El Bergantiños ha encontrado la reacción que necesitaba en el momento más importante y complicado de la temporada. El más importante porque, de no haber ganado hace una semana al Unión Adarve, habría complicado sus opciones de permanencia en la categoría; mucho más si tampoco hubiese sumado en la última salida al campo del Navalcarnero. El más complicado porque el equipo de José Luis Lemos ha sumado seis puntos después de cinco jornadas seguidas sin ganar ante el segundo y el tercer clasificado. Por eso el Bergan se ha ganado la etiqueta de matagigantes.

Por esas dos victorias y porque, también en la segunda vuelta y en el infranqueable Pasarón, el conjunto carballés también fue capaz de ganar al líder Pontevedra. En aquella ocasión, por 0-1 como el domingo en Navalcarnero.

¿Qué ha permitido el triunfo en el terreno de juego del tercer clasificado? Que el Bergantiños dependa de sí mismo para, si gana las dos últimas jornadas de liga ante Real Avilés en casa y Arosa a domicilio, clasificarse para la fase de acenso a Primera, lo que sería todo un éxito para un equipo que, hace un año, luchaba por ascender a Segunda RFEF. El equipo de Lemos se ha recuperado justo a tiempo después de encadenar cinco encuentros consecutivos sin ganar y sumando un único punto de quince posibles.

El Bergan es cuarto clasificado con 48 puntos, los mismos que el Palencia Cristo –jugará ante Gimnástica Segoviana fuera y frente al Pontevedra en casa– que es quinto, y dos más que el Coruxo, sexto clasificado y, por el momento, fuera de la zona de promoción de ascenso. El conjunto de Jacobo Montes terminará la temporada visitando el campo del Llanera y recibiendo en O Vao a la Gimnástica Segoviana, que es undécima.