Es lo más importante, lo más valorado y también lo más caro en el fútbol. Sí, es el gol, lo único que le faltó al Bergantiños ayer. El equipo carballés fue superior en la primera y pasó por encima del Coruxo en la segunda parte, en la que hubo dos goles anulados e infinidad de ocasiones en la portería de Amigo.
Ante la baja de Agulló, Lemos apostó por Parga como pareja de Brunet y el de Sarria completó un partido notable. En el medio funcionó la pareja Escobar-Uzal, con Carlos en la mediapunta. Por fuera actuaron Yelco y Boedo a pierna cambiada y en punta Escobar. Gonza optó por Jacobo Trigo como central ante la baja de Crespo y por un medio del campo con tres piezas a diferentes niveles –Gandoy (varias pérdidas importantes), Antón (incómodo) y Mateo (poca continuidad)– que no dio el rendimiento esperado. Silva, muy solo en punta, apenas tuvo protagonismo. Las únicas señales de vida del Coruxo fueron el balón parado de Álex Ares y algún intento tímido de Martín Rafael por la izquierda.
Entre respeto, disputas y faltas (el listón del árbitro estuvo demasiado bajo) el partido empezó con falta de continuidad y con intentos del Bergan en la espalda de los laterales. Primero con Yelco buscándole las cosquillas a Diego y, más cerca del descanso, con Boedo creándole muchos problemas a Manu y a Trigo. Así llegó la ocasión más clara de la primera mitad. Uzal jugó hacia delante buscando a Carlos, que dejó a un toque para Boedo y este se metió en el área. Entre el pase de la muerte para Escobar o probar con la derecha optó por la segunda opción, sin éxito.
Probablemente teniendo en cuenta la amarilla que vio en la primera mitad, Lemos hizo el cambio de Cavafe por Blas en el descanso y el Bergantiños, que había acabado con mejores sensaciones, incrementó su dominio sobre un Coruxo que, en el segundo período, jugó en contadas ocasiones en campo contrario. Ni los cambios ofensivos –retirar a un central para meter a un extremo (Chiqui, el único que lo intentó) y jugar con Antón de central– le dieron soluciones ofensivas al cuadro vigués, que se llevó un puntazo de As Eiroas.
Los hombres de refresco volvieron a agitar al Bergan una vez más. Ayer fue el turno de Uxío, que lo hizo absolutamente todo bien en ataque (salvo lo más importante) jugando con una llamativa suficiencia que se manifestaba continuamente en cada dejada con el pecho. Antes de que entrase junto a Cano, al que le dejó un balón de cara dentro del área en una ocasión clara del ‘7’ rojillo, el árbitro anuló un gol a Carlos (min.58) por presunta mano en un pase de la muerte de Boedo. También metió el balón en la red Uxío en una falta lateral de Boedo sin que el 1-0 subiese al marcador. ¿Fuera de juego? El punta lucense tuvo otros dos cabezazos claros: uno a centro de Yelco (desvió Amigo) y otro en un córner de Boedo (sacó Manu pegado al palo). El de ayer fue el empate más cruel de la temporada.