La recién creada Primera RFEF traerá de regreso a Riazor al coruñés Manu Mosquera, canterano, fabrilista, jugador del Depor y posteriormente técnico del Fabril e integrante de la dirección deportiva del club blanquiazul. Las tres últimas campañas ha dirigido al Extremadura UD, conjunto con el que este curso se quedó a un paso de disputar el playoff de ascenso a Segunda. No lo consiguió, y los azulgranas han quedado encuadrados en el Grupo 1 para la campaña 2021-22, donde le espera un Depor al que todavía escuece aquella derrota en Riazor (2-3) en la antepenúltima jornada de la liga 2019-20, que dejó a los herculinos con un pie y medio en Segunda B.

¿Te recuerdan mucho aquel partido en A Coruña?

No, ya hace tiempo que nadie habla conmigo de eso, pero es verdad que a veces, por comentarios sueltos, recordaban que en ese partido el Depor perdió una oportunidad de lograr la permanencia e indirectamente salgo relacionado, pero le doy la mínima importancia porque teníamos que ganar el partido y lo ganamos con toda naturalidad, aunque no fue una gran tarde para mí ni para Óscar (Pinchi) ni para mi hijo (Manu Mosquera). Teníamos que ganar por profesionalidad y todo lo que le sucedió al Depor no lo podíamos controlar.

Como coruñés y deportivista, ¿le has dado muchas vueltas a aquel encuentro?

No, vueltas en el sentido del resultado y lo que había que hacer, ninguna, Pero como coruñés, deportivista, excanterano, entrenador del Fabril e integrante de la dirección deportiva, me fui con dolor, pero era mi trabajo.

El próximo curso volvéis a coincidir con el cuadro herculino, al que has ganado tus tres enfrentamientos como entrenador. ¿Ya te han dicho, “Manu, no nos ganes más”?

Nadie me ha dicho nada, pero como siga así, me van a decir que no vuelva (se ríe). Mirando al futuro, me gusta mucho el grupo por muchas razones. Primero porque jugamos contra históricos como el Depor o el Racing de Santander. A nosotros, que estamos acostumbrados a jugar en el Sur, nos da unas expectativas nuevas. Y después está lo exigente que va a ser. Creo que va a ser muy bonito, pero muy duro. Me he cruzado mucho con el Depor desde que salí de la dirección deportiva, pero siempre es bonito visitar Galicia.

Aquí se ha valorado de manera positiva por evitar a los catalanes y andaluces, a los filiales más poderosos, como el Real Madrid Castilla y el Barça B, y a tres de los cuatro descendidos de Segunda.

No lo veo en ese sentido, aunque el otro grupo es muy exigente también. Pero este no está exento de dificultad. Zamora, Badajoz, equipos con campos de hierba sintética como el Dux. Hay cinco campos de hierba sintética, mientras que en el otro grupo hay tres y creo que es un condicionante muy importante. Son dos grupos exigentes que prestigian la Primera RFEF. Se necesitaba porque se ha hablado mucho de que hacía falta crear una competición profesional y al final, al hacerlo así en lugar de una división Norte-Sur, creo que le da más competencia porque lo otro era seguir con un formato más parecido al de la Segunda B.

¿Ves al Depor como uno de los ‘cocos’ o pierde peso tras el pobre papel de este curso?

No, para mí el Depor es un grande por su escudo, la historia y lo que ha conseguido. Hay circunstancias en los últimos años que hacen que esté en esta situación, pero el Depor está en un selecto grupo y siempre lo estará. El Depor y el Racing de Santander tienen su pedigrí y están por encima. No podemos olvidar que el Depor ha sido campeón de Liga y de la Copa del Rey. Quién puede decir eso de los otros 39 equipos, nadie. Eso le convierte en un grande de la categoría.

¿Esperabas más del conjunto blanquiazul?

Lo he seguido sin analizar, intentando que le fuese bien, pero no he podido verlo en profundidad. Tampoco es que no me sorprenda, sino que la categoría es muy difícil y el Depor hasta noviembre iba bien y llevaba una trayectoria buena, que es extraño que luego se torciese tanto, aunque hay unos factores internos que lo propiciaron, pero igual cuando un equipo como el Depor llega a ese calibre, necesitaba que se torciera tanto la cosa y tocar fondo para reforzarse y salir más fuerte. Quizá esta temporada ha enseñado al Depor el camino para salir arriba y ha aprendido muchas cosas de cara al futuro.

¿Pudo acusar la falta de jugadores con experiencia en la Segunda B?

El nivel de la plantilla del Depor era muy alto, muy bueno, pero esta categoría es muy competitiva y se iguala mucho todo. En nuestro caso, por ejemplo, el que haya querido pensar que el Socuéllamos o el Villarrubia, solo por el nombre, son inferiores a nosotros, ya tienes un problema. Esa lección la hemos tenido que aprender todos durante la temporada. Nosotros hemos sumado cuatro puntos de doce posibles en los campos de hierba sintética.

¿Qué te parece el fichaje de Borja Jiménez?

Conozco su trayectoria, pero no su forma de trabajar, entonces no puedo analizarlo, pero seguro que por su currículum es un buen entrenador. No es fácil conseguir dos ascensos con dos equipos, para nada, y tiene una edad, 36 años, que le augura un futuro muy bueno. Si el Depor decide contratar a Borja es porque le han analizado y han valorado muchas cosas. Creo que es una buena incorporación.

Nunca antes ha estado al frente de un equipo con el peso, la historia y la masa social del Deportivo.

Coger los mandos del Depor es una labor fuerte y es para un entrenador con personalidad y muchas cualidades, pero si han valorado su fichaje, será porque le ven con esa capacidad de liderazgo. Estos equipos con un peso y un escudo son difíciles de llevar.

¿Te sorprende tanto baile de entrenador en el equipo coruñés en los últimos años?

Es evidente que no es lo ideal, pero ni en el Depor ni en ningún equipo, y es un factor que indica que las cosas no han ido bien. Cuando cambias tres o cuatro entrenadores por año es que algo falla y entonces la fase ‘culpa del entrenador’ ha podido quedar atrás, porque puede tener la culpa uno, pero cuando van seis o siete... Que le hayan ofrecido dos años indica que quieren cambiar esa dinámica, dar estabilidad al proyecto y buscan dejarle tiempo para trabajar. Creo que estos dos años de contrato son un punto y aparte con todo lo que ocurría.

Os metisteis en la pelea por el ascenso en la segunda fase, pero os quedasteis fuera del playoff por poco.

Desde febrero, el equipo fue a más de una forma increíble en todos los sentidos, en el campo, en la capacidad de entrenamiento. Y después, en partidos importantes, que fueron los últimos cuatro, maduramos mucho y nos hizo pensar que estábamos en el camino para conseguir algo importante. Pero entramos en la segunda fase con menos puntos y lo acusamos. Estuvimos muy bien, pero nos faltó un punto, pero lo damos por bueno porque el objetivo es gordo. Lo tuvimos cerca, pero ya pasó.

Fuisteis el único equipo de los cuatro que bajasteis de Segunda —junto a Depor, Numancia y Racing de Santander— que finalizó la primera fase en una de las tres primeras plazas de su grupo.

Eso indica que los cambios, cuando bajas de una categoría, son como dicen, que hay que adaptarse y no va a ser fácil. Además, los rivales te ven como el rival a batir. Los equipos salían contra nosotros con todo y es un hándicap que les pudo pasar también a Numancia, Racing y Depor. Además, nuestra temporada fue una montaña rusa. Pero como grupo nos hizo más fuertes. Y quizá nuestro éxito fue que fuimos de menos a más. Pero ha sido muy complicado. De hecho, proyectos importantes como el Numancia, el Recre o el Córdoba se han quedado fuera de la Primera RFEF.

Has vivido un curso extraño porque fuiste destituido tras los cinco primeros partidos y regresaste un mes después.

Es raro, pero había que estar aquí para entenderlo porque son tensiones que vienen de antaño. Había un grupo con el que las cosas no estaban bien y el director deportivo no confiaba en mí, pero luego se fue y una razón de que yo volviera fueron los jugadores, que querían que regresara.

¿Seguirás en el Extremadura?

El 30 de junio termina mi contrato y hay cosas en el aire en el club, pero lo normal es que renueve. El presidente y yo estamos de acuerdo en todo.

Hacer un Depor a partir de los jóvenes, eso sí sería cantera

Tu hijo debutó esta temporada con el primer equipo. Jugó 60 minutos contra el Alavés en Copa del Rey y cuatro días después se estrenó en la liga frente al Zamora en el último partido de Fernando Vázquez. ¿Viste algún partido?

Vi el del Alavés. Manu hizo una cosa que es lo más difícil que puede hacer un chaval que viene de abajo, ser de los mejores del partido, en Riazor, que eso es muy difícil, y sobre todo con el reconocimiento de su entrenador y de sus compañeros. Luego fue a Zamora, en un partido muy complicado. Además, esa derrota provocó la destitución de Fernando Vázquez y eso marcó mucho. Encima, luego sufrió una lesión muscular, pero después de la lesión es un poco raro lo que sucedió. Es extraño que no haya jugado seguido en el Fabril para convertirse en un jugador con el que pudiera contar Rubén. Había que tener mucho nivel para dar esa buena imagen en el partido con el Alavés. Y las palabras de Álex Bergantiños así lo corroboran. Ese día tuvo el balón y personalidad, hizo todo lo que le pidió Fernando Vázquez. Merecía mucha más continuidad, pero ahí se queda.

¿Sabes si seguirá en el Depor?

Digamos que termina contrato y entiendo que se tendrán que poner en contacto con él, pero es una pregunta para el club y creo que a día de hoy no le han dicho nada. La verdad es que no lo sé.

¿Qué te parece el paso hacia adelante que han dado varios jóvenes?

Cada vez que un jugador que viene de abajo debuta con el Depor y se mantiene por sus cualidades y porque creen que es importante, me alegro, pero me gustaría que esto fuese de forma normal y continuada. Yo he sido canterano y siempre ha habido alguien que ha subido al primer equipo, bajado, etc., pero nunca han subido diez a la vez, para eso tiene que haber un proyecto. Lo que tendríamos que ver es a Villares, Manu, Gandoy, Pablo Brea... y que se hiciera un Depor a partir de ellos, de los jóvenes. Eso sí sería hacer cantera, lo demás no. Fran subió porque era un fenómeno, pero no se subieron a jugadores con regularidad. Tenemos el ejemplo de Imanol Alguacil en la Real Sociedad, que fue entrenador de las categorías inferiores y del B y ahora tiene en el primer equipo a diez jugadores que estuvieron jugando con él en la cantera. Así se puede hacer, pero para eso hay que tener cultura, trabajo y las ideas claras para querer hacerlo, porque lo otro es demagogia.