ofensivo con el juego entre líneas. También es cierto que protegí mucho al equipo jugando con tres centrales cuando Agulló no pudo estar y que la llegada de Christian nos dio la posibilidad de echarnos un poco más atrás en la presión y poder robar y correr.
Esta temporada hecho más rotaciones que nunca.
Pensaba que no sería bueno tener un once tipo porque tendría que dar rendimiento altísimo durante toda la temporada. Creía que debíamos tener a muchos futbolistas enchufados y lo conseguimos. He hablado con entrenadores rivales que esperaban un Bergantiños muy diferente al que se encontraban después. Es una riqueza que nos ha dado puntos.
¿Le ha costado entender tanto cambio al futbolista?
No tengo la sensación de que ningún jugador se haya sentido incómodo en una posición. Yelco ha jugado de carrilero, de lateral. Boedo terminó de carrilero en Navalcarnero. Hicimos cosas en las que la plantilla creía porque si no estaríamos muertos a las tres semanas. Con eso fuimos a muerte.
Ningún futbolista está por encima de la idea del equipo
La plantilla del Bergantiños tenía una de las medias de edad más bajas del grupo 1 de Segunda RFEF.
¿Considera demasiado joven la plantilla del Bergan?
Los jóvenes son más difíciles de gestionar. Todos traen un pequeño déficit. Pero también te dan mucha ilusión y hambre. A principio de temporada decía que los sub-23 tendrían que ser importantísimos, que no podrían ser para rellenar. Teníamos cinco, incluido Currás, y nos quedamos con cuatro que fueron importantes: Boedo, Brais, Parga y Concheiro.
Ha dicho que los jóvenes traen un pequeño déficit.
Me parece muy importante que los futbolistas sepan aceptar el rol que toca en una plantilla como la nuestra. En ocasiones creen que la juventud y la calidad que tienen es lo más importante, pero también hay que poner en la balanza el saber competir y el leer ciertas situaciones que te dan otro tipo de futbolistas, como aceptar las decisiones, rendir cuando no eres titular, aportar y estar siempre preparado por la semana… Son muchas cosas en las que yo incido. Para mí no hay ningún futbolista de este plantilla que esté por encima de la idea del equipo. Intento que no se quede fuera nadie, pero siempre pasa.
En muchas ruedas de prensa se ha referido a asumir riesgos. ¿Es más fácil de llevarlo a cabo con jugadores jóvenes que con veteranos que pueden ser más conservadores?
El veterano es un poco menos temerario y el joven va sin pensar en las consecuencias. Pero los veteranos de la plantilla tienen 31 años. Incluso Agulló, que puede tener alguna duda cuando tiramos la línea muy arriba, lo acepta y entiende que lo hacemos porque vamos a sacar ventaja.
Lo más reconocible del equipo es ir siempre a por la victoria
Lemos se ha referido a los campos, a los momentos malos, a la permanencia.
Casi siempre ha tenido equipos con el objetivo del ascenso. El de esta temporada era conseguir la permanencia.
Hace más de diez años que no entreno un equipo con el objetivo de la permanencia. Una de las cosas de las que más orgulloso estoy de este equipo es que, a pesar de que nos han podido decir que no podríamos arriesgar, que en esta categoría no se podría jugar al fútbol, que hay que colgarse del larguero, descartamos todas esas chorradas con buen fútbol, a veces defendiendo bajo, a veces contraatacando pero queriendo siempre ir a por los partidos. Eso es lo más espectacular y reconocible de este Bergan.
A toro pasado, ¿ha beneficiado o ha perjudicado al Bergantiños el campo de Eiroas?
Nos adaptamos mejor que los equipos que no están acostumbrados a jugar en hierba artificial, pero a nosotros nos han perjudicado. Seguro. Por el tipo de futbolistas que tenemos y porque queremos hacer circular el balón rápido hay ciertos días que en As Eiroas es muy difícil. Nos perjudica más que nos beneficia porque cuando hemos ido a campos buenos hemos ganado o perdido pero hemos jugado bien. Manejamos datos de tener el balón más que el rival en el 85% de los partidos que hemos jugado.
¿Cuál fue el domingo en el que más le costó dormir?
El del partido contra el Compos en Santiago. Hicimos la peor primera parte de la temporada y, además, estaba viendo el partido desde la grada por sanción. Era la cuarta jornada, todavía no habíamos ganado y habíamos dado muy mala imagen para lo que yo creía de este equipo. Sentí impotencia.
¿Vio peligrar la permanencia?
Cuando fuimos a Pasarón veníamos de perder contra Langreo y Ceares y se había suspendido el partido contra el Salamanca. Podíamos volver a perder y acabar a un punto de la zona de descenso. Ese día fue clave para alejarnos, aunque no definitivamente, de la zona peligrosa.
Han ganado a los cinco primeros clasificados excepto al Coruxo. ¿Era cuestión de motivación?
Ya no es que ganásemos a los de arriba sino que perdimos contra casi todos los de la parte baja, equipos más físicos, más replegados, campos pequeños… Incluso en casa nos ganó el Llanera, nos empató el Ceares. Al Coruxo no le ganamos pero fue uno de nuestros mejores partidos en As Eiroas con una segunda parte espectacular y no conseguimos ganar. Al Navalcarnero, un súper equipo, le ganamos fuera pero sufrimos muchísimo. Lo enfoco por el tipo de campo y el tipo de rival que nos encontramos.