María de Valdés puede estar contenta. En su primera final de unos Campeonatos de Europa, los 800 metros libre, la malagueña del Club Natación Liceo fue octava y batió su mejor marca personal (8:33.90). Nadó tres segundos más rápido que en las series del lunes, cuando estableció su propio récord (8:36.92) para pasar a la final. La actuación de María abrió una gran jornada vespertina para la natación española en Budapest: Hugo González se colgó la medalla de bronce en los 50 espalda y Jessica Vall firmó la mínima olímpica en los 100 braza.
Nacida en Fuengirola (Málaga), pero afincada en A Coruña, De Valdés descartó los Europeos de aguas abiertas (en junio se celebra el preolímpico) para centrarse en la piscina, pese a que ya no tiene opciones de llegar a Tokio en sus dos mejores pruebas: 800 y 1500. Su última oportunidad para lograr la mínima olímpica serán los 400 libre (el domingo), pero antes también competirá en el milquini (las clasificatorias son el jueves y la final, el viernes).
María llegará con la moral alta después de dos días con muy buenas sensaciones en el Danubio Arena. En la final partió desde la calle 8 y se soldó a la húngara Ajna Kesely, que salió por la 7. La nadadora del Liceo aguantó el ritmo los primeros 300 metros con parciales muy rápidos (29.84, 31.38, 31.84, 31.68, 31.83 y 31.91)
Kesely se le escapó en el ecuador de la prueba, pero De Valdés, sin referencia, se mantuvo muy sólida (32.25, 32.65, 32.81, 32.95, 33.1, 32.56, 32.81, 32.56 y 32.61) para marcar un nuevo récord personal, muy cerca de la otra española que nadó la final, Jimena Pérez (8:33.14), séptima. La medalla de oro fue para la favorita, la italiana Simona Quadarella (8:20.23), que estuvo acompañada en el podio por las rusas Anastasia Kirpicnikova (8:21.86), plata, y Anna Egorova (8:26.56), bronce.
La de bronce que consiguió Hugo González fue precisamente la primera medalla para la natación española –quinta de los campeonatos con las cuatro de artística–. El mallorquín de 22 años firmó, además, un nuevo récord de España en los 50 espalda (24.47), sólo superado por el rumano Robert-Andrei Glinta (24.42), plata, y algo más lejos del inalcanzable ruso Kliment Kolesnikov, que volvió a mejorar la plusmarca mundial de la prueba (23.80).
No accedió a la final de los 100 braza Jessica Vall, pero sí logró la mínima olímpica gracias a las centésimas (1:06.93) en la segunda semifinal. La bracista catalana volverá mañana a la piscina para las series del doble hectómetro, una prueba en la que no se baja del podio europeo desde Berlín 2014.
En los 100 braza masculino no hubo sorpresa: volvió a ganar el inglés Adam Peaty (57.66), poseedor de las 20 mejores marcas de todos los tiempos. El neerlandés Arno Kamminga (58.10), plata, y el también británico James Wilby (58.58), bronce, completaron el podio.
En los 100 mariposa femenino sonaron los himnos de Grecia y Francia. Y es que Anna Notuntounaki y Marie Wattel clavaron tocaron la pared a la vez (57.37) y se colgaron una medalla de oro exaequo, mientras que la sueca Louise Hansson (57.56) se colgó el bronce.
Finalmente, la neerlandesa Ranomi Kromowidjojo sigue siendo la reina de la velocidad tras imponerse en los 50 libre (23.97) por delante de la danesa Pernille Blume y la polaca Katarzyna Wasick (24.17), que compartieron la plata, el tercer exaequo de los Europeos.