La interpretación hecha por Anthony Taylor de la acción que significó el gol de Kylian Mbappé que culminó la remontada de Francia ante España sitúa al colegiado inglés en parte de la 'leyenda negra' de la selección española, en la que figuran nombres 'ilustres' como Rene Mercet, Christopher Bambridge, Sandor Puhl o Gamal Al Ghandour.
La acción, que ha suscitado unanimidad entre jugadores y entrenadores del fútbol español al considerar que era fuera de juego -no así en buena parte del colectivo arbitral-, fue validada por el colegiado inglés al entender que el hecho de que Eric García rozase el envío de Theo Hernández habilitaba a Kylian Mbappé, quien batió a Unai Simón y estableció el 1-2 definitivo.
Hay numerosos antecedentes de polémicas arbitrales con la selección española.
Las crónicas del Mundial de Italia`34 hablan de que el equipo anfitrión recibió los "favores" de los colegiados ante la selección nacional española. El propio exjugador del Sevilla Campanal afirmó que "fueron dos robos".
España consiguió clasificarse para dicho Mundial a costa de Portugal, a la que ganó en el estadio Chamartín de Madrid por 9-0 y en el Lumiar de Lisboa por 2-1.
El 23 de mayo de 1934 España embarcó en Barcelona en el Conte Biancamano con destino a Italia y tras conseguir resultados no muy positivos en amistosos que supusieron críticas para el técnico, Amadeo García Salazar.
España tuvo como compañeros en el barco a los brasileños, los primeros rivales, menos temidos que ahora porque por entonces los equipos potentes de Sudamérica eran Argentina y Uruguay.
En el estadio Marasi de Génova, sin embargo, el calor no impidió a la selección nacional imponerse por 3-1, con goles de José Iriragorri, de penalti, y dos de Isidro Lángara.
El bombo deparó que Italia fuera el siguiente rival de España. El estadio Berta de Florencia fue el escenario del choque con un ambiente infernal que muy pronto hizo enmudecer Luis Regueiro con un tanto.
El italiano Ferrari, tras una falta de Schiavo a Ricardo Zamora que el colegiado belga Louis Baert no señaló, igualó el marcador antes del descanso. Aunque el encuentro no volvió a desnivelarse, Zamora, Ciriaco, Lángara, Iriragorri, Fede y Gorostiza tuvieron que pasar por la enfermería y no pudieron jugar al día siguiente, el 1 de junio, el encuentro de desempate. Quincoces, Cilaurren, Muguerza y Ventolrá salieron, por su parte, en malas condiciones físicas.
Este segundo encuentro fue también muy duro. Bosch cayó muy rápido, Guaita sujetó a Nogués en el tanto de Meazza, Campanal y Allemandi se pelearon, y Ventolrá propinó sendos puñetazos a Monzeglio para vengar una acción violenta sobre Chacho. Además Quincoces se tuvo que retirar con una brecha en la pierna, y el colegiado suizo Rene Mercet anuló un tanto de Campanal en el minuto 52, con lo que la selección nacional quedó eliminada.
En el Mundial de Chile'62, un gol anulado a Adelardo en el tercer encuentro de la primera fase ante Brasil, acabó con las ilusiones españolas, que acabó perdiendo el encuentro (2-1) y sus opciones de continuar.
España necesitaba ganar, mientras que a los brasileños les bastaba el empate. Pablo Hernández Coronado, el seleccionador, introdujo novedades y su equipo sorprendió de salida a su rival.
En el minuto 34, Adelardo Rodríguez, con un buen disparo desde fuera del área, batió a Gilmar y adelantó a España, y a la hora volvió a marcar de tijera, pero el colegiado chileno Sergio Bustamante anuló el gol por juego peligroso.
Esta acción y el cansancio de España cambiaron el rumbo de la contienda y Amarildo, con dos tantos, le dio el triunfo a Brasil.
El conjunto que dirigía Miguel Muñoz se presentaba como vigente subcampeón europeo con un equipo ambicioso y con posibilidades, como al final confirmó al llegar a los cuartos de final y caer eliminado tan solo en la tanda de penaltis ante Bélgica.
Pero el comienzo de la selección española estuvo marcado por la actuación del árbitro Christopher Bambridge y la polémica. El australiano, cuya designación fue cuestionada para un partido de la importancia como el que le medía a Brasil, no dio por válido un gol legal de Míchel González al entender que no había entrado en la portería tras golpear el balón en el larguero.
El balón había rebasado la línea por veinte centímetros, pero Bambridge, pese a las intensas protestas de los jugadores españoles, mandó continuar el partido, que acabó con victoria de Brasil con un gol de Socrates. Afortunadamente para la Roja, las victorias contra Irlanda del Norte y Argelia le permitieron superar la fase de grupos.
El Foxborough Stadium, situado en las cercanías de Boston, fue el punto final de la participación de España en el Mundial de Estados Unidos'94.
España volvió a chocar con el muro de los cuartos de final en un partido en el que el equipo de Javier Clemente cuajó una buena actuación, pero entre la falta de acierto en el remate -Julio Salinas falló un mano a mano ante Gianluca Pagliuca-, la efectividad de Roberto Baggio y el colegiado húngaro Sandor Puhl se produjo el adiós al torneo cuando había grandes esperanzas de alcanzar la gloria.
Cuando el partido encaraba el final y España presionaba con todo en los últimos compases, el árbitro magiar no señaló como punible dentro del área un codazo de Mauro Tassotti sobre Luis Enrique, actual seleccionador nacional, al que rompió la nariz. Ni siquiera las airadas protestas del entonces '21' con toda la cara ensangrentada le hicieron cambiar de opinión. Italia ganó por 2-1 y acabó proclamándose campeona mundial.
El trío arbitral del partido España-Corea del Sur, liderado por el egipcio Gamal Al-Ghandour, e integrado también como asistentes por el ugandés Ali Tomusange y el trinitense Michael Ragoonath, entró a formar parte de esta leyenda negra con letras mayúsculas.
Su actuación perjudicó notablemente a la selección española en el estadio de la Copa del Mundo de Gwangju, que cayó en la tanda de penaltis de los cuartos de final ante la anfitriona tras acabar el encuentro con empate a cero.
El clamor y el disgusto en la delegación española fueron patentes. España estaba otra vez camino de hacer historia, pero las decisiones del trío arbitral, se lo impidieron. Con el paso de los años, Al-Ghandour reconoció errores, aunque estos fueron producto de sus asistentes.
Anularon al equipo que dirigiría José Antonio Camacho dos tantos, uno a Rubén Baraja en el minuto 50 por entender que previamente había cometido falta Iván Helguera, y otro a Fernando Morientes en la prórroga por considerar que el centro de Joaquín Sánchez desde la derecha había superado la línea de fondo. Además hubo varios fueras de juego que no eran que podían haber desequilibrado el partido a favor de España.