Óscar Manuel Gilsanz González es el elegido. El pasado miércoles saltó la sorprendente noticia de la salida de Juan Carlos Valerón, entrenador del Fabril en la última temporada, del club deportivista. Gilsanz era el gran favorito en todas las quinielas apoyado por el gran papel de su Juvenil A, que el pasado fin de semana conquistó la Copa de Campeones en la final ante el Barcelona. El técnico betanceiro de 48 años dirigirá al filial después de ser técnico del Laracha (Deportivo C) en la campaña 2018/19 y al mencionado Juvenil en el curso 2020/21.

Juan Carlos Valerón aterrizó en A Coruña en el verano de 2020 para ser el entrenador del Fabril en Tercera División. El exfutbolista canario firmó un contrato por tres temporadas. El rendimiento del Depor B no fue, ni mucho menos, el esperado. De hecho, en una Tercera dividida en dos grupos en la que los tres primeros de cada uno se clasificaba para la fase de ascenso a Segunda RFEF, el Fabril no solo quedó fuera de esa promoción sino que consiguió eludir la fase de descenso en la última jornada de la primera fase. El Depor B tenía mucho que mejorar de cara a la nueva temporada, pero ya no será bajo la batuta de un Valerón que, según fuentes oficiales de la entidad blanquiazul, no continúa por motivos personales.

En solo dos días, el Deportivo ha encontrado el sustituto de Valerón. A media tarde de ayer, los aficionados deportivistas descubrían, a través de las redes sociales del club, que Óscar Gilsanz se convertía en nuevo entrenador del Fabril. Las cuentas parecían claras y que el betanceiro diese el salto al filial era el paso lógico, aunque en un club como el Depor son muchos los candidatos para una plaza como la del Fabril. Finalmente, no hubo sorpresas y llega al filial el técnico que lideraba las apuestas.

Última temporada

Después de la Copa de Campeones que se marcó el Juvenil A del Deportivo en las últimas semanas, en la que el Depor, con el primer equipo en Primera RFEF, doblegó a todo un Real Madrid en la semifinal y al gran favorito Barcelona en la final, el caché y el prestigio de Gilsanz se dispararon. Y no era para menos. El Depor no ganó por chispazos individuales, ni por penaltis ni decisiones injustas, lo hizo demostrando un gran trabajo colectivo tanto en defensa como en ataque. También en el balón parado. Y gran parte de culpa de todo ella es de Óscar Gilsanz, que mostró a su equipo a nivel nacional como un conjunto maduro y con las ideas muy claras.

Antes de entrenar al Juvenil A del Deportivo en la última temporada, el betanceiro ya había tenido una experiencia como técnico del club blanquiazul. Fue en la temporada 2018/19 como míster de un Laracha, denominado también Deportivo C, que compitió en Tercera División y que acabó descendiendo a Preferente tras un experimento de la cantera deportivista que no dio resultado. Las cosas le salieron mucho mejor con el equipo de División de Honor en el último ejercicio consiguiendo la clasificación para la Copa de Campeones después de ganar al Celta los dos partidos en la primera fase y conquistando la Copa en Marbella.

Estilo

En las últimas temporadas, sobre todo desde que ha entrenado al Laracha y al Juvenil A, Óscar Gilsanz se ha mostrado como un entrenador camaleónico capaz de adaptarse a sus futbolistas y a lo que demanda cada contexto sin despreciar lo que dominaba como técnico del Racing Villalbés: un contraataque letal y dominio de las acciones a balón parado.