Hay futbolistas que han nacido para decidir partidos, para desatascarlos. El Deportivo tuvo más balón que el Ural, pero está más que demostrado que gobernar la posesión no es dominar un partido. El derbi coruñés de División de Honor Juvenil estuvo igualado durante más de una hora, lo que tardó en marcar Martín Ochoa. El delantero riojano saltó al terreno de juego en el 64 y, tres minutos después, anotó a placer el 0-1 que, a la postre, sería definitivo. El Ural, que había generado dos situaciones peligrosas antes de encajar, se vio con obligación de tener que construir, modificó su plan de partido para tratar de encontrar el empate por otro camino, pero fue el Depor el que pudo matar en algún contraataque.

No es fácil que dé resultado el plan de partido a aplicar ante un equipazo como el Deportivo, pero el del Ural no fue nada malo. Valiente en fase defensiva adelantando mucho las líneas de presión para tratar de dificultar y entorpecer la salida de balón del Deportivo y mucho más práctico en fase ofensiva evitando cualquier tipo de pérdida en zonas peligrosas, el Ural tuteó al equipo grande de la ciudad durante algo más de una hora. La contundencia de la pareja de centrales (Dopico-Coba) y la gran lectura y recorrido de los medios (Meijide-Mario) sostuvieron al equipo de Miguel Corral, que se apoyó en el trabajo del resto para complicar la vida al Depor.

Pese al partido de vuelta de la Youth League en el horizonte –el próximo miércoles en Israel ante el Maccabi Haifa–, Manuel Pablo no introdujo grandes novedades en su once. Brais, la semana pasada con el Fabril, fue el portero. En línea defensiva llamó la atención la presencia de Nacho –contra el Celta marcó actuando de extremo– en el lateral derecho. Los otros tres elementos de la retaguardia fueron los mismos que en A Madroa y con el mismo nivel individual: el central zurdo Mauro fue el mejor de los cuatro, Seydi el que más dudas sembró y Álex, en el lateral izquierdo, pasó de puntillas por el partido. En la medular participaron los dos mejores del Depor ayer –Rubén en la posición de mediocentro defensivo y Jairo con una altura más aunque apareciendo en muchas zonas del campo– y un interior que no está brillando en las últimas semanas: Hugo Baldomar. Las tres piezas más adelantadas –Diego Gómez, Pablo Trigo y Hugo Padín– estuvieron controladas.

Una para cada equipo

En la primera parte, en la que el Depor trataba de salir con la bola controlada desde atrás con las soluciones de Rubén y Jairo por delante, hubo una ocasión clara para cada equipo. En el 25, un buen dribbling’ de Padín terminó con un despeje defectuoso del Ural. El balón le cayó a Álex, que puso un centro raso al primer palo y Pablo Trigo, con la zurda, remató al palo. En el 42, Iago Meijide, en una buena ruptura, se metió en el área, escondió el cuero y dio un buen pase a la zona de punto de penalti, donde Nils finalizó a los guantes de Brais.

En la segunda mitad fue el Ural el que avisó primero. Creó peligro en una jugada iniciada por el central zurdo Coba con un gran cambio de orientación. Antón metió el balón para Iago Meijide, que volvió a romper entre central y lateral del Depor para controlar dentro del área. El mediocentro verde puso un centro raso con veneno que se paseó por el área pequeña sin que ni delantero ni extremo de banda contraria atacasen la zona de remate en la que pudo ser una gran ocasión de gol.

Cambios

No tuvieron el mismo efecto los cambios del Depor que los del Ural. Al menos en el derbi de ayer. En el minuto 64 entraron Pablo Garaboa y Martín Ochoa, y en el 67, Garaboa asistió con un centro raso a Ochoa, solo en el segundo palo, en uno de los pocos despistes uralistas hasta entonces. El 0-1 cambió el partido por completo. El Ural quiso arriesgar, pero se fraccionó y perdió estabilidad defensiva; y el Depor –Padín y Ochoa tuvieron las más claras– pudo sentenciar a la contra.