R.G./E.P.V. A Coruña
La eliminación del Victoria de la Copa del Rey a manos del Villarreal no empañó en absoluto el ambiente festivo que se pudo ver en el estadio de Riazor.
El templo habitualmente blanquiazul se tiñó de blanco y negro para apoyar al Victoria en el partido más emblemático de sus 78 años de vida. Los futbolistas de las categorías inferiores del club herculino, además de otros cientos de jóvenes de otros clubes, poblaron Riazor junto a los adultos que no se quisieron perder una tarde-noche histórica.
Además, el tiempo se alió con el Victoria y la lluvia solo hizo acto de presencia durante un breve tramo del partido.