¿Tendrá sustituto Richard Barral? El Deportivo se ha quedado sin director deportivo en plena planificación de la próxima temporada y medita si cubrir o no esa vacante.
El club y el que fue su director deportivo desde diciembre de 2019, con la llegada de Fernando Vidal a la presidencia -si bien en los primeros meses ejerció como asesor deportivo del Consejo-, acordaron la semana pasada separar sus caminos.
Barral había quedado en segundo plano en el casting del club para encontrar un inquilino para el banquillo después de desestimar la renovación de Rubén de la Barrera, uno de los pocos técnicos que el ya exdirector deportivo blanquiazul firmó de los que propuso en sus dos etapas al frente del área deportiva, aunque públicamente asumió todas las contrataciones que se realizaron para el banquillo.
También había tenido mucho que ver en el fichaje de Gaizka Garitano y poco más. Para el resto de los numerosos técnicos que pasaron por el banquillo se encargó de confeccionar equipos sin haberles propuesto para estar al frente de las plantillas. Con algunos de ellos, de hecho, mantuvo diferencias en aspectos deportivos, más allá de que la relación personal fuera buena. Ese pudo ser, quizás, uno de los problemas del Deportivo: la dirección deportiva por un lado y el banquillo, por otro.
Su primera etapa, con Tino Fernández como presidente, finalizó con Cristóbal Parralo como técnico del primer equipo. Ya no estaba Fernando Vidal como consejero -había dimitido unos meses antes- y Barral tenía previsto retocar el equipo con muy pocos movimientos mientras el club pretendía una revolución. Finalmente, se echó a un lado y el Deportivo afrontó aquel mercado invernal de 2018 en Primera División sin director deportivo. El equipo acabó descendiendo con Seedorf como entrenador y poco éxito en las incorporaciones.
Fueron los últimos meses que el Deportivo afrontó sin una cabeza visible al frente del área deportiva. Tino Fernández hizo un casting de cara a la siguiente temporada en Segunda y fichó a Carmelo del Pozo. El Deportivo se quedó a un paso del ascenso en el playoff tras haber accedido a él de rebote y la siguiente temporada, planificada por Del Pozo y remodelada por Barral cuando el equipo era colista y ya parecía desahuciado, acabó con los coruñeses en Segunda B a pesar de haber sido el mejor equipo de la segunda vuelta del campeonato y de haber dependido de sí mismo para salvarse -condición que perdió a falta de una jornada-.
En la categoría de bronce, el Deportivo siguió con Fernando Vázquez -contratado por Vidal- en el banquillo, a pesar de las dudas que tanto el técnico, así lo confirmó el míster de Castrofeito públicamente, como en la dirección deportiva, había. En diciembre, Barral apostaba ya por un cambio, que se demoró hasta finales de enero.
Sin Barral ni su secretario técnico, Alfonso Serrano, el club ha dado galones a Carlos Rosende, que llevaba en el departamento de captación desde 2019. Ahora, duda entre mantener a este como primer espada con el director general, David Villasuso, como supervisor, o contratar un sustituto para Barral y mantener la dirección deportiva. La prioridad del Deportivo es cerrar al técnico y dar salidas.