La selección española sub-21 retoma su defensa del título del Europeo de la categoría mañana lunes frente a Croacia (18.00 horas) tras una semana difícil en la que el positivo en coronavirus de Jon Moncayola cambió el paso al impedir preparar con normalidad el enfrentamiento de la eliminatoria de los cuartos de final.
Solamente durante la jornada del pasado sábado pudo el seleccionador Luis de la Fuente reunir a los veintitrés convocados para trabajar al máximo, aunque no es una circunstancia desconocida ya que para la primera fase del torneo sólo dispuso de dos entrenamientos para preparar el debut en la competición.
Marzo queda olvidado porque el técnico cuenta con siete novedades en la lista respecto a los jugadores que colocaron a España en los cuartos de final como primera de grupo, con mención especial al refuerzo de Bryan Gil, quien en el anterior parón de selecciones formó parte de la absoluta, y Antonio Blanco, incorporado a última hora tras el positivo de Moncayola conocido el pasado miércoles.
La fuerza del grupo, la ‘familia’ y el buen ambiente siguen siendo las claves que defiende Luis de la Fuente ante los medios de comunicación para pelear hasta el final por levantar el título continental, que supondría el sexto de la categoría y el desempate con una Italia –también con cinco– que, en caso de ganar su eliminatoria frente a Portugal, sería el rival en la penúltima ronda del torneo.
Un partido con muchas cuentas pendientes por historia y por lo acontecido en la fase de grupos, que acabó con el marcador inicial de empate a cero pero, sobre todo, con tres expulsados, dos en Italia y uno en España, Óscar Mingueza, en solamente dos minutos. Pero antes hay que pensar en el encuentro de esta tarde.
Deportivamente, de la Fuente tiene claro el plan. Crecer con el balón y conceder muy poco. Es más, esto último es la gran seña de identidad del combinado español ya que encadena ocho partidos sin recibir un gol.
En el histórico de enfrentamientos, España sólo ha perdido una vez contra Croacia en categoría sub-21, aunque fue precisamente en el último duelo entre ambas selecciones allá por el año 2016.
Los croatas llegan a los cuartos de final tras dejar fuera en su grupo a Inglaterra, a pesar de perder el último partido contra ellos y no se caracterizan precisamente por su fortaleza defensiva ya que encajaron cinco goles en tres encuentros. Además, el que fue su portero titular, Dominik Kotarski, es baja por lesión.
Eso sí, Croacia cuenta con tres futbolistas que irán a la Eurocopa. El seleccionador Igor Biscan acordó con el técnico de la absoluta Zlatko Dalic que, pase lo que pase, Luka Ivanusec, Domagoj Bradaric y Josko Gvardiol –central zurdo de futuro recientemente fichado por el Leipzig– se incorporarán a los ‘mayores’ tras los cuartos de final frente a España.
Además, el combinado balcánico incluye la novedad del extremo izquierdo Stipe Biuk que, a sus dieciocho años, se estrena en una convocatoria de la sub-21 de su país.
La gran novedad respecto a la organización del Europeo es que podrá haber público en las gradas del estadio, con limitación de aforo y amplias medidas de seguridad, pero la normalidad vuelve poco a poco, también al fútbol.