La segunda derrota del Leyma Basquet Coruña en Fontajau se resume en el acierto inhumano del equipo en el primer cuarto en los lanzamientos de larga distancia, un aspecto que marcó los otros 30 minutos, aunque no justifica la triste imagen de los naranjas durante buena parte de ellos.
Y eso que la primera canasta del choque fue un triple, pero de Löfberg. Contestó de la misma manera Txemi Urtasun, quien en esta fase inicial se pondría las botas saliendo de bloqueo directo. Dos bombazos más del navarro y un mate de Jawara llevaron a Sergio García a pedir tiempo cuando solo se habían jugado 127 segundos (11-5).
De nada sirvieron la bronca y las indicaciones. Cualquier posible mejoría defensiva –el equipo naranja no atacó nada mal en los primeros 10 minutos– quedó abortada por la barbaridad que se marcó el, ojo, cuarto peor equipo de la fase regular desde el arco (32.4% de acierto).
Marc Gasol se sumó al bombardeo y Franch redondeó un fantástico 6 de 6. Pese a todo, el Leyma no andaba, teniendo en cuenta las circunstacias, demasiado lejos (20-11). Un triple de Ward –su segundo en toda la temporada– no aplacó a los de Jordi Sargatal, que cerraron el periodo (29-18) con tres puntos más, en esta ocasión de Sàbat, para irse al parón con un impoluto 7 de 7.
Los naranjas no habían lanzado mal (6 de 13 en tiros de 2 y 2 de 4 desde 6.75), pero hay cosas que son imposibles de gestionar de la mejor manera.
Sàbat, en la jugada inicial del segundo cuarto, falló –‘airball’ mediante– el primer triple del Girona. En la segunda, Hearst anotó su primero como jugador del Leyma.
Un Leyma que no fue capaz de sacar provecho a la (teórica) superioridad de su segunda unidad. La distancia no varió hasta que Gasol regresó a la pista (33-24). El campeón de la NBA 2018/19 amplió la renta (43-26) con su tercer triple en los mismos intentos, después de que Fjellerup firmase otro con toda la suerte del mundo: mal tiro que hizo bueno el tablero. Hay días que entra todo.
García paró el partido y pidió “más dureza y algunas faltas”. Los suyos cumplirían solo con lo segundo. El Girona siguió moviendo el balón con total comodidad y los dos dígitos de déficit cayeron pronto. Con el cuarto triple sin fallo de Urtasun (48-28). La cuenta al final de los primeros 20 minutos no podía ser más contundente: 8 de 11 los locales y 3 de 11 los visitantes, a la sazón líderes del ránking de la regular en los tiros largos. El mundo al revés y el 2-0 casi listo (51-30). Además, el final del segundo cuarto y el inicio del tercero confirmaron la Ley de Murphy. Podía empeorar, y empeoró.
A 52 segundos del descanso Diagne cayó lesionado, en la rodilla izquierda, tras un choque con Fjellerup, y se marchó sin poder apoyar la pierna. No volvería al parquet.
En el arranque del tercer acto, parcial de salida de 10-0. Hearst, con dos libres, inauguró el casillero naranja cuando faltaban 23 segundos para el ecuador del periodo (61-32).
Los 15 minutos restantes fueron un entrenamiento para el tercer capítulo de la serie, que se escribirá el próximo jueves en Riazor, donde el Leyma tiene que cambiar muchísimas cosas para no irse de vacaciones de manera anticipada.
Las buenas sensaciones del último cuarto del primer envite, cuando el conjunto herculino estuvo a punto remontar un marcador muy adverso, quedaron sepultadas ayer por los triples del Basquet Girona y una desidia naranja que solo puede entenderse desde la experimentación, la limpieza mental y la reserva de energías para el futuro inmediato. Falta van a hacer.