El Cerceda sumó sus tres primeros puntos de la temporada en un partido para enmarcar de los de Tito Ramallo, que hicieron méritos en Guijuelo para vencer por más goles de diferencia. Bastó, no obstante, el solitario tanto conseguido por Luariz en la recta inicial tras la salida en tromba de los rojiblancos encerrando a su rival dentro de su propia área.
La puesta en escena del Cerceda en el rectángulo chacinero fue esplendorosa. Sólo le faltó materializar al equipo rojiblanco alguna de las ocasiones que generó en los cinco primeros minutos de juego; la más clara de ellas un disparo de Álex Arias que Kike desvió al travesaño en una intervención felina. Antes, los de Tito Ramallo ya habían avisado tras un saque de esquina del Guijuelo que terminó en un fulgurante contragolpe gallego.
El buen hacer del Cerceda en los minutos iniciales no tardó en traducirse en el marcador. Se rebasaba el minuto cinco de juego cuando Borja rifó un balón en la salida de balón salmantina y lo aprovechó Luariz para hacer el 1-0 desde el interior del área chica con un disparo cruzado.
La salida en tromba del Cerceda había sorprendido a los locales, que sufrieron de lo lindo para hacer circular el balón y cometieron demasiadas imprecisiones en las entregas en corto. Tanto es así, que hasta el cuarto de hora no consiguió el Guijuelo acercarse sobre las inmediaciones del área de Manu. Lo hizo, además, a balón parado, tras una falta cometida sobre Cifo que Raúl Ruiz mandó a la izquierda de la portería coruñesa.
No encontraba la forma el cuadro chacinero de tomarle el pulso al encuentro, pero poco a poco se comenzaba a entonar fruto del desgaste del Cerceda, cuyo esfuerzo realizado en el arranque le pasó factura en el tramo final del primer acto. Aun así, apenas le costó a los de Ramallo frenar las embestidas locales, que llegaron a cuentagotas y siempre en jugadas de estrategia. El ejemplo, una falta botada nuevamente por Raúl que remató Jonathan mal en el segundo palo.
El técnico local, Jordi Fabregat, se vio obligado a mover su banquillo antes de tiempo por la lesión de Raúl, que dejó su lugar en el campo a Carlos Rubén. El dibujo del Guijuelo, pese a todo, no cambió, así como la tónica del partido, monopolizado por un Cerceda que buscaba el segundo gol abriendo el campo y mostrándose muy incisivo a partir de tres cuartos de campo.
Tras el paso por vestuarios las cosas no mejoraron para el Guijuelo, ya que el arranque fue una calcomanía de lo sucedido tras el pitido inicial y el Cerceda tuvo el 2-0 en las botas de Axel, que disparó alto con todo a su favor.
Las ocasiones siguieron sucediéndose para el Cerceda a pesar de la intentona de Fabregat de cambiar el signo del encuentro con la entrada al campo de Diego Suárez y Carmona. Sólo los reflejos de Kike Royo mantuvieron con vida al Guijuelo. El meta desbarató primero un cabezazo del omnipresente Axel e hizo lo propio con otro disparo a bocajarro de los coruñeses.
Sin nada a perder, el Guijuelo se volcó a la desesperada a por el gol del empate en el tramo final. Su falta de convicción, sin embargo, evitó que éste llegara. La zaga del Cerceda y Manu pusieron el candado a su portería y los tres puntos volaron para Galicia.