“La sensación ya va siendo mejor, pero quedan restos en la mente de cómo fue el accidente, de cómo piensas que esos cinco o seis segundos del accidente te cambian la vida. Ahora, a esperar que pasen unos días y que me olvide de cómo fue todo porque fue una sensación muy, muy mala”. Es la reflexión de Bilal Belkalcha El Ghachi (Arteixo, 1996), jugador del Arzúa y uno de los implicados, junto a otros compañeros y miembros del cuerpo técnico, en el accidente de tráfico ocurrido a primera hora de la tarde del pasado domingo y que obligó a suspender el encuentro entre el Arzúa y el Juvenil de Ponteareas previsto para las 16.30 horas.
Los integrantes de la furgoneta, que sufrió un vuelco en el trayecto hacia el campo de O Viso, se encuentran desde las 17.30 horas del pasado domingo en sus respectivas casas con heridas y contusiones pero sin lesiones de gravedad. Eso sí, el susto no se lo quita nadie. El propio Bilal reconoce que espera olvidar todo cuanto antes al tiempo que destaca que “lo más importante” es que “nadie llevó un golpe peor”.
La borrasca Barra fue la desencadenante del accidente. Las inclemencias meteorológicas dificultaron la conducción en un trayecto que Bilal y sus compañeros conocen de memoria. “Serían las 14:30 cuando salimos de Ledoño en dirección Arzúa. En la A6 ya llovía bastante y hacía mucho aire e íbamos a una media de 90-100 kilómetros por hora, no mucho más porque no podíamos con el tiempo”, relata el lateral o extremo derecho.
“A la salida de Montesalgueiro, después de una curva, era una cuesta en recto, no llovía, estaba la carretera helada y hacia mucho aire. De repente, dos o tres ráfagas de aire grandes nos movieron el coche. Se intentó corregir el coche pero con la última ráfaga volcamos el coche y arrastramos unos metros. Y claro, una vez que volcamos nos esperamos lo peor, la verdad. Después de arrastrar chocamos contra una piedra que estaba en el arcén”, cuenta Bilal.
La buena noticia fue que todos los implicados pudieron salir sin lesiones graves del coche, como explica el jugador del Arzúa. “Después de ese susto, pudimos salir por nuestro propio pie, algunos con más dolor que otros, pero lo importante de todo es que vimos que nadie estaba grave ni con ninguna herida de riesgo”.
Bilal comenta que inmediatamente llamaron a la ambulancia y, después de ser atendidos en el lugar de los hechos, fueron trasladados al hospital. “Nos llevaron a hacer pruebas para asegurarnos de que estábamos bien. Una vez llegamos al hospital y después de las pruebas, todos estábamos bien, algunos con más dolor pero en general bien. Fue un gran susto”.
Bilal apunta que todos los implicados están en casa “descansando para recuperarnos lo antes posible”, mientras admite que a título personal siente “algunos dolores en la espalda, cuello y hombro” aunque en general se encuentra “bien”.
Por último, el lateral derecho cuenta como algunos de los integrantes del vehículo no quisieron avisar a sus familiares de forma inmediata por miedo a que se asustasen. Sin embargo, la confirmación de la suspensión del partido contra el Juvenil de Ponteareas precipitó los acontecimientos.
“Al principio nos costaba llamar a los familiares porque, viendo el coche como quedó, se asustarían. Algunos los llamaron de camino al hospital y otros más tarde, pero viendo que se suspendía el partido y que la noticia volaba muy rápido, ya tuvimos que empezar a llamarlos antes de que se enteraran por los medios”, explica Bilal, que a pesar del susto, ya cuenta las horas para poder olvidarse del accidente mientras disfruta del fútbol junto a sus compañeros en el terreno de juego de O Viso.